Por : Darío Cervantes Padilla
Los errores políticos los paga la población, llevando el sufrimiento humano en silencio por una guerra asimétrica cobarde que no nos pertenece, ocasionado por la firma* del Acuerdo Binacional Militar (ABM) con Colombia. Queremos pensar que es la ignorancia e incompetencia de la política Exterior y de Defensa ecuatoriana y no la “intención”, la que ha aceptado este peligroso y tenebroso acuerdo que nos implica directamente en el Conflicto y Post-Conflicto colombiano.
“Hemos declarado guerra total a todos los grupos armados colombianos” afirma el Cnl. Mario Pazmiño en su intervención live en redes sociales (19.02.2018). Qué significa entonces esta declaración de guerra? Para Ecuador resulta entrar oficialmente ante la comunidad internacional, a "formar parte" del conflicto y post conflicto colombiano como "actor real beligerante". Esto mismo nos lleva al hecho de que como actores en esa guerra ajena “podemos atacar” pero también podemos "ser atacados" porque nos presentamos como enemigo militar de “todos” los grupos armados no estatales (GANE) de Colombia, lo cual traerá fatales consecuencias.
Políticamente declarar la guerra en el contexto de los "conflictos colombianos" quiere decir que el gobierno ecuatoriano ha puesto en “riesgo maximal inminente” a las personas, la seguridad humana y a sus bienes en “todo Ecuador" y no solo en la frontera, porque este acuerdo binacional político militar acaba de “Borrar las Fronteras Territoriales” y con ello borra todo tipo de soberanía. Además, la naturaleza, actores y dinámicas de los conflictos colombianos (porque no es uno solo) no se detendrán en la frontera.
Efectivamente, declarar la guerra es desaparecer las fronteras político-jurídicas y con ello desaparecer también la soberanía territorial y al mismo tiempo esta irresponsabilidad “invita” a los GANE a desarrollar actividades de guerra en territorio ecuatoriano, dando "derecho a atacar" de diferentes formas, no solo objetivos militares sino civiles, a todos los actores del "mega conflicto colombiano". Las explosiones de bomba no solo se llevarán a cabo en sitios aislados y puestos militares. Las dinámicas históricas de estos conflictos indican que objetivo de guerra puede ser también cualquier instalación civil publica o privada: oleoductos, plantas de electricidad, agua y todo tipo de bienes industriales, buses, aviones, como lo ha explicado el Cnl. Pazmiño.
El mega conflicto colombiano está "alimentado por el narcotráfico y actividades criminales conexas", esas actividades forman parte de un macabro espectro de criminalidad como el tráfico de armas y municiones; robo de bebés, tráfico de seres humanos: niños y jóvenes; tráfico de órganos, desarrollo y expansión de industrias de la prostitución y mendicidad; tráfico de insumos para municiones y drogas; aumento de secuestros bajo recompensa; aumento de circulación hacia Ecuador de redes delictivas mimetizadas entre masas de migrantes y refugiados; por ende aumento exponencial de muertes, desapariciones, heridos, asaltos, extorsiones, delincuencia de connotación llevada a cabo por escuadrones de la muerte entrenados para la guerra y con capacidad de asaltar casas, edificios, comercios, empresas, bancos, carros blindados. Es decir aumento de criminalidad y micro terrorismo especialmente en grandes centros urbanos, y actividades de guerra en regiones rurales y en selva especialmente donde guerrillas y paramilitares encuentran su "lugar natural" de actividades de vida y negocios.
Un fenómeno ocultado en Ecuador es el de “Reclutamiento de Menores”. Una de las actividades de guerra colombianas en la frontera norte ecuatoriana es el de secuestro de menores hombres y mujeres, para forzarlos a “trabajar en prostitución”, trabajos militares, logística. Según información de propias fuentes colombianas, y del Departamento de Estado sobre Derechos Humanos 2010, se explica ya en ese año que “niños ecuatorianos están siendo forzados a desarrollar actividades criminales de narcotráfico y robos; y han sido reclutados por grupos terroristas colombianos activos a lo largo de la frontera norte. Mujeres ecuatorianas son forzadas a la prostitución ajena en Colombia y Perú. (Al mismo tiempo) Ecuador es país de destino para el tráfico de mujeres y niñas de Colombia, Perú y China”. Esta tenebrosa multi-actividad se intensificará.
Es irresponsable para un gobierno enviar a los miembros de su ejército desmoralizados, desmotivados, mal entrenados, sin la tecnología militar y sin experiencia necesaria para atacar y defenderse ante enemigos brutales que están en posesión de gran conocimiento y experiencia en diferentes "tácticas de guerra asimétrica" es decir no convencional, pues esa ha sido su forma de vida natural desde la época de “la violencia” en 1948, es decir estamos en guerra con un “enemigo superior” en todos los ámbitos incluyendo el psicológico, pues su relación a la muerte torturando y asesinando es “normal”, y ya que se trata de una “guerra no convencional” la mayor parte de objetivos de ataque para guerrillas Farc-Eln y numerosos ejércitos paramilitares, es la población civil.
El Cnl. Alberto Molina nos ha puesto en conocimiento puntos esenciales del “Libro Blanco” de FFAA en materia de seguridad, que no se ha tomado en cuenta la recomendación de “nunca aceptar involucrarse en el conflicto colombiano”. Un conflicto que al ser alimentado por el narcotráfico traslada la parte más compleja y perversa de esa "mega guerra asimétrica", a lo que María Fernanda Egas describe en su vasto artículo como “Narcoterrorismo en Ecuador”.(https://www.larepublica.ec/…/2018/02/04/narcoterrorismo-ec…/)
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