Moreno desautoriza sutilmente a María Fernanda Espinosa
Lenín Moreno ha dado un golpe de timón en el tema de Venezuela. Lo hizo en el programa “El gobierno informa”, que se emite todos los lunes por la noche. El tono del viraje ha sido tan tibio y tan tímido que resulta imposible sacar como conclusión que el Estado ecuatoriano ha asumido una posición crítica frente a las pretensiones dictatoriales de Nicolás Maduro. Sin embargo, como en todo viraje hay matices importantes y en este caso también hay algunos mensajes que leer. Uno de esos es que desautoriza, de alguna manera, a su canciller María Fernanda Espinosa.
Veamos.
Para comenzar, por primera vez el gobierno ecuatoriano menciona el drama de los derechos humanos en Venezuela. Si bien lo hace con guante de seda, no es irrelevante que finalmente lo haga. Durante muchos años el gobierno de Rafael Correa tuvo una posición incondicional frente al régimen de Nicolás Maduro y el entonces presidente alguna vez llegó a decir que Maduro era incapaz de reprimir cuando millones de personas veían en redes sociales la brutal represión en todo el mundo. Con la llegada de Moreno al poder la situación no cambió. No solo que su canciller María Fernanda Espinosa jamás mencionó el tema de los derechos humanos, evidentemente violados en Venezuela por el Gobierno de ese país, sino que utilizando la doctrina de la no intervención llegó a respaldar visible y manifiestamente a la instalación de la Asamblea Constituyente de Maduro. Es más, alguna vez Espinosa aseguró que lo que más le impresionaba en el caso de Venezuela era la violencia de la oposición. Espinosa, días más tarde, estuvo en Caracas respaldando a la Constituyente junto a los representantes de Cuba, Bolivia y Nicaragua mientras que los cancilleres de al menos 13 países de la región, los más importantes sin duda, se reunían en Lima para condenar lo que ocurre en Venezuela. Cuando por primera vez la comunidad internacional aislaba a Venezuela por su comportamiento abiertamente dictatorial y represivo, el Ecuador se quedaba dentro del pequeño equipo de países que defendían lo impresentable.
En la declaración que Moreno formuló en su programa “El gobierno informa” también menciona la preocupación que dice tener “por la cantidad de presos políticos” que hay en ese país, otro tema que también había hasta ahora un tabú para la diplomacia ecuatoriana. El Ecuador jamás ha transmitido al gobierno venezolano preocupación alguna por la situación de opositores como Leopoldo López, por ejemplo. Aquí también hay un giro importante.
Quizá lo más notorio y llamativo de la declaración, sin embargo, es que se diga que por encima de todo derecho y de cualquier postura ideológica, está la vida de los venezolanos. “Por encima de todo derecho, por encima de cualquier postura ideológica o política, la vida es sagrada e intocable, la muerte de seres humanos es un hecho que debemos lamentar y rechazar enérgicamente”, dice la declaración.
Sin duda, Moreno formula en esta parte de su declaración una crítica a la posición que ha mantenido a rajatabla su canciller y parecería que la desautoriza, aunque no directamente. A renglón seguido hace una alusión a la tan cacareada tesis de Espinosa sobre “la no injerencia” aunque esta frase podría asociarse también a la reciente amenaza del presidente de los EEUU, Donald Trump, de utilizar la fuerza militar en Venezuela.
Si bien el tono del mensaje podría hacer pensar que el viraje es tibio y tímido, resulta significativo que luego de tanto silencio se haya llegado a redactar una declaración que evidentemente marca un cambio en el enfoque frente a Venezuela. Que se hable de una preocupación por los muertos, que son mayoritariamente de la oposición, y por los presos políticos es una ruptura con la posición histórica del gobierno ecuatoriano, no solo de Rafael Correa sino también de Lenín Moreno que nunca había hecho una alusión tan directa el tema.
La declaración abre, en todo caso, la interrogante sobre el futuro de María Fernanda Espinosa al interior del gobierno. Su entusiasmo en respaldar al gobierno de Nicolás Maduro ha sido evidente y, además, motivo de críticas y condenas en la opinión pública.
Moreno sin duda ha prestado oídos a una importante y constante crítica a su gobierno por el tema de su posición frente a Venezuela. Es fácil pensar que algún asesor suyo le pudo haber comunicado lo que se piensa y se dice sobre la política del gobierno ecuatoriano frente a Venezuela en los círculos ajenos a los núcleos del correísmo duro o de la canciller Espinosa.
Moreno hace así un ajuste de tuercas en un terreno en el que era evidente tenía una deuda pendiente con la opinión pública. Y también marca una nueva diferencia con su antecesor.
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