lunes, 6 de marzo de 2017

Correa: …se necesita a alguien más afable


 

La retirada del presidente está llegando.
Ante medios en Manabí, el pasado 1 de marzo de 2017, señaló: “...yo creo que se requiere un cambio de estilo” (…). “Yo soy muy vehemente, muy confrontador. Se necesita a alguien más afable, como Lenín Moreno, para evitar tanta división del país, tanta polarización, pero por el mismo sendero de la Revolución, de la justicia social, de la soberanía”.
La campaña del 2006
Once años atrás, Correa era candidato.
Alberto Acosta Espinosa era su más importante referente. En algún momento, Correa expresó que, a él, para nada le desagradaría que lo llamaran Acosta y que esperaba que a Alberto tampoco le molestase que lo identificaren como Correa.
¿A qué propuestas de Acosta se adhería Correa?: Respetar a la naturaleza y a los territorios de las nacionalidades indígenas no afectándolas con explotaciones de hidrocarburos y mineras, las que debían responder a esquemas diferentes, no privatizar todo –puertos, vías, comunicaciones, etcétera– y en lo que había que requerir inversión privada, que sea con concursos abiertos, total transparencia en las cuentas públicas, promover una gran unidad de la izquierda y de los sectores sociales, en democracia.
En los diez años de gobierno, todo se actuó a la inversa, no se ha respetado la naturaleza, se ha dilapidado en las entregas para la explotación hidrocarburífera y minera, se han vulnerado los territorios de las nacionalidades indígenas, se ha criminalizado la protesta social, se ha estrangulado a organizaciones clasistas, se le llevaron a los maestros el Fondo de Cesantía, se ha afectado a los recursos del IESS, se han privatizado infraestructuras portuarias sin procesos confiables, generando riesgos de costos inmanejables para quienes demanden sus servicios; en educación y en salud, más que en calidad, se ha gastado en costosas construcciones, para nada transparencia en los negocios ni en los contratos públicos.
Lo repetitivo, salvo contadas excepciones, es el fraude en las cifras y en los anuncios.
A veces se siguen prácticas de cuenteros, como en el caso de la supuesta planta de vehículos eléctricos en Yachay, magnificada por el propio presidente Correa como la inversión más importante de la historia del Ecuador, en entrevista en Milagro el 16 de febrero de 2017, víspera de la primera vuelta presidencial. Todo puro montaje informativo y nada más.
El feriado bancario, el Banco Guayaquil y Lasso
Economista destacado del Ecuador por la honestidad de su conducta es Eduardo Valencia.
Cuando Correa le confió a Valencia –el año 2007– la investigación sobre el feriado bancario y la crisis del sistema en los años 1999 y 2000, designando la comisión que además la integraban monseñor Víctor Corral Mantilla, Jorge Vivanco Mendieta y Ramiro Larrea Santos, se produjo un documento exhaustivo y valioso.
Sobre todo, valiente, para no vincular a quien no lo mereciera y sí vincular a los que tuviesen responsabilidades.
Ese informe debió ser la columna esencial, para luego perseguir las sanciones.
En la minuciosa revisión que recoge el informe, la supuesta responsabilidad que mencionan Correa y Lenín Moreno contra Lasso y el Banco Guayaquil no existe.
Sí está evidenciada la de su primo Pedro Delgado por las funciones que ejerció en los años 1999 y 2000. No sé si por esto no fue tomado en cuenta el informe.
Delgado, indiciado por otras infracciones, fugó con protección del Gobierno.
Dieciocho años después del feriado bancario, de estos, diez años de cuasi-plenos poderes de Correa, la imputación contra el Banco Guayaquil y Lasso recién se produce para la segunda vuelta electoral presidencial.
¿Habrá habido cobardía del poder en los diez años?
Ordenar arrojar latas de atún contra el Banco Guayaquil –quizás de donaciones extranjeras para los manabitas, que fueron robadas por los que ordenaron el operativo, en perjuicio de quienes debían recibirlas para su alimentación– a riesgo de pánico bancario, no es acto de valor, sino expresión de cobardía, como también hacer su apología y calificarla de libertad de expresión.
El encubrimiento de la corrupción
Petroecuador y la lista de Odebrecht son dos manipulaciones encubiertas, en que algo apenas se conoce, pero para nada excepciones, porque es generalizada la corrupción.
El sentir ciudadano es que si los infractores se siguen fugando, habrá que sancionar –y con severidad– a los que facilitan y permiten el encubrimiento.
La voz de Fernando Vega
Fernando fue una de las mentes más lúcidas de la Revolución Ciudadana de los primeros años.
Sobre la corrupción ha expresado en tiempo reciente: “Se ha tejido un espacio propicio para la corrupción y la opacidad. Con el pretexto de que nadie puede ser acusado sin pruebas, el propio presidente sale a defender a quienes aparecen como sospechosos. Dice que los conoce y que son muy buenas personas. Esto, hasta que revienta todo y las personas huyen”.
Continúa: “El próximo gobierno tendrá que afrontar, investigar y sancionar. La lucha contra la corrupción pasa primero por recuperar el Estado de derecho, democrático, con división de poderes; eso es fundamental. Si no se descorreízan las funciones del Estado, no habrá forma de hacerlo”. (O)

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