Publicado el 2017/07/15 por BLL
[Gerardo Maldonado Zeas]
Con el nombramiento de Andrés Michelena como gerente general de los medios públicos el presidente Moreno quiere darle un nuevo estilo de dirección. La óptica podría ser diferente a lo que hasta ahora ha ocurrido: comunicación sesgada a favor de los gobiernistas. Eso ocurrió en los diez años del Correismo.
En este proceso de cambio, se irán Orlando Pérez de El Telégrafo, Xavier Lasso de Ecuador TV, a quien vimos ensalzando a Correa en su última entrevista, y toda la línea del pensamiento duro de estos medios que sirvieron para descalificar a la oposición e informar solamente las acciones del aparataje estatal, siendo espacios en los cuales hasta se realizó campaña política a favor de los candidatos oficialistas.
El nombramiento de Michelena responde a la visión de Moreno de buscar el diálogo a todo nivel; él fue su asesor y junto al equipo de comunicación, durante la campaña política, posicionó en la mente de los ecuatorianos todo ese coctel de programas sociales que al final le permitieron alcanzar la presidencia.
Pero el camino no es tan fácil; el flamante gerente deberá dar un giro especial a los contenidos de la programación, creando un consejo editorial en el cual se encuentren personas independientes representativas de la sociedad en su más amplia esfera; y por supuesto, esto no gustará a la gendarmería fundamentalista del ala correista.
De igual manera, le tocará deshacerse de los medios incautados, sobre todo los canales Gama TV y Telecentro, que en su tiempo pertenecieron al Grupo Isaías y se suponía que debían ser vendidos en seis meses para devolverles el dinero a los perjudicados por el feriado bancario. Estos medios, como es conocido por todos, sirvieron para catapultar la posición comunicacional del correismo, mostrando una falta de independencia total en su desempeño. Hay voces criticas que piden que se realicen sendas auditorías, pues sus balances hasta hace poco tiempo mostraban cifras en rojo, como en el caso de El Telégrafo; que se analice la gran cantidad de burócratas en todas las posiciones y los súper sueldos percibidos.
La persecución a la oposición ha sido una constante. Por ejemplo en Cuenca, el diario público El Tiempo se dedicó a desprestigiar con información, no sabemos si contrastada, a los Gerentes, algunos Directores y al Alcalde Marcelo Cabrera, sobre la gestión ejecutada en estos tres años de ejercicio del gobierno local, provocando que los funcionarios del GAD municipal busquen medios independientes para defender la gestión y el buen nombre ganado con su trabajo.
El presidente Moreno y Andrés Michelena deben comprender que los medios de comunicación públicos, se financian con el dinero de los ecuatorianos; por tanto, nada de partidismo, ni agendas para la desinformación deben perpetuarse. Y por ética, no permitir a ex funcionarios públicos, asambleístas en funciones, y empleados gubernamentales hacer opinión en los espacios editoriales. Solo así iremos por buen camino y recuperaremos la información pública con contenido y sin odios. (O)
En este proceso de cambio, se irán Orlando Pérez de El Telégrafo, Xavier Lasso de Ecuador TV, a quien vimos ensalzando a Correa en su última entrevista, y toda la línea del pensamiento duro de estos medios que sirvieron para descalificar a la oposición e informar solamente las acciones del aparataje estatal, siendo espacios en los cuales hasta se realizó campaña política a favor de los candidatos oficialistas.
El nombramiento de Michelena responde a la visión de Moreno de buscar el diálogo a todo nivel; él fue su asesor y junto al equipo de comunicación, durante la campaña política, posicionó en la mente de los ecuatorianos todo ese coctel de programas sociales que al final le permitieron alcanzar la presidencia.
Pero el camino no es tan fácil; el flamante gerente deberá dar un giro especial a los contenidos de la programación, creando un consejo editorial en el cual se encuentren personas independientes representativas de la sociedad en su más amplia esfera; y por supuesto, esto no gustará a la gendarmería fundamentalista del ala correista.
De igual manera, le tocará deshacerse de los medios incautados, sobre todo los canales Gama TV y Telecentro, que en su tiempo pertenecieron al Grupo Isaías y se suponía que debían ser vendidos en seis meses para devolverles el dinero a los perjudicados por el feriado bancario. Estos medios, como es conocido por todos, sirvieron para catapultar la posición comunicacional del correismo, mostrando una falta de independencia total en su desempeño. Hay voces criticas que piden que se realicen sendas auditorías, pues sus balances hasta hace poco tiempo mostraban cifras en rojo, como en el caso de El Telégrafo; que se analice la gran cantidad de burócratas en todas las posiciones y los súper sueldos percibidos.
La persecución a la oposición ha sido una constante. Por ejemplo en Cuenca, el diario público El Tiempo se dedicó a desprestigiar con información, no sabemos si contrastada, a los Gerentes, algunos Directores y al Alcalde Marcelo Cabrera, sobre la gestión ejecutada en estos tres años de ejercicio del gobierno local, provocando que los funcionarios del GAD municipal busquen medios independientes para defender la gestión y el buen nombre ganado con su trabajo.
El presidente Moreno y Andrés Michelena deben comprender que los medios de comunicación públicos, se financian con el dinero de los ecuatorianos; por tanto, nada de partidismo, ni agendas para la desinformación deben perpetuarse. Y por ética, no permitir a ex funcionarios públicos, asambleístas en funciones, y empleados gubernamentales hacer opinión en los espacios editoriales. Solo así iremos por buen camino y recuperaremos la información pública con contenido y sin odios. (O)
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