‘Cada niña que llegaba él la cogía para escolta’: el número dos de las FARC abusaba sexualmente de las guerrilleras
23 DE NOVIEMBRE DE 2017 03:50 PM
BOGOTÁ
El que fuera número dos de las FARC, Luis Édgar Devia, alias “Raúl Reyes”, muerto en 2008, abusó sexualmente de las guerrilleras de su escolta a las que “amedrentaba” para garantizar su silencio, según recoge un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
El documento titulado “La Guerra inscrita en el cuerpo”, que se hizo público el pasado martes 20 de noviembre y que se presentará de manera oficial este viernes, incluye el testimonio de una excombatiente de las FARC que formaba parte de la escolta de Reyes y que denuncia repetidos abusos sexuales contra ella y otras guerrilleras.
“A él le gustaba abusar de las muchachas que llevaba. Y pues no fui solo yo, cada niña que llegaba él la cogía para escolta”, relata “Gina”, ex guerrillera que fue reclutada a los nueve años en el departamento del Putumayo (sur) y que formó parte de la escolta de Reyes durante 16 años.
La víctima añade: “La primera vez que él quería estar conmigo y yo no quería, me pegó una cachetada y me insultó, me dijo que allá se hacía lo que él dijera no lo que nosotras quisiéramos.”
El estudio constata que en el país hubo más de 15,000 víctimas de violencia sexual en cinco décadas de conflicto armado, el 91,6 % de ellas mujeres.
Reyes, que ejerció de portavoz de las FARC en el fallido proceso de paz de El Caguán (1998-2002), fue el primer miembro del secretariado (mando colectivo) de esa guerrilla en ser abatido por las Fuerzas Armadas colombianas, el 1 de marzo de 2008 en Ecuador.
Aunque la violación estaba prohibida por las normas de la guerrilla hoy desarmada y transformada en partido político, el informe recoge que los actos de Reyes eran “un secreto a voces” y que “el poder del victimario era suficiente para amedrentar y asegurar el silencio de sus acciones”.
El documento también especifica que las principales víctimas de violencia sexual en la guerrilla eran “las niñas y adolescentes vinculadas mediante reclutamiento forzado”.
“La relación entre reclutamiento de niñas y adolescentes y violencia sexual al interior de las FARC fue común en estos casos en los que se repitieron y recrudecieron al interior de las filas discursos que situaban los cuerpos de las niñas como cuerpos-premio para los altos comandantes”, añaden los investigadores del CNMH.
Las historias recopiladas en el documento también apuntan a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a grupos paramilitares como autores de muchos de los actos de violencia, donde se repetían los patrones de victimizar especialmente a mujeres reclutadas de manera forzosa.
Según los datos del CNMH, los paramilitares fueron responsables del 32,2 % de los actos de violencia sexual y las guerrillas del 31,5 % del total, aunque también reconoce otros perpetradores, como agentes de las fuerza pública.
Un testimonio informa de los actos del jefe paramilitar Hernán Giraldo: “El señor solo violaba niñas menores de 15 años (…) Si el tío, el papá, o la mamá tenía una necesidad y este señor le ofrecía plata por su hija, ellos estaban amenazados y tenían que entregarla, si no, eran asesinados”.
Según el relato, aún cuando estuvo preso, a Giraldo “todavía le llevaban niñas a la cárcel” y hay un caso escabroso de una menor “con problemas de discapacidad” que fue entregada al paramilitar.
El informe concluye que la violencia sexual “fue ejercida de manera ininterrumpida” durante todo el conflicto, y llama a que todos los grupos armados “reconozcan la ocurrencia de la violencia sexual” y “realicen actos de perdón a las víctimas”.
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