Escándalo Espinosa: Silvia Salgado fue el caballo de Troya
El salvataje del que fue objeto Augusto Espinosa fue tan escandaloso que sus protagonistas están tratando de neutralizar su onda expansiva. Es el trabajo que dieron algunos asambleístas de Alianza País a sus asesores. Entre ellos está Carolina Zurita, asesora de la asambleísta Amapola Naranjo, quien escribió a 4pelagatos para corregir las mentiras que, según ella, escribió Martín Pallares en la nota titulada: “¿Qué tapa el correísmo en el salvataje a Espinosa?”
Carolina Zurita envió su texto a los comentarios de 4Pelagatos. Por supuesto no dice que es asesora de una asambleísta de Alianza País. Se presenta como una técnica de la Comisión Aampetra sin decir que allí hay seis miembros de Alianza País y tres de la oposición. Sobre las mentiras supuestas del pelagato Pallares, los lectores pueden juzgar. Ese texto faculta, no obstante, a volver sobre la operación que facilitó al oficialismo y a sus aliados salvar del juicio político a Augusto Espinosa. Y sobre todo, permite apreciar el papel de Caballo de Troya que jugó Silvia Salgado, presidenta de la Comisión Aampetra, conformada para investigar el tema de los abusos sexuales a menores de edad.
Precisamente, esa Comisión fue convocada a la sesión del CAL del lunes 13 de noviembre, a las 10:30. A nadie cabía duda que Aampetra fue invitada en el marco del debate para definir si el CAL daba curso o no al juicio político contra el ex ministro de Educación. Por eso la Comisión se reunió en la mañana para revisar lo que iban a decir en el CAL en la tarde. Cuando se inició la sesión, los presentes recibieron un documento de 62 páginas. Uno de los miembros de la oposición, Héctor Muñoz, asambleísta de SUMA, propuso que les dieran una hora para leer y hacer comentarios. No se aceptó su pedido y el secretario empezó a leer página por página. Lourdes Cuesta, asambleísta de CREO, y Héctor Muñoz, miembros de la Comisión, se percataron de que faltaban hechos y testimonios que eran clave en la investigación que Aampetra había hecho y en la que habían intervenido padres de familia, profesores, funcionarios y organizaciones sociales.
“Era una relación de hechos –dice Cuesta– y no un informe”. Además, no se especificaba si lo que se leía era un testimonio o un comentario hecho por la Comisión. No había entrecomillados. Silvia Salgado reprochó a sus asistentes y dijo que no se había respetado la matriz que tenía que tener el informe. La sesión se suspendió hacia las 13:30 sin que se hubiera leído ni la mitad informe. Salgado prometió arreglar las inconsistencias del documento y, ante el desaguisado, se llegó al consenso de que cada miembro de la Comisión daría su opinión ante el CAL.
En la tarde, en el CAL, Silvia Salgado leyó un documento al que le dio categoría de informe. Una sorpresa pues no se aprobó en la sesión de la mañana. Los asesores de Salgado dijeron que había cinco firmas (de la mayoría de Alianza País se supone) pero nadie las vio. En su texto, Salgado eliminó aquellas partes de la investigación de Aampetra, donde aparecía la responsabilidad de Augusto Espinosa. Luis Fernando Torres, miembro del CAL, ratifica que ella excluyó totalmente a Augusto Espinosa. Ni siquiera lo citó.
Es más, la aliada del correísmo habló de responsabilidad de todo el mundo, incluso de la sociedad civil por, supuestamente, no haber hecho algo sobre las denuncias. Salgado fue el mismo día sello y cruz. En la mañana apareció, en la Comisión, como una presidenta decidida a establecer las responsabilidades políticas del ex ministro Espinosa. En la tarde, en el CAL no lo nombró. Patricio Donoso, miembro del CAL, tuvo incluso que pedirle que antes de abandonar la sesión dijera, a nombre de Aampetra, qué responsabilidad le endosa a Espinosa. Ella se fue por las ramas más altas para decir cosas irrelevantes. Que se despojaba de su investidura de asambleísta para hablar como madre y mujer… Pero no respondió la pregunta.
Cuesta pidió la palabra y dijo que no se habían incluido testimonios y hechos clave en la investigación de Aampetra. “Ahí leí lo que dijo Espinosa cuando confesó que sí sabía de las denuncias y que en el caso de La Condamine no se había sancionado a las autoridades porque ellas habían denunciado los abusos. Además leí el testimonio dado en una comparecencia del ministro de Educación, Fander Falconí, en la cual dice que nunca recibieron la información que Espinosa aseguró haber enviado. En ese momento intervino Héctor Muñoz y dijo que aquello no era un informe de la Comisión sino de la Presidenta”.
Los oficialistas pueden ahora tergiversar los hechos o maquillar su alcance. El hecho cierto es que lo que hizo Salgado fue definitivo para que el CAL desestime el pedido de juicio político a Espinosa. Salgado descartó los testimonios recogidos por Aampetra de padres, profesores y activistas sociales en los cuales Espinosa tiene responsabilidades. Gracias a ella, el CAL se olvidó de la existencia de Espinosa.
“Fue determinante –dice Luis Fernando Torres– porque la mayoría del CAL utilizó ese informe para resolver que el presidente de la Asamblea con la presidenta de Aampetra presenten las denuncias penales correspondientes contra todos los involucrados en estos temas de acoso sexual a niños”. Todos. Pero contra Espinosa ni siquiera juicio político.
A nadie le cabe duda de que el oficialismo utilizó, con su total aquiescencia a Silvia Salgado. El CAL –dice Lourdes Cuesta– siempre busca una forma de lavarse las manos. La mejor en este caso era llamar a la comisión Aampetra y “si la Presidenta no menciona a Espinosa, es obvio que hablamos de un operativo para salvarlo”. Luis Fernando Torres coincide. Según él fue una jugada del oficialismo para limpiar a Espinosa y sacarlo del caso diciendo que ellos sí están con la investigación completa.
El lunes pasado, el oficialismo hizo una jugada tan cínica como perfecta en el CAL para salvar a Espinosa. Lo hizo gracias a un alfil cooptado: Silvia Salgado.
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