¿Se avecina otro temblor como el que
destruyó a Armenia?
El director del
Observatorio Sismológico del Quindío, Hugo Monsalve, vuelve a inquietar a los
colombianos con su advertencia de que es probable un nuevo sismo tan fuerte
como el de 1999. Lea lo que le respondió a El País.
Por: Diana Carolina
Ruiz G. | Reportera de El PaísLunes, Marzo 16, 2015
Dato clave Sismos recientes
10 de marzo de 2015: Hacia las 4:00 p.m. se registró un sismo de
6,6 grados en la escala da Richter, cuyo epicentro fue Mesa de Los Santos, en
el departamento de Santander. El movimiento telúrico se sintió en 17
departamentos.
22 de febrero: 200 viviendas resultaron afectadas en Morales, Cauca, por un sismo
de 5.6 grados. El evento se sintió en Cali.
21 de febrero: Argelia,
Valle, fue el epicentro de un temblor de 5.3 grados de intensidad. En 20
municipios del departamento se sintió, sin embargo no hubo daños ni víctimas,
según el Consejo Departamental de Gestión del Riesgo.
Hugo Monsalve Jaramillo. Ingeniero civil y docente de la Universidad del
Quindío. Tiene una maestría en sismología y física del interior de la Tierra.
Creador y director del Observatorio Sismológico de la Universidad del Quindío
desde 1998, cuando nació la entidad.
Foto: Jhon Holmes Cardona de La crónica del Quindío / Especial para El
País
El ingeniero Hugo
Monsalve lo mandaron “a freír espárragos”, como él dice, cuando en 1998
advirtió que en el Eje Cafetero ocurriría un gran terremoto. Recuerda que lo
tildaron de terrorista, amarillista y de agitar el pánico de la población.
Tres meses después
de su advertencia, el pronóstico se cumplió: el 25 de enero de 1999 un sismo de
6,3 grados en la escala de Richter sacudió esa zona provocando una de las más
grandes tragedias que se haya vivido en Colombia.
Hoy, cuando su
teoría más reciente advierte que está abierta la posibilidad de que este año
ocurra un sismo de mayor magnitud en la zona cafetera, el director del
Observatorio Sismológico de la Universidad del Quindío analiza los movimientos
telúricos recientes en el suroccidente colombiano. Asegura que las redes
sociales se han convertido en una vía para generar pánico, a lo que se suman
los mitos creados alrededor de los movimientos telúricos.
Recientemente se presentó un sismo de 6,6 grados en la escala de
Richter que se sintió en el norte y centro del país. El pánico
por redes sociales fue generalizado, circularon imágenes y mensajes falsos, es
una situación que se repite siempre. ¿Cómo ve esto?
Es que la gente le
mete mucho ruido al asunto y los mitos son los que generan pánico ante un
sismo, el voz a voz entre las personas es terrible. Ahora en las redes sociales
salen correos con todo tipo de mensajes ilógicos. Hay quienes dicen que los
sismos están relacionados con el calor, pero no hay evidencia científica que lo
compruebe.
Otros dicen que la
posición de Júpiter y de Saturno influye, está el mito eterno de las abuelas,
que los terremotos son castigo de Dios. El único argumento científico
comprobado es que es el movimiento dinámico de la tierra es lo que hace
temblar.
Según su teoría, existe la posibilidad de que se presente un terremoto
de grandes magnitudes este año en el Eje Cafetero, donde se vivió una de las
mayores tragedias del país en 1999...
Nosotros abrimos
una ventana de proyección que plantea que entre 2005 y 2015 ocurriría un sismo
de subducción en el Eje Cafetero (el sismo de subducción se produce por la
fricción y liberación de energía que genera el desplazamiento de la Placa Nazca
por debajo de la Placa Suramericana, bajo territorio colombiano). Encontramos
un 82 % de probabilidad de que se presente un evento entre 6,5 y 7,3 de
magnitud en esta zona.
Entre el 21 y 22 de febrero se sintieron dos sismos (de 5,3 y 5,6 grados
en la escala de Richter en Argelia (Valle) y Morales (Cauca), respectivamente.
Ocurrieron en menos de 15 horas. ¿Esos son signos premonitorios de lo que sus
estudios plantean?
El sismo que
ocurrió el sábado 21 de febrero (en Argelia, Valle) de 5,3 se dio exactamente
en el sitio donde estábamos esperando que ocurriera ese sismo de gran magnitud,
aunque no está en el rango de intensidad de nuestra proyección. En 1979 se
presentó un sismo en el Eje Cafetero de 7,2 grados, que ocurrió entre Argelia,
Chocó y Risaralda, a 90 kilómetros de profundidad. El reciente sismo de Argelia
ocurrió 36 años después de ese evento. Presumo que está en la zona en la que se
dio el sismo del año 79 y estimo mayores deformaciones de las placas ahí por lo
que se esperaría un sismo más alto.
¿Cómo se han comportado las placas tectónicas que están sobre el
suroccidente del país en los últimos 15 años?
El movimiento que
se tiene establecido para la placa Nazca en esta zona del suroccidente
colombiano es del orden de seis centímetros cada año, es decir que hay zonas
que han acumulado esa deformación, ese rebote elástico de la placa. Uno
esperaría que con tantos años que han pasado debe haber una deformación
acumulada que podría provocar ese posible sismo de gran magnitud. El de 5,3 de
Argelia lo sintieron incluso en Cali y aunque no está dentro del rango de
nuestras presunciones, solo por ser de subducción, nos dice que es una zona
activa, de amenaza alta.
¿Qué decir sobre el sismo de Morales, Cauca? Ese también se sintió en
Cali...
El de 5,6 fue un
sismo de subducción a 145 kilometros de profundidad. Los estudios que ha
realizado el profesor Elkin Salcedo (director del Observatorio Sismológico y
Geofísico del Suroccidente, Osso, de la Universidad del Valle) también
advierten la probabilidad de que ocurra un sismo para esa región, y en la zona
de subducción de las placas está Cali.
¿Podría estar relacionado ese sismo del Cauca con los pronósticos que
dicen se repetiría un terremoto de magnitud similar o mayor al de Tumaco?
Entre Buenaventura
y Tumaco está la zona de contacto de las placas, hay mucha aspereza de roca. En
1906 hubo un terremoto de 8,9 grados de magnitud y la última réplica fue la del
12 de diciembre de 1979, de 8,2. Ya pasaron 109 años desde que ocurrió el gran
sismo, son muchos años acumulando energía y eso hace posible que se presente
uno de nuevo.
El programa
Georredes del Servicio Geológico Colombiano ha detectado con GPS movimientos
fuertes en la zona de contacto. El profesor Salcedo dice que está en deuda un
gran sismo para el suroccidente colombiano. Sus presunciones son muy válidas,
las compartimos porque somos colegas y porque estamos esperando más eventos de
subducción.
¿Qué tanto daño podría generar un sismo de subducción?
Los sismos de
subducción, cuyas profundidades son de 90 kilómetros, en promedio, cuando tocan
las infraestructuras las afectan mucho, edificios de 5 hasta 10 pisos se ven
comprometidos por los efectos de las vibraciones, aquí en el Eje Cafetero
sabemos que hacen mucho daño. Pero ahora la norma sismorresistente que hoy nos
rige es muy exigente, esto reduce drásticamente el riesgo.
El país tiene la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, que no
existía en las épocas del terremoto del Eje Cafetero. ¿Usted cree que eso es
garantía para enfrentar una emergencia por un gran terremoto?
Es una gran ventaja
contar con un sistema de prevención de desastres porque eso permite planear y
preparar zonas de respuesta, a través de las oficinas municipales y regionales.
Pero indudablemente
se requiere apoyo del Estado para que los organismos de socorro estén más
preparados, no solamente con máquinas y equipos, sino también con conocimiento,
hay que darles recursos para que tengan más capacidad operativa.
Preocupa que la
capacidad de reacción nos coja, como dicen coloquialmente, ‘con los pantalones
abajo’. Yo creo que la cosa no está tan mal pero tampoco están tan perfectas.
Sin embargo, respecto al pasado, como estábamos en 1999 cuando ocurrió el
terremoto, sí hay una diferencia considerable, la gente es un poco más sensible
a los sismos, tienen mucha precaución a la hora de preguntar quien construyó su
vivienda y si es sismorresistente, son cosas de la cultura de la prevención.
Tres meses antes de que ocurriera el terremoto del Eje Cafetero, el 25
de enero de 1999, usted ya había advertido que eso ocurriría. ¿Qué siente al
saber que sus pronósticos podrían hacerse realidad este año?
Me preocupa
enormemente. Un sismo de subducción fue el que enrrutó mi vida a dedicarme a la
sismología, a aprender de ese fenómeno. Cuando nos pronunciamos en aquella
ocasión, junto al profesor Armando Espinosa, nos dijeron alarmistas,
terroristas por decirle a la gente que eso iba a ocurrir.
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