Miles de personas se afanaban, muchas sin más herramientas que sus manos, por localizar a sus seres queridos entre los escombros a los que ha sido reducida una parte de la ciudad de Portoviejo, tras unpotente terremoto de 7,8 grados en la costa central de Ecuador.
La zona central de esta ciudad, antes próspera y llena de comercio, ha quedado prácticamente en el suelo.
La mayoría de construcciones de la avenida Pedro Gual, en el corazón financiero y comercial de Portoviejo (la tercera en población del Ecuador), han colapsado entre ellas el hotel Cabrera. Hasta esta hora se desconoce si hay personas atrapadas en el lugar.
Más adelante, en la misma zona, hay edificios totalmente derrumbados: de bancos, de entidades gubernamentales como el Consejo Nacional de Telecomunicaciones e incluso en el Instituto de Seguridad Social que abarcaba una manzana.
Hasta aquí llegó Jaime Ugalde, editor de El Diario, el periódico más importante de Manabí, solo para constatar personalmente los daños en la ciudad donde vive hace 35 años.
"Es una imagen desgarradora, no lo puedo creer, no queda nada en pie, voy a regresar a mi casa, abrazar a mi esposa y dos hijos. Hemos tenido suerte. Nosotros estamos sanos", dijo Ugalde.
Andrés Vera pedía ayuda para rescatar los cuerpos de su hermano Junior de 29 años, su cuñada Iliana Sánchez y el hijo de ambos de 2. La familia había llegado hasta una farmacia para comprar medicamentos cuando empezó el temblor. La edificación de cuatro pisos colapsó y enterró a quienes estaban allí.
El presidente Rafael Correa confirmó el domingo que el número de fallecidos subió a 233 mientras que un organismo de seguridad señaló que se han contabilizado 1.557 heridos.
Otras poblaciones manabitas afectadas
La noche del sábado se produjo un potente sismo de 7.8 grados en la costa central de Ecuador que ha dejado severos daños en las poblaciones de Pedernales, Portoviejo y Manta.
El gobierno declaró estado de excepción horas antes el domingo, después de este terremoto, el más fuerte que golpea al país en varias décadas.
Dejó además de amplios daños materiales en la mayor parte de las poblaciones de la provincia de Manabí, en Guayaquil, la capital y otras ciudades importantes.
El epicentro del terremoto se produjo en una zona de puertos pesqueros y playas turísticas, 170 kilómetros (105 millas) al nordeste de la capital, Quito.
En Pedernales se registra una generalizada destrucción de las casas y edificios, la mayor parte de ellos de no más de cuatro o cinco pisos mientras la población, la policía y organismos de seguridad se empeñan en rescatar de los escombros a heridos y sobrevivientes.
Las autoridades anunciaron el despliegue de 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas, así como 3.500 policías, para asistir en las tareas de rescate y mantener el orden público. También se enviaron 200 bomberos a Pedernales y 300 a Manabí, según un comunicado de la Secretaría de Gestión de Riesgos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos situó el epicentro del sismo a una profundidad de 19 km (11,8 millas), 27 kilómetros (16 millas) al sur-sureste de Muisne, Ecuador. (I)
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