Un escándalo de compra de votos fuerza la dimisión del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski
La guerra interna de los hermanos Fujimori acaba con el presidente, implicado en el caso Odebrecht. El dirigente se rindió al ver que iba a ser destituido por el Parlamento.
Lima / Buenos Aires
Pedro Pablo Kuczynski no aguantó más la presión y acabó con su carrera política solo 20 meses después de llegar al poder. El presidente peruano, acosado por la oposición fujimorista y enfrentado a buena parte del país por su implicación en el caso Odebrecht y su decisión de indultar a Alberto Fujimori en un intento desesperado por salvarse, decidió dimitir este miércoles al comprobar que iba a ser destitutido por el Parlamento al día siguiente. La dimisión llega solo tres semanas antes de la Cumbres de las Américas en Lima, de la que Kuczynski iba a ser el anfitrión y a la que tenía previsto asistir Donald Trump y Raúl Castro. "No quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de la armonía que la nación tanto necesita y a mí me negaron. No quiero que la patria sufra. He trabajado 60 años de mi vida con total honestidad", clamó Kuczynski en un mensaje a la nación.
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Finalmente, la guerra interna entre dos de los hijos del autócrata, Keiko y Kenji Fujimori, ha hecho caer alpresidente Kuczynski (PPK). El presidente tenía que someterse este jueves a la segunda votación para destituirlo en tres meses, pero estaba intentando recabar votos para salvarse de nuevo. En medio de esa tensión, Keiko hizo que se difundieran unos vídeos en los que se ve a su hermano Kenji negociando con un parlamentario fujimorista la salvación de PPK a cambio de obras en sus provincias. Kenji pedía así a los fieles a su hermana que la traicionaran. Pero la consecuencia de la guerra interna es que ha quedado al desnudo la maniobra para salvar a PPK a cambio de dinero, aunque sea en forma de inversiones.
En los vídeos Kenji aparece como un negociador en nombre del presidente. PPK indultó al patriarca poco después de que Kenji lograra los votos suficientes dentro de su grupo como salvar esa votación de diciembre. La componenda tan burda ha generado un escándalo de tales dimensiones en Perú que algunos parlamentarios que iban a votar contra la destitución han decidido cambiar su voto.
La presión sobre Kuczynski era enorme. Un ministro y dos congresistas de Peruanos Por el Kambio (PPK), partido fundado y liderado por el mandatario, habían pedido su renuncia. "La investidura presidencial va más allá de las personas. Se necesita proteger las instituciones. Por eso, con mucho pesar, señor presidente, le pido que dé un paso al costado", tuiteó Pedro Olaechea, parlamentario de PPK, que lleva las siglas del exbanquero de inversión.
Mientras tanto, la junta de portavoces del Congreso decidió iniciar un proceso de acusación constitucional contra los tres congresistas que aparecen en los tres vídeos y un audio de negociación de dádivas a cambio de votos o abstenciones en el debate de mañana. También incluye a los ministros Mercedes Araoz y Bruno Giuffra, mencionados en dichas negociaciones.
Las grabaciones fueron realizadas a escondidas por el congresista keikista Moisés Mamani en reuniones en las que los parlamentarios Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel y el abogado personal de Kuczynski, Alberto Borea, le planteaban escenarios favorables si se abstenía de votar por la destitución presidencial.
El hijo menor de Alberto Fujimori, Kenji, se convirtió en aliado del Gobierno de Kuczynski en diciembre, cuando evitó con 10 votos la remoción del jefe de Estado, promovida por la oposición y la izquierda debido a pagos por más de cuatro millones de dólares de la empresa Odebrecht a dos firmas ligadas a Kuczynski en la década pasada. Tres días después, el indulto a Fujimori desveló el pacto y supuso una ruptura con los millones de antifujimoristas que auparon al poder a PPK y los diputados de izquierda que también le salvaron en esa votación.
Los vídeos han revelado el detalle de las ofertas y han terminado de hundir la imagen del presidente en un país en el que sus máximos mandatarios acaban en la cárcel -allí está aún Ollanta Humala- o hundidos por completo en todas las encuestas. La política peruana nunca se ha recuperado de la devastación que supuso el autogolpe de Fujimori en 1992, cuando cerró el Parlamento, y destruyó el sistema de partidos conocido hasta entonces. En ese momento, los llamados vladivideos, que grabó Vladimiro Montesinos para chantajear a los parlamentarios a los que sobornaba, marcaron la historia dramática de la política peruana. Ahora, otros vídeos también grabados por los fujimoristas en una guerra interna han acabado definitivamente con un Kuczynski que ya llevaba meses al borde del precipicio por sus implicaciones en el caso Odebrecht.
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