Venezuela somos todos
Desde la Escalinata de la Universidad
de La Habana, con la participación de artistas cubanos y la asistencia de miles
de personas, se efectuó un concierto respaldo a Venezuela frente a las
recientes amenazas de Estados Unidos
Foto: Jorge Luis
González
La solidaridad que une a los pueblos de Cuba y Venezuela llenó este
domingo la Escalinata de la Universidad de La Habana y la calle San Lázaro,
donde miles de personas asistieron a un concierto en respaldo a la nación
sudamericana frente a las recientes amenazas de Estados Unidos.
El Héroe de la República de Cuba, René González, habló en nombre de
los Cinco y recordó que el pasado 17 de diciembre, cuando llegaron a su patria
los tres luchadores antiterroristas que permanecían encarcelados y se
anunciaron las intenciones de avanzar en el restablecimiento de relaciones
entre La Habana y Washington, el mundo amaneció un poco más justo.
“Sin embargo, todos teníamos en mente la advertencia del Che de que en
el imperialismo no se puede confiar pero ni tantito así, nada”, dijo y añadió
que el pasado 9 de marzo se cumplió esa máxima, cuando Estados Unidos declaró
a Venezuela una “amenaza” a su seguridad nacional.
René se preguntó quién aconsejó al presidente Barack Obama para cometer
tamaña barbaridad o a qué sector tenía que complacer. Refirió que esa actitud
ha suscitado el repudio del mundo.
René hizo suyas las palabras de José Martí para asegurar: denos Venezuela
en qué servirla, que en Cuba tendrá millones de hijos.
Por su parte, el embajador de la nación bolivariana en Cuba, Alí Rodríguez
Araque, resaltó la estrecha y positiva relación que han forjado las dos
naciones. Agradeció la “extraordinaria solidaridad” del pueblo cubano, de
Fidel y de Raúl con el pueblo venezolano.
La relación entre ambos países, dijo, se fortalece cada día más pese a
las groseras deformaciones de los medios imperiales y sus sirvientes criollos.
Araque negó que su país, que tiene una vocación de paz, represente algún
peligro para una superpotencia militar como Estados Unidos.
“El peligro es el ejemplo en la defensa incondicional de su soberanía y
particularmente de su ejercicio incondicional sobre la propiedad de los
recursos naturales”, reflexionó.
Aseguró que con la llegada de Hugo Chávez al poder comenzaron una serie
de transformaciones a nivel interno e internacional que el imperio no podía
perdonarle a Venezuela.
Recordó que el Comandante Chávez le devolvió la vida a la OPEP cuando
agonizaba y representó un nuevo despertar para la integración latinoamericana.
El acto es solo una de las disímiles actividades que se desarrollarán en
todo el territorio nacional para apoyar al pueblo de Venezuela.
“Lo que ocurra de aquí en adelante depende del acierto que tengamos en
la conducción de los asuntos en Venezuela, pero también de la solidaridad y el
apoyo de los pueblos de América y el mundo”, dijo Rodríguez Araque.
A nombre de la juventud cubana, habló el presidente nacional de la
Federación Estudiantil Universitaria, Yosvani Montano, quien resaltó el
simbolismo del escenario del concierto. “En estos muros centenarios de la
Universidad, quedó fundido el espíritu de Chávez con Mella, José Antonio
Echeverría y Fidel”, añadió.
Asimismo, destacó el hecho de que hace 137 años, Antonio Maceo escribiera
una página de dignidad cubana en Baraguá, gracias a la cual “hoy estamos aquí
con igual determinación e intransigencia”.
Tras las palabras iniciales, la música asumió el protagonismo. Raúl
Torres, rompió el hielo con A Cuba y concluyó, junto a Pepe Ordás con su
conmovedora El regreso del amigo, cargada del amor del pueblo cubano a Chávez.
La orquesta Jazz band de Escuela Nacional de Arte interpretó su Popurrí de
temas latinoamericanos, Anny Garcés La bayamesa y una sentida Gracias a la
vida de Violeta Parra. Después continuaron Patricio Amaro, Marta Campos,
Moncada, Adrián Berazaín, Tammy López y el Niño y la Verdad.
Al concierto en la Escalinata asistieron también Mercedes López Acea
miembro del buró Político y primera secretaria del Partido en La Habana; el
miembro del secretariado, José Ramón Balaguer; el jefe de Departamento del
Comité Central, Roberto Montesinos; el asesor del presidente cubano, Abel
Prieto, y el ministro de Cultura, Julián González. Estaban presentes también
Gerardo, Ramón y Tony, y representantes del cuerpo diplomático acreditado en
Cuba.
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