domingo, 17 de diciembre de 2017

Algo de luz al final del túnel



Publicado el 16 diciembre, 201715 diciembre, 2017 por BLL
[Gerardo Maldonado Zeas]
Una primera victoria, mínima frente a las denuncias monumentales de corrupción de la “década ganada”, se consiguió en primera instancia el miércoles pasado, con la condena a 6 años de prisión por el delito de asociación ilícita a Jorge Glas y su séquito.
Si no hubiese sido por el apoyo internacional, y las denuncias de la justicia estadounidense, todo se quedaba en el mutismo. Pasó mucho tiempo hasta que se investigó, develó y destapó esta claraboya, por la cual debería salir toda la cloaca acumulada, incomparable en el tiempo y el espacio de nuestra vida republicana. En el país, los ganadores tienen nombre y apellido: el pueblo ávido de transparencia de los actos públicos, incluidos los ingenuos que creyeron en los cantos de sirena de estos pícaros profesionales; los medios de comunicación independientes que no desmayaron en investigar y apoyar la perseverancia de ciudadanos valientes como César Montúfar, Fernando Villavicencio, Cléber Jimenez, Jorge Rodríguez y el equipo de la Comisión Nacional Anticorrupción.
Los grandes perdedores, quienes taparon en este tiempo toda esta podredumbre, encabezados por los otros poderes del Estado que con la estructura constitucional vigente fueron lacayos del Ejecutivo; el gran ocultador de información ex Fiscal Chiriboga, el prófugo ex Contralor Pólit; los ex ministros, los ex y actuales asambleístas sumisos a la pillería; asesores, superintendentes, la innombrable comisión de fiscalización de la Asamblea que en diez años pasó archivando denuncias; los amigos y relacionados, ausentes y presentes que convalidaron con su silencio el estado de impunidad en nuestra Patria. Y el ex presidente Correa, que cuando le dan algún espacio en los medios de comunicación, repite “ya mismo vienen por mí”. No tiene la conciencia tranquila, está muy temeroso y ya no puede ocultarlo más. ¡Qué triste es la soledad del poder!
La lealtad al militante y el espíritu de cuerpo siempre tienen límites, ni se diga cuando la desfachatez es imposible esconder. Son aquellas señales evidenciadas por la sociedad honesta, partidaria de las cosas simples advertidas en su diario andar. Ayer se supo que apuradito José Serrano pidió se corrija la petición para calificar el juicio político en la Asamblea Nacional en contra de su otrora “inocente” amigo vicepresidente. Con esto se supone ya no deberían haber pretextos, ni alegorías de los miembros de las alas Morenista y Correista que cada vez es menor, para hacerse los disimulados como en julio pasado cuando negaron el proceso, y se compadecieron de Glas tal si fuera un mártir.
De nada servirá este primer paso, si no se golpea con mano dura a la corrupción petrolera, al festín de los recursos del IESS, a los contratos con sobreprecio de mega obras, carreteras, edificios, consultorías, y demás acciones en las cuales los recursos se perdieron. Ya no hay duda que en los sectores estratégicos está la hebra del ovillo. Fácil, si se asociaron ilícitamente debió ser para cometer otros delitos como el cohecho, la concusión, el peculado, el enriquecimiento ilícito, etc, etc. Esas causas deberán iniciarse y culminarse, para darle un baño de verdad al país, y sentar un precedente de lo que les puede ocurrir a las futuras generaciones de políticos si es que andan sueltos por el tenebroso andarivel de la “izquierda”. (O)

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