El colectivo por la defensa del Yasuní demanda al Estado ecuatoriano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Después
de agotar todas las instancias nacionales, el colectivo Yasunidos presentó el
pasado martes 28 de octubre una demanda contra el Estado ecuatoriano por
violación de derechos políticos ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), órgano perteneciente a la Organización de Estados Americanos
(OEA) y que tiene su sede en la ciudad de Washington. Mientras
esto ocurría, en la capital ecuatoriana se celebraba una rueda de prensa donde
integrantes del colectivo y sus abogados aseguraron que el Estado ecuatoriano
violó los derechos políticos de las 757.623 personas que firmaron por una
consulta popular y cuyas firmas fueron arbitrariamente desechadas por los
órganos competentes.
Fue
el 15 de agosto de 2013 cuando el presidente Rafael Correa anunció la decisión
de abandonar la iniciativa Yasuní-ITT que pretendía mantener el petróleo del
bloque ITT -Ishpingo, Tiputini, Tambococha-, dentro del Parque Nacional Yasuní,
indefinidamente bajo el subsuelo. En rechazo a esta decisión gubernamental,
diferentes sectores de la sociedad civil se agruparon en torno al movimiento
Yasunidos para exigir que fuera el pueblo ecuatoriano quien tomara la decisión
a través de una consulta popular. Tras seis meses de recogida de firmas, en un
proceso no exento de polémica, presentaron 757.623 de las 583.324 rúbricas
necesarias ante el Consejo Nacional Electoral. Más de la mitad fueron
invalidadas lo que provocó que Yasunidos exigiera su publicación, algo que
nunca ocurrió.
Ramiro
Ávila, uno de los abogados del colectivo, consideró que Ecuador ha violado el
derecho de la ciudadanía a una democracia directa. “Creemos que el Estado
ecuatoriano, a través del Tribunal Electoral y el Consejo Nacional Electoral,
violó el debido proceso y que el procedimiento de verificación de firmas fue
poco transparente, hecho por una autoridad que no fue independiente”, aseguró
durante la rueda de prensa. Además, Ávila afirmó que la recolección de firmas
para realizar una consulta popular y evitar la explotación del Yasuní era un
mecanismo más para proteger a los pueblos indígenas no contactados que viven en
el Parque y que ahora están en peligro de extinción.
Por
su parte, el también abogado Julio César Trujillo, aseguró que acudieron a las
instancias nacionales con poca esperanza porque presumían que las
organizaciones del Estado ecuatoriano obedecen a una sola voluntad, la del
Presidente de la República, y este había manifestado en numerosas ocasiones que
no se llevaría a cabo la consulta. “Esa presunción fue confirmada por los
hechos y por eso teníamos la necesidad de acudir a los organismos
internacionales”, aseveró.
Lo
que Yasunidos espera de la CIDH es que reconozca que el Estado ecuatoriano
violó los derechos políticos de la ciudadanía y que se reparen integralmente a
los 757.623 ecuatorianos que firmaron para la celebración de una consulta
popular. Además, confían en que Ecuador garantice los mecanismos necesarios
para proteger a las poblaciones en aislamiento voluntario. “Queremos que este
caso acabe en la Corte
Interamericana de Derechos Humanos para probar estas
violaciones y que al Estado ecuatoriano le condenen por no tener mecanismos
para garantizar la democracia directa”, puntualizó Ávila. Para que esto ocurra
la Comisión, como primer paso de un largo procedimiento, deberá admitir a
trámite la demanda.
Audiencias
sobre Ecuador en la CIDH
Un
día antes, en la sede estadounidense de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, tuvo lugar la primera jornada de las audiencias públicas que celebra
bianualmente dicho organismo. Dos eran las relacionadas con Ecuador: la
situación de la independencia judicial y la situación de los derechos humanos
de los pueblos indígenas.
Dos
delegados de Yasunidos estuvieron presentes, así como integrantes de diversas
organizaciones indígenas de Ecuador. Muchas de las denuncias en la audiencia se
centraron en el caso del Parque Nacional Yasuní. “Expresamos nuestra
preocupación por la explotación petrolera en la Amazonía ecuatoriana,
especialmente en el Yasuní, algo que perjudica los derechos de los pueblos
indígenas en aislamiento voluntario”, expuso Patricia Carrión, del colectivo
Yasunidos.
Por
su parte, el Gobierno ecuatoriano no envió a ningún representante. Se trata del
tercer período de sesiones consecutivo en que Ecuador deja vacío el asiento del
Estado en las audiencias públicas de la CIDH, ya que tampoco envió
representantes el pasado marzo ni en el mes de octubre de 2013.
Rafael
Correa volvió a criticar a la Comisión en varios mensajes de su cuenta oficial
de Twitter. “Tenemos más denuncias en la CIDH que Pinochet. Que lo sepa el
mundo: Ecuador es uno de los 7 de los 34 países americanos que ha ratificado
TODOS los instrumentos interamericanos de DDHH. EEUU no ha ratificado NINGUNO,
pero tiene la sede de la OEA y de la CIDH”, escribió el presidente ecuatoriano.
“¿Hasta cuándo tanto colonialismo? Otro show más contra la Revolución”,
continuó Correa.
Para
Trujillo, la insistencia del Estado ecuatoriano ante la Comisión no es sino un
acto más de desprecio, primero, por los derechos humanos y, en segundo lugar,
por los organismos internacionales que fueron creados por los propios Estados.
“Solo el hecho de que tengamos que acudir a estos organismos habla mal del
Gobierno ecuatoriano”, aseguró.
Orlan
Cazorla (@orlancazorla) es periodista freelance en América Latina. Autor de www.orlancazorla.net
Rebelión
ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
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