El adoctrinamiento verde agüita cuesta un ojo de la cara

Publicado en abril 13, 2016 en La Info por Martín Pallares

Lo que la llamada revolución ciudadana ha gastado en adoctrinamiento no es poca cosa. Si bien no existe un consolidado accesible de todo lo que el fisco ha gastado en adoctrinamiento político, hay documentos oficiales que revelan que el monto ha sido importante. No solo por las cifras, que siempre son relativas, sino por el contenido de algunos de los programas que, en ciertos casos, han sido llamados “emblemáticos”. Por ejemplo, el Décimo Octavo Festival mundial de la Juventud y los Estudiantes.

Un documento del Ministerio de Finanzas del 2014 permite tener algunas pistas.

Únicamente la Secretaria Nacional de la Gestión Política, como se ve en este segmento del documento del Ministerio de Finanzas, tenía previsto gastar en ese año 6 millones 981 mil 517 dólares en nueve programas de los cuales la mayoría, como claramente lo sugieren sus nombres y lo afirman los documentos de referencia, están diseñados para el adoctrinamiento político.

Para comenzar se puede echar un vistazo a dos de los que están en la lista. Hay uno que se llama Escuela Permanente y Continua de Formación Política en el que, según el documento que establece su marco teórico y programático, el gobierno tenía previsto gastar, al menos en 2014, 898 mil 470 dólares. Sin embargo, en ese mismo documento elaborado por la Senplades se estima que el costo total alcanza los 8 millones 473 mil 908 dólares, como se ve en esta captura de una parte del mismo documento.

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¿Qué hace una Escuela Permanente y Continua de Formación Política que pueda costar ese dinero? Resulta que esta Escuela no es una institución física que cuente con una sede sino que es un programa cuyos objetivos y razonamientos están en un documento de 47 páginas de la Senplades. ¿En qué consiste el programa? Ahí está precisamente el problema porque si alguien lee el programa difícilmente sacará una idea en claro. Entre las cosas que dice que hará el proyecto constan frases como esta: “se pretende la combinación adecuada de formas organizativas que impulsen la economía social y solidaria y el reconocimiento de la diversidad en el sistema económico (formas de producción y comercialización, formas de propiedad) para asegurar su presencia activa en la representación y participación social en el escenario público de los próximos años”. De frases y razonamientos como esos hay cientos.

En el capítulo que habla sobre los objetivos del proyecto constan dos tipos de objetivos: uno general y otro específico. El objetivo general dice: “fortalecer las capacidades políticas y ciudadanas que contribuyan a consolidar el Estado democrático y el poder popular”. En la parte que se habla de los objetivos específicos se mencionan estos tres:

Fortalecer la organización social y su participación política a través del afianzamiento de los procesos de formación política y ciudadana.
Desarrollar programas de formación política y ciudadana, que articulen la teoría a la práctica social y política de los actores sociales.
Articular el proyecto político con la realidad concreta, a través del seguimiento y evaluación de los procesos de formación como mecanismo de retroalimentación.
Otro programa de los mencionados en el documento del Ministerio de Finanzas se llama Programa de Pensamiento Político y el costo estaba previsto en la nada despreciable cifra de 720 mil 603 dólares. Sin embargo en el documento elaborado por la Senplades y que sirve de base ideológica y programática se dice que en total costará 6 millones 761 mil 263 dólares.

¿Qué se propone este programa? Según el propio documento, que en este caso tiene 67 páginas, esto: “se ha definido como objetivo principal el impulsar la entrega de información sobre la coyuntura política y la difusión del pensamiento político oportuno, permanente y que llegue efectivamente a la ciudadanía, éste ha sido un tema de debate por parte de los partidos políticos, el gobierno, las Organizaciones No Gubernamentales, la opinión pública, entre otros, durante los últimos años”.

Este Programa de Pensamiento Político, sin embargo, ha sido observado por la Contraloría que elaboró un informe en el que dice que durante al menos un año de sus ejecución no se documentaron los gastos, por lo que no se sabe cómo ni en quién se invirtió el dinero. “La inexistencia de un archivo de expedientes que reúna toda la información generada los procesos precontractual, contractual, ejecución y liquidación de los contratos, causada por la falta de disposiciones por parte de los Directores Administrativos, en sus respectivos períodos de actuación, ocasionó que la Entidad no disponga de información completa, íntegra, suficiente, competente y pertinente que permita determinar el cumplimiento oportuno en los procesos de contratación”, dice el informe que fue publicado en el 2016 y que examina los gastos hechos entre el 2013 y el 2014. El total de los montos observados por la Contraloría asciende a 844 mil 269 mil dólares.

El documento del Ministerio de Finanzas apenas es una ventana para ver la forma en que se administraron los fondos públicos con el fin de “educar” políticamente a la sociedad. Es evidente que la cantidad de dinero gastada en estas tareas ha sido mucho mayor pero lo importante es ver, de forma documentada, los razonamientos ideológicos que llevan a esos gastos. De la lectura de los documentos de la Senplades se desprende que sirvieron como marcos teóricos para los programas de la Escuela de Pensamiento Político y Escuela Permanente y Continua de Formación Ciudadana. Es evidente que quienes manejan los dineros públicos no han tenido mayor empacho en gastarlos a manos llenas. Y para adoctrinar a la gente, lo que es peor.