jueves, 7 de abril de 2016
El dedo en la llaga
Jaime Galarza Zavala
Este lunes 4 de abril de este diario inserta una carta de Lenín Moreno dirigida a Doris Soliz, secretaria ejecutiva de Alianza PAIS en que, a título de reflexiones, hace cuestionamientos a la política de la organización. Una de sus frases afirma: “Debemos ser autocríticos y reconocer que no hemos logrado cambiar el yo interior de nuestro pueblo”, por lo que en su seno están vigentes los valores capitalistas y no los socialistas. La necesidad de la autocrítica ya fue planteada por Rafael Correa la noche de febrero de 2014. Entonces él fustigó la mentira según la cual se hallaban organizados 4.000 Comités de la Revolución Ciudadana, cuando -así manifestó- en realidad no llegaban a 400. Entonces se habló de lo pernicioso que era el sectarismo, mal que esa noche inauguró una nueva etapa de equivocaciones, cuando algún socialista lanzó la consigna de ‘reelección presidencial’, mientras se subestimaba la necesidad de la ‘formación política’ de la militancia y el pueblo. Punto este último en que Lenín Moreno insiste reiteradamente. Otro tema destacado se refiere a la “necesidad de profundizar la reforma agraria”, tesis muy justa en un país donde superviven los latifundios y la postergación tradicional de los campesinos, como puede verse en los millares de madres con sus hijos abandonando el campo para vender chicles o loterías en las ciudades. Además, la exigencia encaja en la repetida declaración del presidente Correa: “Sin Revolución Agraria no hay Revolución Ciudadana”. La carta Moreno pone el dedo en la llaga, pues toca de frente y con hondura los problemas básicos del movimiento y del proceso mismo. Con la ventaja de que es documento público y, por tanto, servirá para animar un movido debate; si la hubiera hecho privada, bien podría haber acabado en alguna gaveta. El mismo día EL TELÉGRAFO publica una entrevista a Doris Soliz que inicia con esta expresión: “Hay que señalar que la carta del compañero Lenín Moreno es un documento interno de reflexión con y para la militancia...”. Esta frase de la destacada dirigente de Alianza PAIS no repara en el hecho de que la mencionada carta circula ya más allá de la militancia, como debe ser, pues trata de asuntos que no le competen únicamente sino a todo el pueblo, pues fueron millones de ciudadanos quienes dieron repetidos triunfos a Rafael Correa y Alianza PAIS. Todos ellos están en el derecho de pedir cuentas sobre los pasos dados en el proceso, pues de otro modo se caería en el viejo vicio de la partidocracia: invocar al pueblo para las urnas y después, arréglate como puedas. Lenin, el conductor de la Revolución Rusa de 1917, admitía en el periódico Pravda escritos opuestos a su política, como fuera el caso de Trotski. Mao Tse Tung, líder de la Revolución China, supo juntar diversas fuerzas y partidos, que le permitieron el triunfo en 1948. Por eso la bandera de China tiene cinco estrellas, la del Partido Comunista y las de otros cuatro partidos menores que combatieron por la misma causa. En cuanto a la Revolución Cubana, es histórico el combate abierto y público de Fidel Castro contra el sectarismo, en los comienzos de la Revolución misma. Así, sin ocultar la verdad, educó al pueblo cubano en la necesidad de preservar a la Revolución de ese cáncer llamado sectarismo. Estos ejemplos deberían ser conocidos y analizados en las conferencias ideológicas a las que se alude en la mencionada entrevista. (O)
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