viernes, 7 de noviembre de 2014

José Abarca, el alcalde que se convirtió en el terror de Iguala




Él y su esposa vivían ostentosamente. Son acusados de la desaparición de 43 estudiantes en México.



De vendedor de sombreros, sandalias y joyería de oro y bisutería barata, José Luis Abarca pasó a alcalde de Iguala, Guerrero (sur de México). Sin ningún antecedente o experiencia dentro de la política, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, lo postuló para ese cargo.
Abarca es acusado, junto con su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, de la desaparición de 43 estudiantes normalistas, del asesinato de algunos de sus enemigos políticos, y de nepotismo, ya que tenía contratada en la nómina de la alcaldía que gobernaba a gran parte de su familia.
En 2013, Abarca fue señalado como responsable del asesinato de Arturo Hernández Cardona, líder de la organización social Unidad Popular de Iguala, quien tuvo diferencias con Pineda Villa días atrás a su secuestro y asesinato, ya que en una sesión pública del Cabildo, Hernández Cardona acusó a Abarca de estar involucrado con el narcotráfico.
Al matrimonio de Pineda Villa y Abarca se le conoce como “la pareja imperial”, debido a que compartían el poder de gobierno y por sus planes de que Pineda Villa sustituyera a su esposo en el cargo, una vez que éste terminara su mandato.
Abarca tiene 53 años, se graduó este 2014 como licenciado en derecho. De él se dice que le gustaba alardear de su riqueza -forjada en menos de tres décadas- dentro del comercio del oro, misma que le permitió poseer diversas joyerías en la entidad, así como una plaza comercial en Iguala con valor de 300 mil pesos (22.000 dólares), debido a ello se le identifica como un comerciante ambicioso, pues inició sus ventas en un puesto dentro de un mercado.
Los recursos con los que inició sus negocios son señalados como de dudosa procedencia, incluso las autoridades investigan el origen de sus bienes, ya que se le acusa de que desde años atrás a su incorporación a la política en 2011, tenía vínculos con grupos del narcotráfico en la zona como Guerreros Unidos, banda surgida de la desaparición del Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva y que controlan a la policía municipal de varias regiones guerrerenses.
Los habitantes de Iguala, una región donde hay altos niveles de pobreza, rezago y desigualdad social, describen cómo Abarca y su familia destacaban por la ostentación de la que hacían gala, vivían en lujosas casas, se transportaban en elegantes vehículos y vestían ropa de marca.
A él lo describen como un hombre acomplejado por su corta estatura, mide 1.50 cm, y presume de su cuerpo musculoso. El matrimonio Abarca-Pineda tiene tres hijos, dos mujeres de 24 y 17 años y un joven de 14.
Una mujer ligada al narcotráfico
En tanto Pineda Villa cuenta con un historial de delincuencia familiar, es una mujer directamente ligada al narcotráfico. Es la tercera hija de Salomón Pineda y María Leonor Villa, sus tres hermanos Alberto, Mario y Salomón Pineda Villa, trabajaron para el cártel de los Beltrán Leyva.
Dos de ellos, Alberto y Mario fueron asesinados en 2009, año en el que también sus padres fueron detenidos por la Policía Federal por estar vinculados con el mismo cartel. Salomón fue detenido el 10 de octubre después del ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
De acuerdo con información de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República, la familia Pineda Villa está relacionada desde los años 90 con el Cartel de los hermanos Beltrán Leyva, que se desprendió del Cartel del Pacífico liderado por Joaquín El Chapo Guzmán Loera, los integrantes de la familia Pineda Villa operaban en Zihuatanejo, Guerrero, y en municipios de Morelos.
Los informes de inteligencia y las declaraciones del líder de los Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, detenido en octubre pasado, señalan que en 2009, tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, María de los Ángeles Pineda Villa quedó como “la principal operadora de actividades delictivas desde la presidencia municipal (alcaldía)" de Iguala, en complicidad con su esposo.

ALEJANDRA NOGUEZ
Para EL TIEMPO
CIUDAD DE MÉXICO

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