Por Roberto Aguilar
Hablando
huevadas como el Mashi
Una vez más el troll center no
pudo con los ciudadanos. En los últimos días la etiqueta #HablandoHuevadasComoElMashi, que invitaba a recopilar
frases absurdas que hubieran sido dichas por el Presidente, fue la mayor
tendencia nacional en el Twitter. Nada atinó a hacer el esforzado ejército de
internautas del correísmo para impedirlo. Podemos imaginarlos, pobrecillos, en
cualquiera de sus oficinas, por ejemplo en aquellas de la República de El
Salvador y Moscú, recién descubiertas y fotografiadas en un reportaje de la Fundación Mil Hojas, multiplicándose
para sumar gente de su lado alrededor de la etiqueta #LosMismosDeSiempre, que fue la que inflaron para tal
efecto. En vano. Nada se puede hacer cuando una tendencia empieza a crecer
espontáneamente en las redes. Y #HablandoHuevadasComoElMashi lo
tenía todo para lograrlo: era divertida, era fácil de seguir y pronto demostró
ser inagotable. En algún momento del día viernes se volvió evidente que todo el
mundo recordaba no una sino varias frases dignas de figurar en la lista de
huevadas dichas por el Mashi. Las redes estallaron. Las cuentas correístas se
movieron menos, muchísimo menos.
#HablandoHuevadasComoElMashi es
una genialidad de la creación colectiva. Aparte de las cualidades ya señaladas,
la etiqueta tiene frente a sus competidoras la ventaja inestimable de la
invulnerabilidad. Otras tendencias pueden ser fácilmente invadidas por
internautas con las pilas puestas y las reacciones rápidas, y convertirse así
en territorios en disputa. La etiqueta #LosMismosDeSiempre,
por ejemplo, creada contra la oposición, puede ser usada contra el correísmo,
como en efecto lo fue. Basta tuitear una foto de Alexis Mera y titularla: #LosMismosDeSiempre. Con la etiqueta #HablandoHuevadasComoElMashi, en cambio, eso es
imposible. Los pocos esfuerzos correístas por invadirla fueron estruendosos
balazos en el pie. Uno tuiteó: “Yo sí apoyo a mi Presidente. #HablandoHuevadasComoElMashi”. Otro, aun más aparatoso,
se fue por la vía del insulto: “Qué se puede esperar de#LosMismosDeSiempre, mocosos con banderas de USA en sus
portadas #HablandoHue-vadasComoElMashi”. Nada que hacer:
cualquier intento de apropiación pasaba necesariamente por el reconocimiento de
que el Mashi habla huevadas. La etiqueta era una fortaleza inexpugnable.
Poco a poco sus
contenidos se fueron diversificando. Se puede reconocer, entre otros, los
siguientes tipos, todos referidos al discurso político del Presidente y casi
todos con intenciones humorísticas:
a) Citas textuales
del Presidente de la República cuyo efecto cómico se produce casi siempre por
simple contraste con la realidad. Ejemplos: “No me interesa la reelección”; “La
justicia ecuatoriana es independiente”; “La alternancia es un discurso burgués
que nadie se cree”; “Los que quisieron desacreditarte, Jorge, han quedado
desacreditados”; “El Telégrafo escribe de forma ética y profesional”; “Llévense
sus 7 millones de euros. Si quieren les damos otros 7 millones para cursos de
capacitación en respeto”; “El mundo nos ha fallado”; “¿Hay humoristas
ingleses?”; “Me siento perseguido”… En este grupo se incluyen todos los lugares
comunes que el Presidente ha convertido en lemas de su gobierno: “Avanzamos
patria”; “Prohibido olvidar”; “Que nos quiten todo menos la esperanza”; “somos
más, muchísimos más”; “La patria ya es de todos”…
b) Frases que
Correa no ha dicho pero diría si fuera sincero. Si el efecto humorístico del
grupo anterior proviene del desfase entre las palabras y los hechos, el de este
grupo resulta de imaginar un presidente cuyas palabras correspondieran a sus
actos. Ejemplos: “Abstente del sucio sexo hasta que acabes la tesis”; “Todo el
que piensa diferente es atrasapueblos”; “Primero lo nuestro, compatriotas:
nuestro apartamento en Bélgica, nuestra cuenta bancaria en Suiza; nuestro primo
en Miami”; “Odio ser odioso y no tener amigos”; “Que te roben hasta las
utilidades, menos la esperanza”…
c) Frases que
quizás el presidente no dijo, pero bien pudo haber dicho. Quién sabe: “Fausto
Miño, como cantante, es un orgullo para el país”; “Sólo los que tienen barriga
llena se oponen a la megaminería”; “Puedo vivir sin Twitter”…
d) Reflexiones
asombradas de los tuiteros con respecto a lo fácil que resulta participar en la
tendencia #HablandoHuevadasComoElMashi, tal es la cantidad de
huevadas habladas por el Mashi. Ejemplo: “No sé cuál huevada decir de tantas”.
e) Apropiaciones de
la frase “hablando huevadas como el Mashi” para reproducirla en contextos no
políticos. Verbigracia: “Ya estás #HablandoHuevadasComoEl-Mashi”.
f) Huevadas puras y
simples. Cosas que definitivamente el Presidente no ha dicho pero, según las
reglas de este juego, bien podría decir en cualquier momento por el simple
hecho de que son huevadas. Ejemplo: “Te amaré para siempre”.
Tras el espectacular éxito del día viernes, los
tuiteros interesados en mantener viva la tendencia en las redes esperaron
ansiosamente la sabatina 417 del Presidente, con la esperanza de que dijese
huevadas dignas de ser retransmitirlas en tiempo real. Por supuesto, no fueron
decepcionados. Rafael Correa fue tan generoso con ellos que la tendencia siguió
en alza y se multiplicaron los tuis del grupo d). Y eso que no fue una sabatina especialmente
memorable. Las cosas se mantuvieron todo el tiempo dentro de los límites de la
rutina. A saber:
- El Presidente defendió “el tan satanizado gasto público” (#HablandoHue-vadasComoElMashi) e hizo el inventario
de las obras inauguradas durante la semana, en las que se expresa de forma
tan incuestionable su superioridad moral: “Da satisfacción –dijo– que
mientras los mismos de siempre lanzan piedras nosotros lanzamos
carreteras” (#HablandoHuevadasComoElMashi).
- Contó todo lo que comió durante la semana y propuso una auténtica
consulta popular en la Internet para decidir si el próximo año se repite
el concurso del mejor hornado del mundo o si se organiza más bien otro del
mejor encebollado del mundo, tema de altísima trascendencia cívica en el
que sí es necesario “que vote toda la población nacional” (#HablandoHuevadasComoElMashi).
- Volvió sobre el tema del Plan Familia porque está harto de que “los
hedonistas nos impongan su modo de vida” (#HablandoHuevadasComoElMashi),
y “cansado de tanta campaña de desinformación” (#HablandoHuevadasComoElMashi). Denunció la
infiltración en el gobierno de una “agenda gay” (#HablandoHueva-dasComoElMashi) y se escandalizó de
la campaña que diseñó el Enipla para prevenir el embarazo adolescente,
especialmente de un cartel que decía “Con condón disfrutas un montón”, del
que dijo: “Lo prohibí cuando lo conocí” (#HablandoHue-vadasComoElMashi).
Y se preguntó: “¡Abiertamente distribuyendo condones! ¿Ese es el país que
queremos?” (#HablandoHuevadasComoElMashi).
- Defendió su decisión de no pagar la deuda de la Seguridad Social
porque la ley que lo obliga a hacerlo no le gusta y “ya pedí que me
reformen eso” (#HablandoHuevadasComoElMashi).
Además, dijo, “El IESS no sabe qué hacer con tanta plata” (#HablandoHuevadasComoElMashi).
- A través de la asambleísta Ximena Ponce, a quien esta semana le
correspondió llevar los recados, apretó las tuercas de la Asamblea
Nacional porque en tal ley “se demoran mucho, ¡ra-pi-di-to!” (#HablandoHuevadasComoElMashi), y en tal otra ley
“Se me han demorado demasiado” (#HablandoHuevadasCo-moElMashi).
- Mientras todo esto ocurría, los camarógrafos del show se dedicaban a buscar a las chicas más
bonitas del público con el fin de obsequiar a la audiencia masculina con
prolongados close-ups, alguno de los
cuales turbó al Presidente y le hizo perder el hilo de su discurso. Los
camarógrafos actúan así por iniciativa propia y por pedido expreso de
Correa, quien la semana anterior ya ordenó un paneo de pies a cabeza de la
ministra de Obras Públicas, a quien vio con pinta de “tecnocumbiera” (#HablandoHuevadasComoElMashi). El Presidente
acompaña las evoluciones de las cámaras con expresiones de placer no
hedonista del tipo “¡Qué guapa, carajo!” (#HablandoHuevadasComoElMashi).
Con esta somera e incompleta relación sobra señalar
que los tuiteros no se dieron abasto. No había terminado uno de transcribir una
huevada cuando el Presidente de la República salía con otra, y luego otra. Era
imposible tuitearlas todas. ¡Este tipo es un prodigio! El sábado por la noche,
un partido de la selección de fútbol relegó a la etiqueta #HablandoHue-vadasComoElMashi al quinto o sexto
lugar a escala nacional, pero el domingo volvió a la cima y fue superada sólo
por #Enlace417. Un primer puesto engañoso, si se considera
que, después de la sabatina, la mayoría de mensajes escritos a #HablandoHuevadasCo-moElMashi se referían también
al #Enlace 417, de ahí sus buenos números. Las insulsas,
faltas de imaginación, ridículas etiquetas paridas por el troll center(#PlaneandoAtracosBancariosComoLasso o #HablandoLasPlenasComoElMashi) demostraron su absoluta
incapacidad para revertir la tendencia. Sus inventores debieran ser despedidos:
es tan molestoso pensar que hay gente que está siendo pagada con dinero público
para pasárselas #HablandoHuevadasComoElMashi.
Los semiólogos de intendencia que trabajan en el
aparato de propaganda tienen justificadas razones de preocupación. Sobre todo
ahora que su santo patrono, Ignacio Ramonet, teórico de la pelea pasada, ha
aconsejado a los gobiernos neo fachos desarrollar una política para las redes
sociales, “perturbador dominante” de la comunicación según él las llama #HablandoHuevadasComoElMashi. ¿Cuál podría ser esa
política para las redes sociales? Todo lo que se ha intentado fracasó ya: la
estrategia Somos Más, el ejército de trolls, la intervención directa del Presidente… Nada
sirve. Sólo parece haber una solución: que el Mashi deje de hablar.
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