Vicuña: de violadora de derechos a Vicepresidenta
María Alejandra Vicuna ha sido nombrada Vicepresidenta Constitucional de la República por el presidente Lenín Moreno, en reemplazo de Jorge Glas que está preso en la Cárcel 4 de Quito. Vicuña es la actual Ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda. Pero en su historia hay antecedentes de una militancia agresiva e incondicional en el correísmo más radical y ultra. En el 2015, por ejemplo, protagonizó un episodio aborrecible: publicó en redes sociales una grabación obtenida ilegalmente de una conversación privada en la que participaba la activista política Martha Roldós. Vicuña luego mintió sobre cómo había conseguido la grabación diciendo que se la había pasado una asesora de Roldós que, en realidad, no existía. Y pretendió que la justicia procese a Martha Roldos por supuesto intento de desestabilización. Vicuña cometió un delito por el que nunca fue procesada y los derechos de Roldós fueron vulnerados impunemente. Ella es la nueva Vicepresidenta de la República.
4Pelagatos pidió a Martha Roldós su testimonio sobre ese episodio. Este es su relato:
“Todo esto pasó en el marco de una marcha indígena que hubo en el 2015. La marcha venía del sur y se dirigía a Quito. En un grupo de Guayaquil decidimos llevar víveres a los indígenas y encontrarlos en el camino. Yo iba en el grupo del magisterio donde había gente de la Unión Nacional de Educadores. Habíamos conseguimos un camioncito que se quedaba dañado a cada rato lo que hizo que el viaje, que debía durar tres horas, se demoró como ocho. En medio ese viaje íbamos conversando, en confianza, con algunos maestros y como estaba muy cansada dije algo así como que quería irme a la playa y me referí una manera inadecuada a una persona a la que no nombré.
“Luego de algunos días apareció una grabación de esta conversación. María Alejandra Vicuna dijo que se la había entregado una asesora mía. La señora armó un cuento para justificar cómo había conseguido una grabación que no podía haberla obtenido legalmente. A partir de una frase mía en la que yo decía que estaba cansada y que quería irme a la playa, y en la que me refería de una manera inadecuada sobre una persona a la que no nombré, ella quiso montar un operativo de persecución.
“Yo dije algo inadecuado pero en el marco de una conversación íntima que, por cierto, no estaba dispuesta a que sea transmitida al público. Vicuña mostró esa grabación y pretendió que el Fiscal me procese por un supuesto delito que ahora no recuerdo si era traición a la patria o intento de desestabilización. Esta señora no tuvo ni vergüenza ni empacho en mostrar una grabación que constituía un acto de espionaje, pero además pretendía que me sigan un proceso judicial por una frase que, si bien pudo haber sido inadecuada por esa costumbre que se tiene de usar el “hdp”, no tenía nada de ilegal. El tema no llegó a mayores porque, así como hubo una campaña de trolles que se hicieron eco de la denuncia de Vicuña, también hubo una solidaridad muy grande de la gente que está en redes sociales y que recurrió sobre todo al humor. Con la ironía de las redes sociales se desarmó algo que claramente era el primer paso de un proceso de criminalización de la protesta. También se desarmó ese plan porque porque yo tuve una posición muy firme. Esa gente pretendía que yo me avergüence por lo que dije”.
“Con apoyo de gente como Fundamedios ubicamos ese episodio como lo que era: una violación de derechos que, además, está penada en el Código Penal. Quien tenía que rendir cuentas no era yo sino ella. Fue el mundo al revés. Ella mintió sobre cómo había conseguido la grabación. Considero que ese fue un acto de espionaje y no era el primero en mi contra. Un año antes ya habían publicado mis mails hackeados y los publicaron El Telégrafo y en todos los medios públicos. Y el mismo esquema que usó el troll center en el tema de los mails, se aplicó con la denuncia de esta señora Vicuña.
“Ella es una persona que tiene un perfil estalinista, con un afán de persecución, de criminalización de la protesta, que recuerda lo que ocurría en la película alemana “La vida de los otros” donde el Estado se mete hasta en los resquicios más íntimos de la persona. Yo tenía ya miedo hasta de entrar a bañarme. Lo más grave no solo es que fue un acto de espionaje sino a dónde pretendía Vicuña llegar con esta grabación. Ella hizo fue una campaña de persecución que no tuvo eco porque hubo rechazo de una sociedad harta de la persecución. Lo que se reveló es que ella quería que la figura del Presidente de la República (Correa) fuera intocable. Tuve la suerte porque cuando ella intentó hacer eso conmigo, su pretensión fue demolida con humor y burla de la sociedad.
“Vicuña es parte del grupo alfarista de Guayaquil y también es boliviariana. Es una mujer muy joven con una retórica muy vieja y es estalinista. Lo que ocurre con el gobierno de Lenín Moreno es gatopardismo puro. Trato de ver, de impulsar lo mejor, pero cuando llega al gobierno una figura como Vicuña, me provoca un sabor amargo, me genera muchas sospechas, desconcierto y me parece preocupante. No sé cuál es la intención de poner a una persona como ella en ese cargo. Pero no creo que sea lo mejor para el país”.
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