domingo, 21 de agosto de 2016

Los fusiles

Francisco Febres Cordero
Domingo, 21 de agosto, 2016 - 00h07


De gana hacen tanto escándalo con la donación de los fusiles chinos. ¡Qué buenos que son los chinos! Ellos lo único que han hecho es corresponder las atenciones que han recibido durante los diez años de la revolución ciudadana: nosotros les hemos dado hidroeléctricas, petróleo, fábricas, minas y ellos nos dan préstamos con intereses altísimos. Radares también nos dieron pero como estaban en chino no detectaban a los helicópteros ni a los aviones enemigos, que volaban en otro idioma.
Todo nos han dado los chinos y, en compensación, nosotros les hemos hipotecado todo. O sea ese es un equitativo término de intercambio, como decimos los economistas.
Tan buenas son nuestras relaciones, que ahora nos mandaron regalando una cantidad de cosas para los damnificados del terremoto, entre las cuales se encuentran colchones, camas plegables, ventiladores, tanques de agua, generadores de energía, duchas. Y, ¡qué bestia!, diez mil fusiles con un millón de municiones.
Claro que, como de todo hacen escándalo, los malos dicen que los fusiles no son para los damnificados sino para los militares. ¡Qué perversos que son los malos!
Los chinos, que tienen una sabiduría malárica que se remonta a la dinastía Pi-Cao, saben que lo que más necesitan los damnificados de un terremoto son fusiles, porque solo con ellos se puede combatir a los mosquitos que causan la malaria, la chikungunya y el zika. Por eso mandan también tantas municiones, pues.
Disparando contra los mosquitos los damnificados van a tener terapia ocupacional, que le llaman, porque tienen que organizar verdaderos escuadrones de ataque en su lucha para la erradicación de la malaria. Además, poco a poco irán afinando la puntería y verán nomás que de allí surgen nuevos valores que pueden competir con éxito en las próximas Olimpiadas, categoría tiro al ala.
¡Se jodieron los mosquitos! Es que esos fusiles AK-47 dizque son lo que hay para disparar en las condiciones más adversas, como dentro del agua, dentro del lodo y dentro de los temblores. Y los chinos, como son expertos no solo en AK sino también en allá, saben que luego del ataque de un pelotón de damnificados contra un ejército de anopheles es necesario descansar. Por eso nos regalaron las carpas para que los combatientes restablezcan sus energías bajo techo.
Y también enviaron camas plegables, porque si los combatientes duermen en camas que están herméticamente dobladas los mosquitos no pueden entrar a picarles. Los ventiladores, en cambio, son para que los anopheles se agoten en el ataque y, con el viento en contra, caigan fulminados. Es que los chinos en eso de las tácticas de guerra son mucho lote. Por algo es una cultura que ha sobrevivido no se diga a la malaria, sino a Mao.
Ahora, la única duda que tengo es ¿por qué el Patiño se ha apropiado de los fusiles para dárselos a las Fuerzas Armadas, que nada tienen que hacer en esta guerra contra los mosquitos? ¿Qué querrá al aprovecharse de esa donación que vino al país con otro destino? ¿Querrá el Patiño armar otro ejército para que esos fusiles se usen en la guerra contra los mosquitos que van a picar en la campaña? ¿Qué mismo querrá? (O)

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