BONN, Alemania — Cuando el presidente Donald Trump anunció en junio que retiraría a Estados Unidos del Acuerdo de París, su país cedió oficialmente el liderazgo global respecto del cambio climático.
En realidad, el retiro había comenzado meses antes cuando el cambio climático desapareció de la mayoría de los sitios web del gobierno y de las agendas de Estados Unidos. El gobierno federal ya no enfrentaría el cambio climático a nivel nacional ni abordaría el incremento del calentamiento global con líderes de otros países, como el expresidente Barack Obama y su gabinete lo hacían rutinariamente.
Fue un cambio drástico y tenía que suceder.
“Me eligieron para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no a los de París”, dijo Trump cuando repudió el acuerdo. “El pacto climático de París solo es el más reciente ejemplo de cómo Washington ha sido parte de acuerdos que representan una desventaja para Estados Unidos en beneficio exclusivo de otros países”.
Desde entonces, otros han tomado el papel de líderes del clima. En Europa, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron juraron que el Acuerdo de París florecería sin Estados Unidos. El presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, promueven a sus respectivos países como los patrocinadores del cambio climático. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha reunido a las naciones para exigir mayores recortes a las emisiones. Algunos gobernadores, alcaldes y líderes empresariales de Estados Unidos han formado su propia coalición, incluso ocupando el espacio reservado para su país en las recientes charlas de la ONU sobre el clima celebradas en Bonn, Alemania.
Los analistas políticos dicen que no está claro si alguno de ellos podrá remplazar a Estados Unidos y la inmensa maquinaria diplomática que dirige cuando se involucra en algún asunto. A continuación, echamos un vistazo a algunas de las fortalezas que tienen estos líderes y los retos que enfrentan.
Xi Jinping
El presidente de China, Xi Jinping, no mencionó a Trump en la apertura del Congreso del Partido Comunista celebrado el mes pasado, pero el mensaje fue claro cuando señaló que China había tomado “el papel de líder en la cooperación internacional para responder al cambio climático”. También criticó a los países que “se retiran a un autoaislamiento”.
Muchos analistas políticos dicen que ciertamente China ha tomado acciones sobre el cambio climático, tanto para cumplir su propia promesa ante el Acuerdo de París de ponerle un límite a las emisiones de carbono para 2030, como para comenzar el mercado de carbono más grande del mundo y expandir rápidamente el uso de los autos eléctricos. En los últimos meses, China ha sido anfitriona de reuniones entre ministros sobre la energía limpia y se unió a Canadá y la Unión Europea para dirigir discusiones sobre el clima.
Robert Stavins, director del programa de economía ambiental de la Universidad de Harvard que estuvo hace poco en China para hablar sobre el cambio climático, dijo que ha observado un giro drástico en el tono de los funcionarios chinos. “Habiendo participado muy de cerca respecto del cambio climático con el gobierno de Obama como líder conjunto, China parece muy contenta de cambiar del liderazgo compartido a uno en solitario”, comentó.
Sin embargo, abunda el escepticismo. Aunque el país ha rebasado sus objetivos respecto al Acuerdo de París, aún quema más carbón que ninguna otra nación. También queda pendiente ver cuán dispuesto estará este país a permitir una mayor transparencia en cuanto a sus propios esfuerzos de reducción de carbono, y muchos temen que regresará a viejas demandas respecto de que, junto con otros países en vías de desarrollo, sean tratados con reglas menos estrictas.
Justin Trudeau
Durante muchos años se consideró que Canadá estaba rezagada en cuanto al cambio climático, pues abandonó el Protocolo de Kioto y rara vez tuvo impacto en las charlas de la ONU.
Todo eso cambió cuando el primer ministro Justin Trudeau se hizo amigo de los osos pandas y declaró que “Canadá estaba de vuelta” en las conversaciones de París sobre el calentamiento global en 2015. Trudeau dijo sentirse “profundamente desencantado” con la decisión de Estados Unidos de retirarse del Acuerdo de París, y declaró que: “Canadá tiene un compromiso inquebrantable con el combate al cambio climático”.
Desde entonces, ha hecho mucho para lograr esa meta: duplicó la contribución de su país al organismo científico de la ONU y se ha movido para ocupar el lugar de Estados Unidos en algunos escenarios internacionales. En septiembre, por ejemplo, Canadá celebró una reunión con las economías más grandes del mundo para discutir el cambio climático. Funcionarios estadounidenses de la administración de George W. Bush crearon esa reunión, conocida originalmente como Major Economies Forum, que continuó durante el mandato de Obama. El gobierno de Trump básicamente la abandonó este año.
“Si Estados Unidos va a echarse para atrás, nosotros iremos hacia adelante”, dijo la ministra de Medioambiente de Canadá, Catherina McKenna.
Sin embargo, este país todavía batalla para imponer una política interna significativa de cambio climático, y en los últimos meses Trudeau ha aprobado proyectos de tuberías de asfalto y gas natural líquido. Los activistas en Canadá dicen que si Trudeau quiere ser un auténtico líder, tendrá que rechazar la nueva infraestructura de combustibles fósiles, algo que sería un reto muy difícil y quizá imposible de cumplir.
Líderes locales y estatales de Estados Unidos
Quizá ningún grupo ha hecho más alboroto en la escena mundial de este año que el grupo de gobernadores, alcaldes y empresarios estadounidenses reunidos en la coalición We Are Still In (Seguimos Participando). Dirigida de manera no oficial por el gobernador de California, Jerry Brown; el antiguo alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg; y el gobernador de Washington, Jay Inslee, el grupo ha jurado que mantendrá el Acuerdo de París y hará progresar las políticas de combate al cambio climático.
Cuando el gobierno de Trump eligió no ocupar un pabellón en las conversaciones sobre el clima en Bonn para exponer los esfuerzos de Estados Unidos respecto al cambio climático, Bloomberg y otros acordaron pagar para hacerse cargo del tema. Ahora el pabellón de ese país cuenta con una especie de delegación de líderes locales que dicen que representan una cara distinta del gobierno. “Tengo la firme convicción de que Estados Unidos debe contar con una representación aquí”, dijo Bloomberg.
Sin embargo, sin la participación de más estados, en especial los fuertes en cuanto a combustibles fósiles, Estados Unidos se quedará corto respecto del compromiso de París, según han concluido varios análisis.
Angela Merkel y Emmanuel Macron
Se le da mucho crédito al gobierno de Obama por ayudar a crear el Acuerdo de París pero en realidad fue Europa la que insistió en primer lugar en el pacto. Desde el anuncio del retiro por parte de Trump, los líderes europeos no han perdido la oportunidad de reafirmarse como los guardianes de los esfuerzos globales respecto del cambio climático.
En particular, Macron ha continuado patrocinando el acuerdo forjado en la capital de su país. Invitó a los científicos estadounidenses que trabajan con el cambio climático a que se mudaran a Francia, y ha presionado varias veces a Trump para que no se retire del acuerdo. En diciembre, Francia será anfitriona de una celebración del Acuerdo de París a la que aún no se invita a Estados Unidos. Merkel puso el cambio climático al centro de una cumbre del Grupo de los 20 en Hamburgo, Alemania, este año.
No está claro en qué medida los esfuerzos de estos líderes harán cambiar la política de Estados Unidos. Como dijo hace poco Frank V. Maisano, socio del despacho legal Bracewell, que representa a clientes relacionados con la energía: “A los defensores de Trump no les importa que Macron le esté gritando. Les gusta”.
António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas
Guterres se convirtió en secretario general de la ONU en enero, y quienes trabajan con él han dicho que entró al puesto con todo. Guterres, antiguo primer ministro de Portugal, se aseguró de que el cambio climático tuviera un lugar destacado durante la Asamblea General de la ONU y se reunió con el exvicepresidente estadounidense Al Gore y con Brown, de California, para hablar sobre maneras en que las Naciones Unidas podrían promover soluciones. También abrió una sesión especial para discutir el cambio climático y su impacto en las pequeñas islas arrasadas por varios huracanes en el Caribe.
Robert C. Orr, decano de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Maryland y asesor especial de Guterres, dijo que el líder de la ONU está “imprimiendo su propio sello” en el cambio climático preparando la celebración de una cumbre en la sede de la ONU en Nueva York en 2018.
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