domingo, 17 de julio de 2016

Altivo, libre y soberano



Publicado el 2016/07/16 por AGN
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Alberto Ordónez Ortiz
La libertad de una prensa independiente, íntegra, incorruptible y pluralista es una de las mayores conquistas humanas. Los principales Tribunales de Justicia y Tratados Internacionales lo reconocen en todos sus fallos y en sus inconmovibles mandamientos. Forman parte de su extenso ideario y representan su parte sustancial y más significativa. Y lo son en la medida en que permiten que el pensamiento encuentre una vía de expresión que clarifique los acontecimientos. Es más, nadie puede ser obligado a no pensar y, si lo fuera, el pensamiento no dejará de estar presente y más pronto que tarde terminará por convertirse en himno, en oráculo, en profecía. Su contribución a que la Opinión Pública pueda sopesar los sucesos de mayor relevancia, es su más alta misión. Su presencia -como nunca antes- se vuelve indispensable en esta época en que todo se falsifica, se oculta tras una verborrea de indigeribles sandeces y en que el gato por liebre es moneda de uso corriente. Su presencia -insisto- alcanza relieves de exigencia planetaria ahora que las falsas ideologías y sus falsos profetas ocupan inmoralmente el lugar de la moral; aunque todo concluirá en un mal sindicato de intereses inconfesables en que unos terminarán por devorarse a los otros, porque los [[secretos de Estado]] que ahora les une, terminarán en delirante conflicto.
Todo lo santifican. Lo que es un crimen para el hombre de la calle no lo es para ellos. Pruebas al canto: La actitud de las autoridades frente a los Panamá Papers resulta deplorable. Nada ha pasado, pese a su insondable gravedad. Todo lo contrario, los responsables han sido implícitamente ratificados en sus funciones por la cómplice actitud de los gobernantes de turno: “dejar hacer, dejar pasar”, propia del más rancio neoliberalismo. En gobiernos de esa perversa laya es donde se santifica el peculado, la malversación, el nepotismo y un etcétera que no termina, ni terminará porque la corrupción se reinventa de un instante para otro. En ellos, precisamente, hay funcionarios -si no los ha habido ya- que no dudarían en amenazar a la administración para hacer nombrar a su cónyuge en una alta y bien remunerada función [[educativa]], a veces doblemente remunerada, y si fuere menester, expulsando al titular. El amor todo lo vale. El amor al dinero, claro está.
Los falsos profetas se sitúan por encima del bien y de la verdad porque se consideran que son la fuente del bien y de la verdad. y tienen una idea tan alta de su propia moralidad que casi se creería al oírlos, -los que tengan capacidad de aguante- que vuelven honrada a la corrupción cuando a ella se entregan, en vez de ser ella la que les empañe cuando sucumben ante sus contantes encantos. Ejercer un periodismo libre, altivo y soberano, tiene sus riesgos, pero el que no los enfrenta no es digno de ser hombre. Me han enviado un ramo de amenazantes flores. Agradezco el envío, porque las amenazas, en lo que me concierne, constituyen mi mayor incentivo. Hagan la prueba. Y, vuelvan a enviarlas. Mi voz se mantendrá altiva, libre y soberana.

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