domingo, 1 de enero de 2017
Amigos observadores buenos días: en este primer día del nuevo año, les deseo mucha prosperidad, que los deseos se cumplan, que los objetivos se alcancen, que los sueños e ilusiones se hagan realidad. Que abunde la paz en sus hogares, que las tareas profesionales se realicen de la mejor manera en beneficio de toda la sociedad. Les invito a continuar defendiendo a capa y espada la libertad de expresión, de información, los derechos humanos, a seguir luchando en contra de la corrupción, que tanto daño ha causado al país. Con los ánimos completamente renovados, después de varios meses de persecución, donde al final brillo la justicia a pesar de todos los intentos por meter la mano. Los valientes y honestos nos mantenemos de pie hasta el último, los corruptos y cobardes, lanzan la piedra y esconden la mano, huyen cuando se dan cuenta que sus patrañas no dieron resultado, se esconden con sus mentiras cerdosas, mueven las fichas perversas desde la oscuridad. Con la frente en alto y las manos limpias, continuaré, sin temor, trabajando incansablemente haciendo el mismo periodismo serio y frontal de siempre y hasta siempre. A las personas que me acompañaron a lo largo del perverso e injusto juicio penal, alzando su voz de protesta, en las calles, una y otra vez, sin miedo, gracias y mil veces gracias, por tanta solidaridad, me extendieron sus manos y caminaron a mi lado, de principio a fin. El Observador seguirá siendo la trinchera del periodismo libre e independiente. Ni mil juicios impedirán que continuemos cumpliendo con la sagrada misión. LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, NI SE COMPRA, NI SE VENDE, NI SE TRANSA.
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