Así se pagaron USD 280 mil por el teléfono del avión presidencial Legacy
La Contraloría reveló los gastos de una oficina especial que la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) mantiene en Miami, Estados Unidos, para la gestión de operaciones y repuestos de las aeronaves del Palacio de Gobierno, de la que los propios oficiales a cargo dijeron desconocer su existencia. Uno de los gastos más destacados es el cambio del teléfono satelital del avión presidencial Embraer Legacy, FAE 051, por pedido verbal del ex presidente Rafael Correa, quien alegó que el que vino de fábrica no funcionaba bien. El cambio se hizo sin ningún documento de respaldo y se pagó recién en 2016.
20 de noviembre del 2017
REDACCIÓN PLAN V
Es, comparativamente, uno de los aviones presidenciales más pequeños de la región. Se trata de un jet ejecutivo Embraer Legacy, que el ex presidente Rafael Correa ordenó comprar para reemplazar un viejo bimotor de turbo hélice que volaba bajo el código FAE 001, y que era el avión presidencial adquirido en los años 70.
El Legacy, que le costó al país USD 28 millones, forma junto con otro pequeño avión ejecutivo de fabricación francesa, modelo Falcon 7X, la flota de dos aviones que el ex presidente Correa usaba para sus viajes al exterior y al interior del país. Ambas naves solamente cuentan con menos de 14 sillas, por pedido expreso del Gobierno, que prefirió usar otros aviones de TAME para desplazar a las comitivas y así mantener la privacidad del presidente y entorno más íntimo. En otros países, en cambio, toda la comitiva presidencial, sus funcionarios, invitados y prensa tanto oficial como privada se desplazan en un solo avión, como ocurre en Colombia, México, Chile, Argentina, Canadá, Estados Unidos y hasta en los viajes del papa Francisco.
El avión Falcon, en cambio, llegó a costar por lo menos USD 54 millones de dólares, con lo que se estima en no menos de USD 82 millones los gastos en la pequeña flota presidencial ecuatoriana.
En su momento, el ex presidente justificó la compra alegando la antigüedad de la nave presidencial, pero luego, la limitada autonomía del Legacy hizo que el Palacio, en un concurso secreto que fue objetado por la Contraloría, comprara también el jet francés, que tiene mayor capacidad de vuelo intercontinental aunque sigue siendo muy pequeño para desplazar comitivas oficiales.
Con el nuevo Gobierno, el presidente Lenin Moreno anunció la decisión de vender uno de los dos aviones presidenciales, lo que no se ha verificado hasta la fecha. Ambas naves pueden operar en la mayoría de las pistas del país, pero el jet Falcon tiene mayor autonomía de vuelo internacional.
El ex mandatario se habría quejado de la mala calidad de las llamadas desde el avión, por lo que hubo que cambiar el sistema de comunicación.
Con el nuevo Gobierno, el presidente Lenin Moreno anunció la decisión de vender uno de los dos aviones presidenciales, lo que no se ha verificado hasta la fecha. Ambas naves pueden operar en la mayoría de las pistas del país, pero el jet Falcon tiene mayor autonomía de vuelo internacional.
Ambas naves cuentan con internet y teléfonos satelitales, una de las ventajas que el ex presidente Correa destacaba siempre, pues en teoría le permitía continuar trabajando mientras volaba y estar en permanente comunicación con la capital.
Pero el teléfono satelital del Embraer, según se desprende de un informe de la Contraloría aprobado este año, no siempre funcionó bien.
Los gastos de la Oficina Logística de la FAE en Miami
La Oficina Logística de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Miami (Olfamia) fue auditada por la Contraloría entre el 1 de enero de 2011 y el 30 de junio de 2016. La oficina depende del Servicio de Protección Presidencial, un cuerpo especial de las Fuerzas Armadas que custodia el Palacio de Gobierno y está a cargo de la seguridad y transporte del presidente y vicepresidente de la República, del secretario de la Administración y de sus familiares dentro y fuera del país.
Según el informe de la Contraloría, para el cumplimiento de sus tareas, la Olfamia tiene una cuenta en el Bank of America de Miami, a la que se han transferido USD 6´924 879, 66 en el periodo analizado por la Contraloría.
En el mes de diciembre del año 2011, cuando el avión Legacy viajó al Brasil para su mantenimiento de 36 meses, se concretó un pedido que, según dijeron los oficiales de la Fuerza Aérea a la Contraloría, hizo el ex presidente Rafael Correa en persona: cambiar el teléfono satelital del avión por uno nuevo, pues el que vino de fábrica no funcionaba bien.
En esa ocasión, aprovechando el viaje del avión a la planta de Embraer en el Brasil, se cambió el sistema de comunicación satelital y un amplificador, aunque el informe para justificar el cambio del aparato fue realizado por la Fuerza Aérea recién en marzo de 2012. Correa habría alegado constantes cortes en la comunicación con tierra de su teléfono satelital, por lo que habría dispuesto verbalmente el cambio de las dos piezas.
Correa habría alegado constantes cortes en la comunicación con tierra de su teléfono satelital, por lo que habría dispuesto verbalmente el cambio de las dos piezas: el sistema y el amplificador.
Recién en agosto de 2012, cuando la pieza ya había sido cambiada el año anterior, se adjudicó oficialmente a Embraer el trabajo, que le costó al país USD 280 mil.
Con una informalidad digna de mejor causa, la costosa pieza simplemente se cambió a petición verbal de la Fuerza Aérea, lo que llevó a la Contraloría a observar que nunca se firmó un contrato, en donde se establecieran las responsabilidades de las partes, ni se especificó la garantía, ni se elaboraron los informes necesarios para justificar el gasto.
A pesar de que no contaban con ninguno de estos respaldos, señala la Contraloría, desde el Servicio de Protección Presidencial transfierieron a la cuenta de la Olfamia los USD 280 mil, que, sin embargo, no fueron pagados efectivamente a Embraer sino luego de más de tres años después.
Un oficial que no conocía de Olfamia
Otro detalle curioso es que un oficial de las Fuerzas Armadas, que ejerció la Dirección de Logística del Servicio de Protección Presidencial entre el 6 de mayo de 2014 y el 30 de junio de 2016, sostuvo ante la Contraloría que cuando le entregaron el cargo, nunca le informaron siquiera que la Oficina Logística existía, y menos que tuviera cuentas por pagar a Embraer. El ex director de Logística dijo también que nunca había viajado a Miami ni que conocía dónde quedaba la Oficina Logística, a pesar de que las compras de repuestos para las aeronaves del Palacio estaban entre sus atribuciones.
El haber cambiado el telefóno satelital de esa forma, sin la documentación de respaldo, resultó perjudicial para Embraer, que, según explicaron los oficiales del Servicio de Protección Presidencial, no pudo emitir por estar prohibido por las leyes del Brasil una factura del trabajo efectuado en 2011 con fecha del 2012, lo que impidió que el Ecuador pagara por el repuesto oportunamente.
Otro oficial, consultado por la Contraloría sobre el cambio del teléfono, dijo que se trataba de un cambio "urgente" y alegó "la seguridad del Presidente de la República" para justificarlo. A este criterio se sumó el piloto del avión, también entrevistado por la Contraloría.
Otro oficial, consultado por la Contraloría sobre el cambio del teléfono, dijo que se trataba de un cambio "urgente" y alegó "la seguridad del Presidente de la República" para justificarlo.
Repuestos para los Dhvruv
Los helicópteros Dhvruv, comprados a una empresa aeronautica hindú, y actualmente fuera de servicio por fallos y por una serie de accidentes, entre ellos, la caída y destrucción total del helicóptero presidencial FAE 601 en Chimborazo, fueron previstos de repuestos también por medio de la Olfamia.
Así, según destaca la Contraloría, la Olfamia se encargó, desde 2011, de comprar directamente al fabricante hindú los repuestos para el helicóptero presidencial, el FAE 601, que pintado de blanco, transportaba al presidente Rafael Correa hasta el accidente en donde resultó destruido, que tuvo lugar el 26 de febrero de 2014.
Según las investigaciones sobre el lote de helicópteros adquiridos en la India, la empresa fabricante cometió algunos incumplimientos, como entregar motores más antiguos que los negociados en los aparatos.
La FAE llegó a pagar a la HAL, la firma hindú que construyó el helicóptero siniestrado, cerca de USD 400 mil en repuestos, con algunas falencias como la falta de documentos de entrega, y con varios incumplimientos de la HAL, que a pesar de haber facturado por 16 repuestos solo entregó 14, lo que fue observado por la Contraloría.
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