En la madrugada del 14 de junio, un hombre estacionó una camioneta frente al portón del monasterio Nuestra Señora de Fátima, ubicado en General Rodríguez, una ciudad al oeste de Buenos Aires. En medio de la oscuridad comenzó a lanzar bolsos al interior del monasterio: intentaba esconder 160 bultos que contenían 8,9 millones de dólares.
Un vecino lo vio y llamó al 911. Antes de ser detenido, el hombre intentó sobornar a los funcionarios para que lo dejaran escapar, pero se negaron. Entonces volvió a entrar al monasterio (donde solo viven tres monjas) y, según una de las religiosas, les dijo: “Me van a robar. Porque yo robé dinero para venir a ayudar acá”.
El hombre es José López, de 55 años, exsecretario de Obras Públicas que actualmente se desempeña como representante de la provincia de Tucumán en el Parlamento del Mercosur.
Los escándalos políticos continúan en Argentina y, aunque sorprenda, el que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner haya sido imputada por supuesto lavado de dinero y que el actual mandatario Mauricio Macri sea investigado por su vinculación a sociedades registradas en paraísos fiscales revelada en los Papeles de Panamá, estos no son los casos más mediáticos del momento.
López acapara los titulares de todo el país. Medios como La Naciónrevelaron que, aparte de los 89 kilogramos de billetes que transportó en su camioneta Meriva, los organismos de seguridad también le decomisaron 153.610 euros, 49.800 pesos argentinos, 425 yuanes, 2 riales cataríes, seis relojes de lujo, una carabina Sig Sauer y varios teléfonos.
En el programa informativo “Animales Sueltos”, el conductor Alejandro Fantino reveló imágenes de una bóveda subterránea descubierta después del allanamiento que la policía efectuó en el monasterio. Aunque las religiosas dijeron que se trataba de una cripta, La Nación asegura que en realidad se encontraron tres bóvedas y un grabador de video digital que es analizado por las autoridades.
La Iglesia católica difundió un comunicado firmado por Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes-Luján, en el que expresa su disposición a colaborar con las autoridades y se aclara que el monasterio es “una asociación privada de fieles” que estuvo bajo la autoridad de monseñor Rubén di Monte, quien falleció el pasado 18 de abril.
Di Monte era el arzobispo emérito de Mercedes-Luján y fue un prelado vinculado a los círculos del poder en gobiernos como el de Carlos Menem y los Kirchner; no en vano la restauración de la Basílica de Luján (que costó alrededor 70 millones de pesos argentinos) fue una de las primeras obras públicas licitadas en el mandato de Néstor Kirchner.
José López se desempeñó como secretario de Obras Públicas de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner desde el 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2015 y, según denunció el actual gobierno, no logró culminar 700 obras viales iniciadas en 2011 y que totalizaban un monto de 42.000 millones de pesos argentinos.
Actualmente, es procesado por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y tenencia ilegal de armas de fuego, pero era investigado desde 2008 por enriquecimiento ilícito. En su última declaración jurada solo reportó un patrimonio de dos millones de pesos argentinos y no mencionó poseer dólares.
Era un hombre de confianza de Julio de Vido, el poderoso ministro de Planificación Federal del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y, aunque este último y la expresidenta se han deslindado públicamente de López, la percepción pública es que el funcionario formaba parte de un esquema más amplio de corrupción.
Al enterarse de la detención de López, Macri se refirió a la importancia de la transparencia y agregó: “Eso nos va a alejar de episodios bochornosos como este con el que estamos todos sorprendidos. Estamos cambiando y está bueno que pongamos a la luz todo lo que queremos erradicar en la Argentina”.
Fernanda Herrera, quien aparte de ser la abogada de López también tiene una carrera como modelo y cantante de cumbia, ha declarado a los medios sobre la gravedad del caso: “No creo que sea inocente. Las pruebas están a la vista”.
Mientras es procesado, López se encuentra detenido en el pabellón psiquiátrico de la Unidad Penitenciaria de Ezeiza, donde fue sometido a diversas evaluaciones físicas y psicológicas al aducir que no podía declarar en los juzgados por sufrir de “estrés reactivo”. Su abogadacomentó al respecto: “Está disperso y es muy poco lo que transmite… se queda mirándote, mira el espacio”.
Las acusaciones e investigaciones por corrupción gubernamental no son nuevas para los argentinos. En realidad se trata de una práctica común en el debate político del país por lo que para muchos ciudadanos esto se ha convertido en una vieja rutina en la que abundan los procesos judiciales pero escasean los condenados.
Por ello no sorprende que el caso López ya tenga su cumbia que, obviamente, lleva por título “El enterrador de dólares” y un coro que dice: “Aquí llegó, aquí llegó, José López, el enterrador/ aquí llegó, aquí llegó, con sus valijas llenas de verdes”.
Mientras el circo mediático continúa, Argentina espera saber la versión de López, el único que puede aclarar la procedencia del dinero y su presencia armada en el monasterio en la madrugada del 14 de junio.
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