Vigilia por agua y el ambiente en Quimsacocha
La Comisión de Participación Ciudadana de la Asamblea Nacional sesionó, la tarde del sábado, a orillas de las lagunas de Quimsacocha y aprobó una moción propuesta por el asambleísta Luis Pachala, por la cual resolvió declararse en vigilia por el agua y el ambiente y fiscalizar en los ministerios de Minas y el Ambiente los procesos de concesiones mineras otorgadas.
La comisión escucho propuestas a representantes y activistas ambientalistas y antimineros. Yaku Pérez, del Frente de Organizaciones del Azuay (FOA), pidió que se declare a todo el territorio ecuatoriano libre de minería metálica y frenar lo que llamó “festín minero. El 12 % del territorio ecuatoriano está concesionado para explotación minera, dijo.
El presidente de la comisión, Héctor Yépez, asambleísta por Guayas, dijo: “Gracias por hacernos conocer los que es el agua, lo que es Quimsacocha. Nuestros jefes no son los partidos políticos sino los ciudadanos”.
Absalón Campoverde, asambleísta por Zamora Chinchipe, conoció las zonas de exploración minera en la zona donde está el proyecto aurífero hoy llamado “Loma Larga”, ahora en fase de exploración avanzada. Según afirmó: palpó “de cerca la afección del páramo. Llevaremos a la Asamblea lo que está ocurriendo con los páramos del Azuay y el Ecuador”.
El escenario de la sesión de la comisión asambleístas, ante más de doscientas personas que arribaron de comunidades y agrupaciones de Cuenca, Cañar, El Tambo, Santa Isabel, Girón, Nabón y otras, fue ante una cueva junto a las lagunas, en una geografía de páramo y pajonales, a una altitud cercana a los 4.000 metros sobre el nivel del mar. Algunos concurrentes sintieron afecciones leves por la altura.
Llegaron para expresar su adhesión a la defensa del agua y la naturaleza, “para que no se destruya el agua y el ambiente y quede como una herencia para nuestros hijos”, dijo un dirigente.
Hubo un ritual intercultural previo a la sesión de la comisión de la Asamblea. A los gritos de “Viva el agua”, “Viva la unidad” y “Viva la lucha”, el taita (maestro) José Guamán invocó a Pachacámac (Dios, en la cosmovisión andina) y a la Pachamama (la madre naturaleza), y señaló que todo está ligado a ella, a la que los ancestros respetaban, pero la conquista española desligó a los pueblos originarios de su ambiente natural.
El ritual, con todos los asistentes congregados, consistió en saludar, de cara hacia los cuatro puntos cardinales, a los espíritus y las fuerzas de la naturaleza, “en busca de una vida digna y de armonía”. El taita hizo las invocaciones, una de ellas fue un saludo a la mamacocha (el mar); por último pidió besar la tierra.
A continuación, bendijo frutos de la tierra y en forma similar a un sacerdote católico aspergeó “con agua bendita” a los presentes con un hisopo de flores. A continuación pidió ofrendar a la laguna los frutos.
Con muchos situados frente a ella, Yaku Pérez pidió tomarlos con la mano, ponerlos sobre el corazón y concentrarse en un deseo. Él pidió que “en Quimsacocha nunca entre la minería” y entonces fueron al agua pan, bananos, manzanas y hasta un piña, lanzada por el asambleísta Yépez. (AVB)- (I)
La comisión escucho propuestas a representantes y activistas ambientalistas y antimineros. Yaku Pérez, del Frente de Organizaciones del Azuay (FOA), pidió que se declare a todo el territorio ecuatoriano libre de minería metálica y frenar lo que llamó “festín minero. El 12 % del territorio ecuatoriano está concesionado para explotación minera, dijo.
El presidente de la comisión, Héctor Yépez, asambleísta por Guayas, dijo: “Gracias por hacernos conocer los que es el agua, lo que es Quimsacocha. Nuestros jefes no son los partidos políticos sino los ciudadanos”.
Absalón Campoverde, asambleísta por Zamora Chinchipe, conoció las zonas de exploración minera en la zona donde está el proyecto aurífero hoy llamado “Loma Larga”, ahora en fase de exploración avanzada. Según afirmó: palpó “de cerca la afección del páramo. Llevaremos a la Asamblea lo que está ocurriendo con los páramos del Azuay y el Ecuador”.
El escenario de la sesión de la comisión asambleístas, ante más de doscientas personas que arribaron de comunidades y agrupaciones de Cuenca, Cañar, El Tambo, Santa Isabel, Girón, Nabón y otras, fue ante una cueva junto a las lagunas, en una geografía de páramo y pajonales, a una altitud cercana a los 4.000 metros sobre el nivel del mar. Algunos concurrentes sintieron afecciones leves por la altura.
Llegaron para expresar su adhesión a la defensa del agua y la naturaleza, “para que no se destruya el agua y el ambiente y quede como una herencia para nuestros hijos”, dijo un dirigente.
Hubo un ritual intercultural previo a la sesión de la comisión de la Asamblea. A los gritos de “Viva el agua”, “Viva la unidad” y “Viva la lucha”, el taita (maestro) José Guamán invocó a Pachacámac (Dios, en la cosmovisión andina) y a la Pachamama (la madre naturaleza), y señaló que todo está ligado a ella, a la que los ancestros respetaban, pero la conquista española desligó a los pueblos originarios de su ambiente natural.
El ritual, con todos los asistentes congregados, consistió en saludar, de cara hacia los cuatro puntos cardinales, a los espíritus y las fuerzas de la naturaleza, “en busca de una vida digna y de armonía”. El taita hizo las invocaciones, una de ellas fue un saludo a la mamacocha (el mar); por último pidió besar la tierra.
A continuación, bendijo frutos de la tierra y en forma similar a un sacerdote católico aspergeó “con agua bendita” a los presentes con un hisopo de flores. A continuación pidió ofrendar a la laguna los frutos.
Con muchos situados frente a ella, Yaku Pérez pidió tomarlos con la mano, ponerlos sobre el corazón y concentrarse en un deseo. Él pidió que “en Quimsacocha nunca entre la minería” y entonces fueron al agua pan, bananos, manzanas y hasta un piña, lanzada por el asambleísta Yépez. (AVB)- (I)
El ambiente natural
La majestad del páramo de Quimsacocha sobrecoge; en 360 grados surge, soberbio, el pajonal y el viento corre, meciendo la paja del monte. Los picos de las montañas se perfilan al cielo sus crestas rocosas, azuladas, en la lejanía, por la niebla, vecina de los cerros.
Enclavadas en medio de ellas, están las Quimsacochas (tres lagunas), con sus espejos de agua entre el verdor de los pajonales. Sapicados en medio de ellos surgen los frailejones, especie vegetal de las alturas.
En la parte media del cerro hay actividades de forestación atribuidas a la minera y arriba, cerca de las lagunas, afecciones ambientales como surcos marcados por ruedas de vehículos y excrementos de animales de ganadería. (AVB)-(I)
La majestad del páramo de Quimsacocha sobrecoge; en 360 grados surge, soberbio, el pajonal y el viento corre, meciendo la paja del monte. Los picos de las montañas se perfilan al cielo sus crestas rocosas, azuladas, en la lejanía, por la niebla, vecina de los cerros.
Enclavadas en medio de ellas, están las Quimsacochas (tres lagunas), con sus espejos de agua entre el verdor de los pajonales. Sapicados en medio de ellos surgen los frailejones, especie vegetal de las alturas.
En la parte media del cerro hay actividades de forestación atribuidas a la minera y arriba, cerca de las lagunas, afecciones ambientales como surcos marcados por ruedas de vehículos y excrementos de animales de ganadería. (AVB)-(I)
ANTE LA COMISIÓN
“Junto con mi hermana hemos sufrido persecución por denunciar la actividad minera, para nosotros ha sido una situación muy difícil”. (Laura Segovia, activista).
“Junto con mi hermana hemos sufrido persecución por denunciar la actividad minera, para nosotros ha sido una situación muy difícil”. (Laura Segovia, activista).
“Lo que pasó en el Yasuní, en la Amazonía (con la explotación de recursos) viene pasando también en Quimsacocha. Estamos al borde del ecosidio”. (Marcelo Quizhpe, comunero)
“No hay posibilidad de diálogo si no se habla en Cuenca sobre el agua y la minería, bajo los principios constitucionales de precaución ambiental” (Iván Granda, concejal de Cuenca).
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