lunes, 9 de enero de 2017

Gracias señor Moreno, la cosa quedó clara

  en Columnistas/La Info/Las Ideas  por 
“Este próximo año, en contra de lo que dicen tantos agoreros del desastre, vamos a crecer al 1,4%”. Esa es la previsión que usted, señor Moreno, maneja para 2017. La mencionó esta mañana en una entrevista con Jeanette Hinostroza, y lo hizo con tanta seguridad que pareciera que se trata de un pronóstico de consenso entre los economistas, una cifra bien fundamentada, casi irrefutable, y no de lo que en realidad es: una proyección mucho más política que técnica, carente de sustento y calculada con tan poco rigor que genera preocupación por el modo en que el Banco Central, que es la institución que la generó, maneja el resto de sus estadísticas. ¿Sabe usted, señor Moreno, que incluso el Banco Central cree que este año seguirán cayendo el consumo de los hogares y la inversión y que para llegar a ese 1,4% de crecimiento de la economía en su conjunto pronostica un aumento de 12% (DOCE POR CIENTO) en las exportaciones? Tal vez usted nos pueda explicar cómo se llega a semejante número (en dolarización, el crecimiento anual promedio de las exportaciones ha sido menor al 4%), porque por lo pronto las explicaciones oficiales se limitan a mencionar los beneficios del acuerdo comercial con la Unión Europea (cuando, en realidad, la ventaja inmediata de haber firmado ese acuerdo no es que las exportaciones nacionales a ese bloque se disparen, sino que no pierdan participación de mercado) y el aumento en el precio del petróleo (cuando los técnicos del Gobierno deberían saber que para calcular el PIB no se toman en cuenta las exportaciones medidas en valor, sino en volumen). Dado que usted menciona con tanta soltura la proyección oficial de crecimiento, ¿nos podría explicar cómo piensa hacer para aumentar las exportaciones petroleras (medidas en barriles) y, a la vez, cumplir el acuerdo de los miembros de la OPEP de recortar la producción? ¿O qué mecanismo piensa aplicar para que la previsible apreciación del dólar, por efecto del aumento de las tasas referenciales en EE.UU., no afecte a la competitividad de las exportaciones nacionales y éstas alcancen el enorme crecimiento que prevé el Banco Central?
Es comprensible, señor Moreno, que usted se acoja al discurso de la supuesta recuperación económica que maneja el Gobierno del que forma parte. Después de todo, está en campaña electoral y no le conviene hablar de la crisis causada no sólo por factores externos, sino principalmente por el insostenible modelo implementado en los últimos diez años. Lo preocupante es que usted se muestre tan seguro de que la economía va a crecer en 2017 (“yo digo la verdad y la ciudadanía tiene bastante razón para confiar en mí, no le he mentido nunca”, dijo para tratar de convencernos), cuando entre los economistas no alineados con el Gobierno (de “oposición”, según el Presidente Correa) existe, ahí sí, un consenso sobre la necesidad de ajustar el gasto público a niveles sostenibles y sobre los impactos adversos que ese ajuste va a provocar sobre la economía en su conjunto, que en los últimos años ha generado una enorme dependencia hacia el gasto fiscal. Si usted cree que “estamos saliendo adelante”, que “se ha manejado bastante bien la economía”, entonces no habría que esperar de su parte ninguna corrección al modelo económico vigente. Y lo cierto, señor Moreno, es que ese modelo simplemente no es sostenible. ¿Sabe usted, por ejemplo, que en 2016 su Gobierno contrató nueva deuda por cerca de $14.000 millones para cubrir sus gastos y amortizaciones? ¿Sabe que al 31 de diciembre los créditos del Banco Central al Gobierno ya suman $4.305 millones, es decir, $357 millones más que el total de los depósitos públicos en el mismo Banco Central que son los recursos que supuestamente financian esos créditos? Al respecto, usted avaló esos préstamos si son usados para inversión (cuando el mismo ex gerente del BCE reconoció que han sido usados para pagar atrasos) y comparó el manejo del Banco Central del Ecuador con el del Banco Nacional de Panamá (lo llamó Banco de Desarrollo de Panamá), desconociendo que este último, si bien es depositario oficial de los fondos públicos, no se define a sí mismo como un banco central y, sobre todo, NO MANEJA LAS RESERVAS DE LOS BANCOS PRIVADOS PANAMEÑOS (si una persona quiere abrir una cuenta en ese banco, que también funciona como banco privado, lo hace por voluntad propia).
Para respaldar la supuesta recuperación de la economía usted mencionó también el crecimiento del PIB en el tercer trimestre. Según el cuestionado Banco Central, en efecto en el tercer trimestre la economía creció 0,5% frente al segundo. ¡Cómo no lo iba a hacer si sólo entre julio y septiembre, según datos del Observatorio de la Política Fiscal, el Gobierno contrajo deuda por casi $4.000 millones para inyectar esos recursos a la economía! No obstante, usted evitó mencionar que, pese a ese enorme endeudamiento, frente al tercer trimestre de 2015 la economía se contrajo (“crecimiento negativo”, dirían en su Gobierno) 1,6%, la quinta caída interanual consecutiva. De hecho, preguntó “¿cuáles son las cifras negativas?”.
Para justificar los atrasos con proveedores del Gobierno, usted dijo que “durante un año y medio no se ha recibido un solo centavo por concepto de ingresos petroleros”. Eso es cierto, como también lo es que su Gobierno nunca se preparó para esa eventualidad, (“contingencialidad”, diría usted). Lo llamativo es que el Ministerio de Finanzas, acaso con el objetivo de ocultar la verdadera magnitud del déficit fiscal, registra para 2016 ingresos petroleros por más de $2.100 millones. En ese sentido, ¿está usted al tanto del tamaño real del hueco fiscal que le tocaría enfrentar en caso de llegar a la Presidencia? ¿O en ese aspecto prefiere quedarse con las alegres cifras del Ministerio?
Hace un poco más de un mes, en este mismo espacio se publicó una columna titulada “Háblenos de economía, señor Moreno”. Después de escuchar la entrevista de hoy, en la que incluso se negó a revelar el nombre de quien encabezaría su equipo económico y metió frases tan incomprensibles como aquella de que “los aumentos del sector público han aumentado inclusive a niveles muchísimo más altos de los que teníamos en el año 2014”, la cosa parece haber quedado clara: si usted llega a ser presidente no podemos esperar una pronta recuperación de la economía.

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