Lenin, jefe de la revolución
soviética rusa, manifestaba con claridad que el Estado es un instrumento de
opresión y dictadura de aquella clase dominante sobre las clases dominadas. Es
decir, en el capitalismo vigente el Estado ejercita el dominio de la oligarquía
sobre los trabajadores, incluso en tal propósito hacen uso de la violencia a
través del ejército y la policía para mantener sus oprobiosos intereses y
menguar la exigencia popular sobre mejores condiciones de vida o incluso
cambios que permitan transformar la sociedad.
Estamos por conmemorar el día de la
no violencia contra la mujer, pero su sentido no es sólo el de repudiar la
violencia doméstica o el de discriminación sexual, de género, física o
psicológica; que es producto de la sociedad patriarcal machista que incluso
determina roles específicos entre hombres y mujeres; así por ejemplo: los
trabajos convencionales encargados a cualquiera de los dos géneros depende de
una concepción impuesta machista o el hecho de que sean menor remuneradas las
mujeres, con respecto a los hombres a pesar de hacer tareas semejantes; entre
otros son ejemplos que denotan la sociedad machista impuesta por los grupos de
poder.
Pero decimos que la violencia no es
sólo entre géneros, tal como lo hemos recreado, sino que el origen de la
violencia está en la sociedad, en el capitalismo. Para demostrar la naturaleza
violenta per se del capital vale recordar que este 25 de noviembre se conmemora
a propósito de lo sucedido hace 51 años atrás en que las hermanas Minerva,
Patria y Ma. Teresa Mirabal fueron asesinadas por el régimen de Trujillo.
Rafael Leónidas Trujillo fue un
dictador burgués y aliado del imperialismo norteamericano que concentró la
riqueza de su país en pocas manos, así como las distintas instituciones (poder
ejecutivo, judicial, legislativo, medios de comunicación; etc.) y limitó las
libertades políticas y sociales. Frente a esa realidad los trabajadores, los
pueblos y la juventud, los hombres y mujeres dominicanas se organizaron para
oponerse a la dictadura de Trujillo.
Las Mirabal participaron del
movimiento opositor a Trujillo, formaron parte de la la Agrupación política 14
de junio, incluso colaboraron y formaron parte de algunas acciones de
resistencia armada contra el dictador. El reconocimiento a tal activismo y
consecuencia implicó que, entre los luchadores por la libertad, las Mirabal
sean conocidas como Las Mariposas (mariposa era el nombre de combate de
Minerva). La lucha política incluso condujo a algunas de las Mirabal a la
cárcel y posteriormente a ser violadas torturadas y finalmente asesinadas.
Ese asesinato golpeó mayormente la
conciencia de los pueblos dominicanos, la sangre libertaria de las Mariposas
permitió acabar con la dictadura de Trujillo y con su vida en el 30 de mayo de
1961.
La muerte de las Mirabal expresa por
un lado la naturaleza del Estado burgués, su brutalidad para aplacar a quien
piensa distinto, se demuestra el papel de los órganos represivos del Estado que
defienden los intereses de las transnacionales y la oligarquía. Pero además
queda claro que es pertinente luchar por las libertades públicas, por la
transformación de la sociedad; y, en esa línea la participación social y
política de la mujer es imprescindible para la conquista del poder político del
Estado y la construcción de la Patria Nueva y el Socialismo para alcanzar
igualdad de género, étnica y de clase.
La lección concreta de este
recordatorio a las Mirabal es la de ligar su lucha al presente. Hoy que en el
Estado burgués ecuatoriano, conducido por Correa se criminaliza la lucha
social, se judicializa la protesta, se persigue y encarcela a dirigentes, se
traiciona el proyecto político que le confiáramos las mayorías en el país, se
pacta con las trasnacionales mineras y petroleras, se despide a trabajadores
acusándolos de pseudo inoperancia, se concentran la dirección de las
instituciones del Estado, se pasa inadvertido el alto costo de la vida; es
preciso que hombres y mujeres redimensionen su papel en la transformación de la
sociedad y que venciendo el temor social operado desde Correa y su propaganda
(pues no es invencible) nos organicemos y luchemos por la vida, por un Ecuador
del tamaño de nuestros sueños, por una nueva sociedad que exprese el poder de
la juventud, los trabajadores y los pueblos, de los hombres y mujeres que
anhelamos la verdadera libertad.
(*) Dos años tiene de publicado este
artículo. Podría decirse que nada ha cambiado, pero la verdad es que se
profundiza las contradicciones en la sociedad ecuatoriana que pone de un lado a
las clases explotadoras con su visión capitalista patriarcal y por otro a la
juventud, los trabajadores y los pueblos que luchamos por la Unidad Popular, la
Patria Nueva y el Socialismo.
Lcdo. Francisco Escandón Guevara
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