HOMENAJE A “EL OBSERVADOR”
Publicado el 2013/06/15 por Editorial
ALBERTO ORDÓÑEZ ORTIZ
La noticia es fresca. Aún huele al vino para consagrar las grandes ocasiones. Y. No es. Para menos. La revista “El Observador” acaba de cumplir veinte y cinco años de servir a la comunidad cuencana y nacional. Verdaderas bodas de plata celebradas entre las noticias, los sesudos comentarios y los lectores. El que tal situación comporta es el que da permanencia a todo Medios de Comunicación. Sin esa interacción. No hay Medio que sobreviva. No leerlos. Significa. Su obligado velatorio. Perseverar. Y Perseverar. Sin que jamás se olvide. Que siempre hay un espacio para superar -por más alto que sea- su nivel de desarrollo. Humildad para entenderlo. Y. Humildad para portarlo como una enseña. Un Escudo. O. Un himno.
De allí que mantenerse cinco lustros en la palestra -como lo ha logrado “El Observador”- constituye un hecho casi inédito. Porque las revistas usualmente no pasan del primer número. Una suerte de maleficio. Parece condenarlas a su pronta. Desaparición. Debemos asumir entonces que. Sólo la vocación periodística auténtica de Director y colaboradores. Es la que sostiene su complejo y denodado quehacer. A condición de que sea la excelencia la que la sustente. Sumada a una conciencia y juicio crítico. Que no admita otra concesión que la de su compromiso con su Pueblo.
Y. Desde luego. La exigencia por la pronta aparición del número venidero. Sea porque sus visiones conmueven. Encandilan Y. Mantienen firme la expectativa colectiva. Verdadero punto de encuentro de los actores que intervienen en el evento: comunicadores y lectores. Para que sólo así la Revista o El Diario de que se trate. Se convierta en el Pan Nuestro periodístico que sacie la avidez informativa que nos asiste. Cuando el Medio -para el caso la Revista- consiguen un emblemático primer plano frente a la jueza suprema: La Opinión Pública.
Tomar el pulso a la noticia. No es asunto sencillo. Por el contrario. Exige que la calidad sea su hilo conductor . Seleccionar los eventos que concitan el interés público. Darlos la prioridad que exigen. Y. Desde luego. Desarrollarlos. Bajo Margenes. Excepcionales. Transparencia. Confrontación entre las fuentes. Para evitar así. Sue imparcialidad. Que. Debe mantenerse a ultranza.
La comunicación. En suma. Debe ser libre. Diversa. Participativa. E incluyente en todos los ámbitos de su interacción social. “El Observador” bajo la profunda visión y cosmovisión que caracterizan al Licenciado Jaime Cedillo, su Director. A su preciada experiencia y vocación periodística. A su talento superior para ejercer con decantada soberanía un periodismo comprometido y de alto vuelo. Al que le sobra el virtuoso coraje para criticar sin vacilaciones a todo actor social. O. Evento que lo merezca. Que su Paradigmática huella. Y. El valioso aporte de sus colaboradores. Continúe siendo -como la de otros contados Medios- el paradigma que marque la senda periodística a seguir.
De allí que mantenerse cinco lustros en la palestra -como lo ha logrado “El Observador”- constituye un hecho casi inédito. Porque las revistas usualmente no pasan del primer número. Una suerte de maleficio. Parece condenarlas a su pronta. Desaparición. Debemos asumir entonces que. Sólo la vocación periodística auténtica de Director y colaboradores. Es la que sostiene su complejo y denodado quehacer. A condición de que sea la excelencia la que la sustente. Sumada a una conciencia y juicio crítico. Que no admita otra concesión que la de su compromiso con su Pueblo.
Y. Desde luego. La exigencia por la pronta aparición del número venidero. Sea porque sus visiones conmueven. Encandilan Y. Mantienen firme la expectativa colectiva. Verdadero punto de encuentro de los actores que intervienen en el evento: comunicadores y lectores. Para que sólo así la Revista o El Diario de que se trate. Se convierta en el Pan Nuestro periodístico que sacie la avidez informativa que nos asiste. Cuando el Medio -para el caso la Revista- consiguen un emblemático primer plano frente a la jueza suprema: La Opinión Pública.
Tomar el pulso a la noticia. No es asunto sencillo. Por el contrario. Exige que la calidad sea su hilo conductor . Seleccionar los eventos que concitan el interés público. Darlos la prioridad que exigen. Y. Desde luego. Desarrollarlos. Bajo Margenes. Excepcionales. Transparencia. Confrontación entre las fuentes. Para evitar así. Su
La comunicación. En suma. Debe ser libre. Diversa. Participativa. E incluyente en todos los ámbitos de su interacción social. “El Observador” bajo la profunda visión y cosmovisión que caracterizan al Licenciado Jaime Cedillo, su Director. A su preciada experiencia y vocación periodística. A su talento superior para ejercer con decantada soberanía un periodismo comprometido y de alto vuelo. Al que le sobra el virtuoso coraje para criticar sin vacilaciones a todo actor social. O. Evento que lo merezca. Que su Paradigmática huella. Y. El valioso aporte de sus colaboradores. Continúe siendo -como la de otros contados Medios- el paradigma que marque la senda periodística a seguir.
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