domingo, 12 de marzo de 2017

Glas, una pesadísima carga




Felipe Burbano de Lara
Martes, 7 de Marzo, 2017 - 00h00
Me pregunto si Jorge Glas habría cumplido el mismo ritual de la semana pasada de presentarse en la Fiscalía para pedir que se lo investigue en su desempeño como funcionario público, si esa entidad estatal estuviese presidida por alguien que no fuera Galo Chiriboga. El acto político de reunir afuera de la Fiscalía a sus simpatizantes para lanzar consignas a su favor se hizo porque Chiriboga es un amigo del Gobierno. Solo faltaría, para cerrar el acto de purificación, que en unos pocos días el fiscal declarase que efectivamente se ha investigado a Glas, que no se ha encontrado nada, y le extienda una carta de buena conducta. Nada debería sorprendernos de un Gobierno que juega con la opinión pública, que cree poder manipular y disimular las sospechas con golpes de efecto en medio de sus temores electorales. En otras ocasiones Glas ha dicho, con cierta satisfacción de sí mismo, que es el político más fiscalizado del Ecuador. Y uno se pregunta ¿quién lo ha fiscalizado? ¿Chiriboga?
Glas es una pesada carga para Lenín Moreno, para Rafael Correa y para un eventual gobierno de Alianza PAIS. Porque están plenamente conscientes de ello, al acto en la Fiscalía le siguió un homenaje público el viernes en la noche para defender su “integridad, honorabilidad, honestidad y transparencia”. Para alivianar la carga que significa Glas, los estrategas han querido arrancar la campaña de la segunda vuelta con un lavado de imagen del candidato a la Vicepresidencia. Quizá pueda resultar la estrategia y salir victoriosos en el balotaje. Pero el alivio será solo pasajero, porque la presencia de Glas en un eventual gobierno aliancista implicará arrancar con una imagen deteriorada en condiciones de gobernabilidad adversas. ¿Por qué se impuso a Glas como candidato vicepresidencial? ¿Por qué Moreno tuvo que aceptarlo? ¿Quiénes están detrás de Glas en Alianza PAIS? Se impuso su nombre a pesar de que era evidente que él cargaría con lo peor del desgaste de los diez años en el poder.
¿Por qué tanta sospecha sobre Glas? En sus manos estuvo el manejo de los sectores estratégicos, los gigantescos contratos para la construcción de ocho hidroeléctricas, y ha sido pieza clave en los proyectos de la Refinería del Pacífico, donde se derrocharon 1.200 millones de dólares, y en la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas. Los escándalos probados de corrupción en Esmeraldas hacen ver un modo de operar negligente, despreocupado, irresponsable con los recursos públicos. Nadie hizo un seguimiento escrupuloso a un proyecto que costó más de 2.000 millones de dólares. Se firmaban decenas de contratos y a nadie le preocupaba, ni a Glas ni al presidente ni a su asesor jurídico. ¿Por qué no hemos de asumir la misma conducta sobre otros proyectos enormes? ¿Por qué debemos pensar que el proyecto de la repotenciación representa una conducta aislada de un Gobierno que vivió una bonanza inmensa de recursos sin controles? ¿Por qué no hemos de asumir que la liviandad en el manejo de los recursos ha sido una tónica de la revolución ciudadana?
Alianza PAIS y Moreno tienen en Glas una carga pesadísima que mina día a día la imagen y la credibilidad en un eventual gobierno suyo. Arrancan desgastados, deslegitimados, sin fuerza, a la defensiva, y con el escudo protector de Correa afectado. Tendrán que batirse solos y malheridos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario