jueves, 14 de abril de 2016

Carta a Correa: usted volvió al pasado

4. 

Publicado en abril 13, 2016 en La Info por José Hernández
Presidente,
Ya salió su insufrible y petulante Ministro coordinador de la política económica a ridiculizar las proyecciones que hizo el FMI sobe la economía ecuatoriana. En sus Perspectivas Económicas Globales, el Fondo anunció que el PIB caerá en Ecuador un 4,5% este año y 4,3% en 2017.
Rivera es un pésimo alumno suyo. No sabe qué hacer con su arrogancia crasa, su tono impostado y ese aire afectado de superioridad que no lo abandona. Es ese personaje quien, sin haber leído lo que dice el Fondo Monetario Internacional, afirmó hoy (13 de abril) que esas proyecciones se caracterizan por “no atinarle nunca a los resultados”. Se destaca su excelente español.
Esas perspectivas se darán, dice el FMI, “si el escenario sigue siendo el actual”: bajo precio del petróleo, dólar caro, escasa disponibilidad de financiamiento externo, déficit fiscal, pérdida de competitividad… El FMI no está anunciando una cifra seca. Está señalando a su gobierno algunos de los índices que el mercado lee y que usted, Presidente, descarta con un simple gesto altivo. Como corresponde.
Su gobierno explica que los semáforos –todos los semáforos– están en rojo por fenómenos externos a su voluntad: el bajón del precio del petróleo es el más significativo. Usted nunca dijo al país que la bonanza petrolera, que tantos dólares dio a su gobierno, se produjo de la misma forma por factores externos a su voluntad. Usted quiso convencer al país –y lo logró, pues sigue en el cargo– de que el buen momento económico que conoció el país se debió al talento suyo, de gran–economista–modestia–aparte.
Se entiende que durante ocho años fue su talento (no el flujo de dólares) lo que aseguró ese Buen Vivir tan promocionado en su gobierno. Se entiende mal, entonces, Presidente, que apenas se esfumaron los dólares, su talento se haya petrificado. Si no había conexión entre bonanza económica y petróleo, ¿cuál fue el problema? ¿Subió el dólar? Pero si lo hizo ocho años después de su llegada a Carondelet. ¿No fue un tiempo suficiente para forjar las condiciones necesarias a la soberanía económica tan cacareada en su gobierno?
Aquello que señala el FMI como problemas –y que lo induce a pensar que si nada cambia caerá el PIB 4,5% este año– son precisamente los retos que tenía su gobierno para dar sostenibilidad a su modelo. Usted debía probar que aquello que escribió, que repitió en radio y televisiones; aquello que construyó como modelo alternativo, podía funcionar al margen de las condiciones que reclaman los economistas ortodoxos y que usted critica. Pues no: su modelo, tan publicitado, es tan viejo como la leyenda medieval de Robin Hood: tomar dinero (de los fonditos que había), del petróleo, de los impuestos, de las salvaguardias… y repartirlo. Su modelo, Presidente, es un plan de gastos con montón de bonos y dádivas para crear clientelas políticas. ¿Nuevo? ¿Alternativo?
Usted no solo no cambió la lógica del sistema (aunque dijo situarse a gran distancia de la–larga–y–triste–noche–neoliberal, sino que desmontó los mecanismos que, bien que mal, ideó la sociedad política que lo precedió. Sociedad política terriblemente criticada en el pasado por esa prensa que usted insulta y persigue aunque siga usando sus recortes en sus desfallecientes sabatinas.
Ni cambio ni continuidad: usted no transformó la economía. Con usted el país ha perdido una década en comercio exterior y en la formulación de un modelo productivo viable que sustente su integración en el mundo globalizado. Usted, la Semplades y sus ministros del área han pasado años recitando discursos ideológicos mientras el mundo (cruel, asimétrico, despiadado, lo que quiera) avanza en forma irremediable. Usted y su gobierno embarcaron al país en una serie de cuentos chinos cuya fecundidad se limita al área retórica.
¿Dónde están las nuevas estructuras que debían servir de alternativa a aquellas de la larga y triste noche neoliberal? ¿Dónde están los mercados que debían abrir al margen del sucio imperialismo americano y los estirados europeos? ¿Dónde están las fuentes de financiamiento que debía reemplazar la estulticia de las antiguas elites dopadas con paquetazos? ¿Dónde están las variables que debían operar en la economía para mitigar los choques externos o internos?
No hay nada, salvo un plan de gastos que incluyó obras de infraestructura por las cuales el país, creen sus partidarios, debe levantarle estatuas. No hay cómo extrañarse: el subdesarrollo político incluye un miserable culto a la personalidad y pergaminos a las autoridades solo por haber hecho su trabajo.
No hay cómo hacer un debate ideológico con usted. Si es de derecha, pues no hizo otra cosa que gastar. Si es de izquierda, repitió lo que tanto usted critica a la izquierda infantil: fue incapaz de producir dinero, pero usted es un campeón para gastarlo.
Ahí está el país, Presidente. Como en el pasado. El FMI, diciendo lo mismo que dijo a los gobiernos que lo precedieron. Usted, echando la culpa del fracaso de su modelo a su mala suerte, al petróleo que baja, al dólar que sube. Su ministro impotable, burlándose del FMI. Ustedes todos, trabajando por debajo de cuerda para amarrar más deuda. Votando leyes con destinatario para entregar proyectos a cambio de financiamiento. O forzando al IESS o al BIESS a entregar más y más plata a cambio de papeles que les entrega el Ministerio de Finanzas.
Nada ha cambiado, Presidente. Todo se ha empeorado porque usted se irá del poder dejando facturas para que las paguen hasta las generaciones futuras. Usted no resultó un gran economista pero sí un extraordinario alumno del gatopardismo: cambió todo para que las cosas sigan iguales. Por eso usted se sigue echando flores, el FMI sigue diciendo lo mismo que decía hace diez años y su ministro farolero sonríe birriamente cuando le dicen que más y más semáforos se alumbran, ante su mirada evasiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario