domingo, 6 de agosto de 2017

Dinero electrónico: ¿un riesgo?



Publicado el 2017/08/05 por AGN
[Alberto Ordóñez Ortiz]
Lo he dicho en repetidas ocasiones. Lo reitero. La política es o puede ser un complot. Un enardecido complot. Numerosas “divinidades”, en veces minúsculas, cuyo poder proviene de nuestra anuencia en no discutirlas, suelen intentar confundirnos. El complot tiende a encubrir la verdad. A escamotearla. A propósito del tema, El Ministro de Finanzas, en el conocido programa “Hora 25” admitió que el empleo de dinero electrónico sería una “medida adecuada” para paliar la catastrófica crisis económica: herencia del ex-presidente Correa. El ingreso del dinero electrónico- en escena, sería una crispación más en la larga cadena provocada por quien terminó por convertir al País en el epicentro de la inestabilidad financiera más profunda de su historia republicana.
Lo que eludió informar el Ministro es que el impulsor de la creación del dinero electrónico -allende el 2010- fue Pedro Delgado, ex-presidente del Banco Central; a quien, su primo Rafael, llamó “pillastre”. Con un personaje dueño de semejante curriculum, -procesado penalmente y, hoy refugiado en los EE. UU.- ¿qué podemos esperar?, pues, desajustes que no nos atrevemos a adjetivarlos. ¿Qué más si no? No sin razón el economista Eduardo Valencia en el 2015, año en que se legalizó el dinero electrónico, nos advirtió que: “El problema del país es la falta de liquidez en divisas y el sistema del dinero electrónico puede echar abajo la dolarización en pocos meses. Ahora mismo vivimos una dolarización sin dólares y cada vez se agotan más. El gobierno trata de generar una liquidez ficticia que, a la larga traerá más problemas, porque cuando la gente vaya a reclamar sus dólares, no habrán y entonces se podría generar una crisis más grave que la del 99”.
Según opiniones vertidas en el 2015 por la BBC, la banca perdería su rol protagónico y podría desaparecer en la medida en que se vaya [dibujando] el nuevo sistema…” . “La descomunal fisura provocada por el nuevo modelo monetario -agrega- daría paso a emisiones sin el respaldo necesario…”; y, podría, generar, -añado-, las condiciones para liquidar el bolsillo de los ecuatorianos de menores recursos.
En adición, el Banco Central en aplicación de la ley del correato -del 2015- estaría facultado para cobrarnos una tasa por manejar nuestro propio dinero. ¡Hábrase visto!. El retorcido embuste empleado para contar con dinero “cash”, utilizando los ahorros del pueblo ecuatoriano; sería, sin duda, el siniestro objetivo de fondo. Tal como van las cosas, tendríamos que convenir en que el empleo del dinero electrónico enciende al tope las alarmas. Además, podría ocurrir que Correa -dado su ilimitado ego- se de el lujo de decir que la puesta en circulación del mismo lo ha impuesto desde Bélgica. Y, lo lamentable es, que de alguna manera tendría razón, más, si de forma que extraña, los asesores del actual gobierno son los mismos que los del anterior, algunos de los cuales, estarían en capilla. El nuevo gobierno debería reconsiderar la medida en función de las más rigurosas previsiones. Entre tanto, no nos queda más remedio que dormir con el un ojo abierto. Y, con el otro, también. (O)

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