SAMIR KASSIR TODAVÍA ESTÁ ESPERANDO JUSTICIA Y MOLESTA A SUS ASESINOS

Entrevista con Gisele Khoury, fundadora y presidenta de la Fundación Samir Kassir
la UNESCO

El asesinato del periodista e intelectual libanés Samir Kassir aún no se ha resuelto, pero su nombre suena más que nunca desde su muerte, hace 12 años. "Los ojos de Samir están en todas partes, y molesta a sus asesinos", dijo Gisele Khoury, periodista y viuda de Kassir. Como presidenta de la Fundación Samir Kassir, la lucha de Gisele Khoury por la justicia es parte de su trabajo diario, pero también es un sueño por el que vale la pena luchar. Para ella, su familia y su país.

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¿Podría decirnos quién fue Samir Kassir y por qué sus ideales eran importantes para la libertad de prensa?

Antes de convertirse en periodista, Samir Kassir era filósofo, pensador, politólogo e historiador. Fue uno de los pocos periodistas en el país que habló sobre la causa libanesa después de la guerra civil. Como periodista, hablaba en contra de un régimen militar que reprimía activamente la libertad de expresión. Samir siempre ha tenido dudas sobre la paz y la reconciliación en el Líbano. Trabajó extensamente en este tema, especialmente en democracia. Creo que lo que quedará de su pensamiento es la dimensión global de su intelecto.

¿Cómo fue asesinado y qué hiciste para obtener justicia?

Colocaron un dispositivo explosivo debajo del asiento del conductor de su automóvil. Fue la primera personalidad libanesa asesinada desde el asesinato del primer ministro Rafic Hariri. Mi lucha por la justicia comenzó en las primeras horas después de su asesinato. Inmediatamente solicité una investigación en francés porque Samir tenía nacionalidad francesa. El juez antiterrorista Jean-Louis Bruguières produjo un informe interesante con la ayuda del departamento de seguridad en el Líbano.

En algún momento, la investigación francesa se detuvo después del cambio de gobierno. Luego apelamos a un tribunal internacional. Ahora estamos esperando su decisión.

¿Por qué decidieron establecer la Fundación Samir Kassir y cómo lucha contra la impunidad y defiende la libertad de prensa?

Samir fue asesinado el 2 de junio de 2005. La Fundación comenzó con la ayuda de un grupo de amigos, que inicialmente trabajaron para preservar la memoria de Samir traduciendo sus palabras y organizando conmemoraciones. La Fundación lleva el nombre de Samir, por lo que su nombre y su espíritu persisten allí. Interrumpe a sus asesinos.

También decidimos crear un centro de medios dentro de la Fundación que monitoree las violaciones a la libertad de prensa en el espíritu del trabajo de Reporteros sin Fronteras. Lo llamamos SKeyes, "ojos de Samir Kassir". SKeyes no solo proporciona datos sobre Líbano, sino también sobre Siria, Palestina y Jordania. SKeyes se ha convertido en un centro de estudios de periodismo en la región árabe.

A través de estas iniciativas, alertamos a la opinión pública sobre los periodistas procesados ​​y encarcelados en nuestra región. Exigimos que se haga justicia. Esto es lo más importante.

¿Cuáles son los principales obstáculos a superar en la región para garantizar que los periodistas puedan hacer su trabajo de forma segura?

No hay esperanza en nuestra región sin el estado de derecho. Sin el estado de derecho, sin justicia, el desarrollo no puede lograrse. Ni siquiera desarrollo económico. Creo que los periodistas no podrán sentirse seguros mientras prevalezca la impunidad en sus países.

Doce años después del asesinato de Samir Kassir, ¿todavía crees que se hará justicia?

Creo que cuando los regímenes que patrocinaron su asesinato se debiliten, todo se aclarará. En mi opinión, la justicia no se quedará atrás. Buscamos justicia en nuestro trabajo diario, de una forma u otra.

¿Dónde encuentras la fuerza para mantener tu lucha contra la impunidad?

Si no soñamos, no podemos vivir. Lo que me causó más dolor después de la muerte de Samir fue que dejé de soñar por un tiempo. Cuando decidí continuar viviendo, comencé a soñar de nuevo. Creo que esta región ya no puede vivir sin democracia y libertad. Este es un sueño por el cual vale la pena luchar.