martes, 21 de noviembre de 2017

*_¡Que venga Correa!_!



*_Enrique Ayala Mora_*
¡Huy! Dicen que Correa ya regresa al Ecuador. Él y los suyos amenazan con que pronto estará aquí para “demostrar” la inocencia de Glas, para “poner en orden” a su movimiento y “castigar” a los traidores que apoyan a Lenín Moreno, para dirigir la campaña por el “no” en la consulta popular, para apoyar a sus “colaboradores”, que en número cada vez mayor, son “perseguidos” con denuncias de corrupción… ¡Al fin volverá la tranquilidad al país! Con Correa entre nosotros, se desvanecerán las acusaciones contra Glas y ya no habrá divisiones, la gente lo aclamará en las calles y Moreno perderá la consulta. Con su sola presencia desaparecerán las acusaciones de corrupción de los responsables de su gobierno… Esas son las esperanzas de los correístas, que creen en los milagros. Pero, ¿quién le tiene miedo a Correa?, ¿quién se cree el cuento de “ya viene el cuco”? En realidad nadie. Por eso, lo mejor es decirles a los correístas que lo traigan pronto y a él mismo que no cacaree tantas amenazas, compre el pasaje, haga sus maletas y regrese al país enseguida. ¡Que venga Correa! Nadie le tiene miedo. Que venga pronto y afronte la realidad, cuando ya no puede recorrer el país repartiendo dádivas y plata del Estado para promover su clientela, cuando ya no tendrá 40 guardaespaldas de seguridad para “protegerlo” de gente que se le antoja está en su contra y les cae a trompones en plena calle. Que se atreva a visitar el Ecuador profundo para que vea como lo rechazan las gentes cansadas de sus abusos, insultos y desplantes. Que se vea cara a cara con sus víctimas de la “década ganada”, con los estudiantes apaleados y expulsados, con los indígenas maltratados por defender la madre tierra, con los ambientalistas engañados y perseguidos, con los trabajadores privados de sus derechos. Que se tope con la gente común y los luchadores sociales a los que criminalizó. Que regrese a ver lo que dejó: un país endeudado y en quiebra, que se hunde en la corrupción. Que venga Correa a ser derrotado en la consulta popular, a ver como Glas se derrumba, como muchos de sus incondicionales ya no lo son. Y como sus “leales” y “sumisas” son cada vez menos y están contra la pared por lo que le tienen que responder por sus actos. Que venga para que constate que el país de las “sabatinas” solo estaba en sus sueños de grandeza y en los bolsillos de sus organizadores, para que le den la espalda los empresarios que le apoyaban y socapaban y ahora revolotean a su sucesor. Y que venga porque ahora ya no es más acusador, sino acusado. Así se enterará de una vez por todas que la gente del Ecuador aguanta mucho, pero al fin rechaza y sanciona a los déspotas. ¡Que no amenace! ¡Que venga… y punto!

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