QUITO
El movimiento oficialista ecuatoriano Alianza País (AP) consumó este martes su ruptura después de que la cúpula, afín al ex presidente Rafael Correa, destituyera al mandatario Lenín Moreno de la jefatura de la formación.
El movimiento oficialista ecuatoriano Alianza País (AP) consumó este martes su ruptura después de que la cúpula, afín al ex presidente Rafael Correa, destituyera al mandatario Lenín Moreno de la jefatura de la formación.
La medida, desconocida por los ministros de Moreno, siembra la incertidumbre sobre la gobernabilidad del presidente y su nivel real de apoyo en el Congreso, de mayoría oficialista.
La dirección nacional de AP anunció en un comunicado leído por la noche “la pérdida inmediata de su dignidad como Presidente del Movimiento Alianza PAIS del señor Lenín Moreno Garcés” e invitó a Correa (2007-2017), presidente vitalicio de la agrupación, a acompañar su proceso de “reestructuración”.
El movimiento izquierdista, que desde que Moreno llegó al poder el 24 de mayo está profundamente dividido entre los partidarios de Moreno y los de Correa, acusó al presidente de gobernar con el programa de la oposición y atentar contra “la unidad orgánica” del partido.
“La normativa interna considera como falta grave, entre otras, las acciones políticas que beneficien objetivamente a personas o grupos opositores a la política de la Revolución Ciudadana”, explicó la formación en el comunicado leído por la secretaria ejecutiva, Gabriela Rivadeneira.
Poco después, en una breve declaración desde el presidencial Palacio de Carondelet, ministros desconocieron el cese de Moreno, que calificaron como una “tamaña arbitrariedad” que no representa el “sentir” de las bases del partido.
“Ellos saben muy bien que el presidente de Alianza País, como todos sus dirigentes nacionales, son electos en una convención nacional (…) Lamentamos esta decisión. Nosotros seguiremos trabajando como militantes de nuestra organización”, declaró Miguel Carvajal, ministro de Gestión Política.
“Hemos dicho siempre que esperamos que las diferencias sean tratadas con alto espíritu democrático y con madurez”, agregó.
Ninguna de las dos partes insinuó, sin embargo, su separación del partido para crear otra formación, mientras que Moreno no se ha pronunciado tras la decisión de AP.
La AP, en el poder desde 2007, nombró en lugar de Moreno al ex canciller Ricardo Patiño, una de las figuras clave del gobierno de Correa, el socialista que, gracias en parte a la bonanza petrolera, modernizó un país con fama de ingobernable.
“Hoy hemos adoptado una decisión valiente (…). El presidente de la república llegó a la presidencia de la república con el voto de más del 50% de los ecuatorianos, no llegó con el plan de gobierno de la oposición, pero está aplicando el plan de gobierno de la oposición”, manifestó Patiño.
El también ex ministro de Defensa, que hace meses ya hizo públicas sus diferencias y dimitió de su cargo de asesor de Moreno, anunció poco después y sin dar más detalles el retorno del ex mandatario “en las próximas semanas”.
La disputa entre Moreno y Correa, con frecuentes intercambios de reproches e insultos en las redes sociales, se ha ido profundizando con el paso de los meses, a medida que el mandatario ha ido criticando y desacreditando la gestión de su antecesor, de quien fue vicepresidente entre 2007 y 2013.
El oficialismo quedó al borde la ruptura cuando Moreno anunció hace semanas una consulta popular, que todavía no tiene fecha, para suprimir la reelección indefinida aprobada por el ex mandatario, un paso que para muchos busca impedir el regreso de Correa al poder en 2021.
Correa acusa a Moreno de aliarse con la oposición y de traicionar los principios de la llamada “revolución ciudadana” y advirtió que si el mandatario “sigue destruyendo lo logrado” podría volver como candidato en una eventual Asamblea Nacional Constituyente.
La crisis política tiene como trasfondo las graves acusaciones de corrupción que le endilga la oposición al vicepresidente Jorge Glas, aliado de Correa, actualmente en prisión preventiva por el caso de los sobornos millonarios de la constructora brasileña Odebrecht.
Desde hace semanas, varios asambleístas oficialistas, afines a Moreno y a la consulta popular, están sopesando aliarse con los diputados de la oposición para posibilitar un juicio político contra Glas, que provocaría su destitución.
“No está descartado tampoco que esta ruptura cause una ingobernabilidad en Ecuador”, dijo Rivadeneira a la AFP, añadiendo que Moreno podría aplicar la Constitución para disolver el Parlamento, donde la mayoría oficialista está dividida en torno a la interna pugna de poderes, y anticipar elecciones generales.
“El escenario no es muy sencillo, no es muy simple; es complejo para el movimiento Alianza País”, indicó la también legisladora.
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