¿Nebot anunció ya su candidatura a la Presidencia?
Guillermo Lasso anunció, el 14 de marzo, que será candidato en las elecciones presidenciales de 2021. Jaime Nebot no se quedó atrás. Días después, él anunció que su partido pondrá candidato en el 2021. Y para evitar que le vuelvan a decir chimbador, como se lo dijeron el año pasado cuando hizo una alianza con Mauricio Rodas, Paúl Carrasco y Ramiro González, Nebot agregó una aclaración no solicitada: que adelanta el anuncio esa decisión para que no digan que la toma a última hora, para “entorpecer las cosas”. Lo que queda claro es que, por la razón que sea, y esa razón requiere ser analizada, el partido de Nebot pondrá candidato presidencial en 2021.
Nebot –también esto es claro– no quiere que Lasso ocupe solo, desde ahora, el escenario de la futura campaña presidencial. En los hechos, Lasso y Nebot, en ese mano a mano maluco que los anima, se adelantan por lo menos dos años y medio a la cita electoral. Lasso quiso tomar la delantera en un espacio que, en su caso, se antoja evidente tras haber perdido, en una elección polémica, por tan pocos votos. En el caso de Nebot, las cosas lucen diferentes. El alcalde de Guayaquil ha repetido durante años que no desea ser candidato a la Presidencia. Pero no puede repetir alcaldía, tras 19 años que cumplirá en ese cargo, en 2021. Y ha puesto el mejor cuadro del PSC en el momento, Cynthia Viteri, a competir con Doménica Tabacchi por la candidatura de ese partido a la alcaldía de Guayaquil. En esas condiciones, todo apunta a hacer pensar que limpió el camino y, sin decirlo, se convierte en el candidato del PSC a la Presidencia de la República. Este sería su tercer intento tras haber perdido con Sixto Durán Ballén en 1992 y Abdalá Bucaram en 1996.
Nebot y cercanos suyos como César Rohón, niegan, como no puede ser de otra manera, que él pueda ser candidato. Pero Doménica Tabacchi cuela esa posibilidad en forma de deseo. Y Vicente Taiano la da por sentada al punto de prohibir que este pelagato siquiera se atreva a criticar a su líder y, según escribe, “futuro Presidente del Ecuador”.
El hecho cierto es que Nebot, sin alcaldía a partir del 2019, no puede declararse cadáver político. Está obligado, para mantenerse a la cabeza de su partido, a asumir un rol y mantener vivo, incrementar incluso, su espacio de convocatoria y liderazgo en el país. Es muy posible, entonces, que sus desmentidos sobre una posible campaña presidencial se hagan menos presurosos o menos convincentes. Nebot, como se sabe, no ha cesado de medir su popularidad en el país y conoce sus desventajas. La principal es su alto porcentaje de negativos y la poca presencia de su partido en un buen número de provincias. Aquí tiene sentido el anuncio temprano que hizo sobre la presencia de un candidato de su partido para la elección de 2021: se trata no solo de competir con Lasso en la tendencia sino de fijar tareas a un partido que conoce serios vacíos de implantación en el país. Una misión como la que se impuso e impuso a sus adherentes necesita tiempo.
Nebot se encuentra, así, ante hechos inéditos en su carrera política: tiene que dejar la alcaldía, requiere poner ahí a un militante leal de su partido y la guerra con Lasso lo coloca ante una necesidad imperiosa: incrementar su influencia de manera a que su candidatura, o la de su partido, luzca evidente y la de CREO pierda sentido. En otras palabras, Nebot tiene trabajo por delante y tiene que crearse motivos para salir de Guayaquil, donde se encerró como dirigente local.
Ese escenario marca lo que está ocurriendo, en particular en la Asamblea Nacional. El PSC pondrá todas las distancias con otras fuerzas políticas –salvo con el gobierno– no porque sus denuncias contengan hechos verificables sino por la decisión estratégica anunciada, que debe desembocar en una candidatura presidencial.
Con el gobierno de Lenín Moreno, Nebot hará –ya ha venido haciendo– lo que es tradicional en el PSC: cuadrar una alianza de mutua conveniencia, obviar cualquier colaboración burocrática y hacerlo notar mediáticamente e imponer beneficios que la opinión pública no imagina: a ese paquete se le llamó en el pasado contrato colectivo.
Nada cambia en el socialcristianismo. Hasta el jefe máximo, tras León Febres Cordero, sigue siendo el mismo. Por eso la sospecha de que ese partido ya anunció cuál será su candidato para la presidencial del 2021 recae precisamente en Jaime Nebot
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