La nueva estrategia de EE.UU. contra Estado Islámico: golpearles en el bolsillo
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Hay más de una manera para derrotar a militarmente a un oponente.
Eso dejó claro hace unas semanas el Departamento de Defensa de Estados Unidos, que reveló una forma que no implicaba invasiones terrestres o combates cuerpo a cuerpo: disparando directamente a la cartera.
El general Peter Gersten, subcomandante de las operaciones contra el autodenominado Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, describió un ataque llevado a cabo por fuerzas estadounidenses contra lo que identificó como un depósito masivo de dinero en efectivo en la ciudad iraquí de Mosul.
Ahí se encontraba la base de una de las figuras financieras clave de EI, responsable de la distribución de efectivo entre sus combatientes por toda la zona.
El general no quiso decir cuánto dinero se destruyó, aunque afirmó que en un ataque en una casa en Mosul acabaron con unos US$150 millones.
Algunas fuentes calculan que en total EI pudo perder hasta US$800 millones.
Nueva estrategia
Este tipo de operaciones en sí mismas no van a ganar ninguna guerra. De hecho, este miércoles un ataque del grupo extremista dejó más de 60 muertos en Bagdad, la capital de Irak.
Pero sí puede leerse como una señal de la nueva fase en la campaña contra EI en la que se están explotando las vulnerabilidades del grupo extremista y que han surgido claramente a medida que los bombardeos aéreos continúan.
La clave de lo que está pasando está en el mismo nombre de la organización: el autodenominado "Estado Islámico".
Se utiliza el término "autodenominado" para supuestamente no darle credibilidad a las credenciales islámicas del grupo.
No obstante, sus pretensiones de ser un "estado" tal vez deberían tomarse más en serio. Después de todo:
- Controla amplias zonas del territorio
- Tiene una población bajo su control (simpatizante o no)
- Debe recaudar ingresos y efectuar pagos
Según señala el analista de la BBC Jonathan Marcus, combatir contra oscuros grupos islamistas con la maquinaria militar occidental es una cosa, pero derrotar a un estado –aunque sea un pseudoestado- es algo completamente diferente.
Aunque los estadounidenses parecen ser bastante buenos para eso.
Marcus asegura que cuanto más dura la campaña contra EI, mayor es la comprensión del Pentágono de la estructura del andamiaje de EIy mejora la habilidad de EE.UU. para derrotarlo.
Bases económicas
Los ataques contra las reservas de efectivo de EI son parte de una estrategia cuidadosamente dirigida contra la economía del grupo extremista.
Se han producido después de una campaña contra instalaciones de petróleo, una de las fuentes clave de ingresos de la organización.
También se realiza una amplia campaña cibernética y electrónica contra EI, tanto tácticamente con el uso de aviones de combate especializados que interfieren las comunicaciones, como con otras acciones estratégicas de las que el Pentágono no da detalles.
La meta de estas operaciones es golpear la cohesión del "estado" mismo de EI.
Fuentes en EE.UU. aseguran que unas 50 fuerzas especiales estadounidenses dentro de Siria ya han lanzado múltiples ataques matando varios efectivos de EI, algunos de ellos vinculados al reclutamiento de combatientes y a las operaciones en el exterior.
Estas acciones también son una indicación de un creciente "cúmulo de conocimiento" de inteligencia que está mejorando la efectividad de la campaña del Pentágono.
En ese contexto es que se deben interpretar los recientes anuncios del envío de más refuerzos estadounidenses.
¿Sin dinero?
¿Cuál es el resultado de esta estrategia?
Los estadounidenses afirman que EI ha tenido que reducir los pagos a sus combatientes por su creciente asfixia económica y que, además, al haber menos dinero el flujo de reclutas extranjeros que quieren unirse a las filas del grupo ha disminuido.
Aun así, la guerra está lejos de concluir. Y uno se podría preguntar ¿cuál de todas las guerras?
La ideología extremista de EI puede resultar difícil de vencer. Pero su decisión de tomar territorio y convertirse en un país de facto podría, en retrospectiva, terminar siendo su más grave error.
Naturalmente esto no significa que vaya a haber una salida fácil al conflicto. El progreso en el campo de batalla (la recuperación de territorio) es positivo, pero si se van a restaurar la paz y la estabilidad, tendrá que haber un gobierno capaz y representativo.
Establecer ese gobierno en Irak será una ardua tarea a largo plazo. Lograr cualquier tipo de fórmula de gobierno en Siria será mucho más difícil.
¿Quién pagará por la reconstrucción y el retorno de la multitud de desplazados y refugiados? ¿Quién pagará para reconstruir algo de la destruida infraestructura y economía de Siria?
La campaña liderada por EE.UU. contra EI está claramente progresando. Pero esto podría ser apenas el preludio del mayor de los desafíos: la rehabilitación de un país destruido.
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