miércoles, 8 de junio de 2016

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Barack Obama durante un discurso en Elkhart, Indiana, la semana pasada, en donde habló en contra de la agenda económica de los republicanos y, sin nombrarlo, hizo una crítica al virtual candidato republicano.CreditZach Gibson/The New York Times
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WASHINGTON — Después de pasarse meses al margen de la carrera por su sucesión, el presidente Barack Obama está listo para hacer campaña de manera activa a favor de Hillary Clinton. Se cree que esta misma semana hará público su apoyo a Clinton.
La Casa Blanca mantiene conversaciones con la campaña de Clinton sobre el mejor modo y lugar para que el apoyo sea útil, según informaron varios asesores del presidente.
Esos asesores dicen que el presidente, que cree fundamental que su sucesor sea demócrata, está impaciente por comenzar la campaña. Dicen que no da nada por hecho.
Obama habló con un grupo de donantes la noche del viernes en Miami: “Quiero que estemos asustados”. Hace décadas que un presidente que termina su segundo mandato no tenía los niveles de popularidad que tiene Obama, muy útiles para que el candidato que quiere ser su sucesor lo invite a ser parte activa de la campaña.
La tasa de aprobación de Obama era, este mes, del 50 por ciento según una encuesta de The New York Times/CBS y los estrategas más próximos a Clinton dicen que estarían encantados de contar con su participación durante la campaña. En contraste, el presidente George W. Bush tenía una aprobación de solo el 20 por ciento en una encuesta de Gallup justo antes de las elecciones de 2008 y apareció en contadas ocasiones junto al senador John McCain, el candidato republicano.
A Obama le entusiasma enfrentarse a Donald Trump. El virtual candidato republicano ha ofendido personalmente al presidente con su comportamiento en la campaña. Trump se refirió a una persona negra que asistía a uno de sus mítines como “mi afroamericano” y se ha mostrado como el más ferviente birther, un defensor de teorías de la conspiración que afirman, en falso, que Obama nació en Kenia y no en Hawái.
Associated Press informó que Clinton había logrado el número necesario de delegados para asegurar la nominación y si le va bien en las primarias de hoy, Obama va a comenzar a apoyarla.
“Ha dicho que quiere pasar tiempo en la campaña de manera que cuando llegue el momento, las armas estarán cargadas”, dijo en una entrevista Jennifer Psaki, su responsable de comunicación. “Pensamos de manera activa la manera en la que el presidente pueda incorporarse a la campaña, cómo puede ser útil para la persona nominada, cómo puede encajar para él y cómo hacer uso de sus fortalezas y capacidad de convocatoria”.
Jennifer Palmieri, responsable de la comunicación de Clinton, dijo que la candidata espera conseguir el apoyo de Obama y su participación activa en la campaña en verano y otoño.
“Nadie mejor que él para señalar las dos opciones que tendrán los votantes en las elecciones del otoño”, dijo Palmieri. “Y a él se le da especialmente bien defender los argumentos económicos de ella”.
Tanto los asesores de Obama como los de Clinton creen que el presidente —que compitió con Clinton en una campaña que llegó a niveles duros de enfrentamiento en 2008— puede ser una voz convincente ante los electores que no estén del todo decididos o que defienden las posiciones más progresistas de su rival, Bernie Sanders.
“Como antiguos contendientes, su historia es asombrosa”, dijo Palmieri, que también añadió que sería “difícil encontrar a alguien que pueda abogar por ella mejor”.
Algunos demócratas especulaban el lunes con el significado de los planes de Obama para entrar en la campaña. Esperan que saque a Sanders de la campaña y señalan que se acerca el momento en que el senador de Vermont debe abandonar.
Sanders y Obama hablaron por teléfono el fin de semana sobre el camino a seguir tras las primarias de hoy, de acuerdo con una persona que sabía de la conversación pero no estaba autorizada para hablar porque debía mantenerse como una llamada confidencial.
Según esa persona, Obama informó a Sanders de que apoyaría a Clinton en breve.
Si Sanders piensa abandonar la carrera, no quiso reconocerlo el lunes cuando los periodistas le preguntaron por lo que sucedería si Clinton consigue la nominación esta semana.
“Ahora estamos centrados en ganar California”, dijo Sanders a los periodistas en Emeryville, California.
La Casa Blanca argumenta que Obama podría ayudar a Clinton a convocar más votantes independientes, en especial, a mujeres en las afueras de las ciudades en el medio oeste y sobre todo en la parte norte, Michigan, Minnesota y Wisconsin. Obama ganó esos tres estados en 2012 en parte gracias a señalar a Mitt Romney, el entonces candidato republicano, como un representante de las grandes empresas que cerraría fábricas y se llevaría los empleos del país.
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Hillary Clinton y Barack Obama durante un mitin en Orlando, Florida, en la campaña de 2008.CreditDamon Winter/The New York Times
Personal de la Casa Blanca cercano al equipo de Clinton señalan el poder convocatoria del presidente ante los jóvenes y los afroamericanos —grupos que lo prefieren a él sobre ella— como algo que puede resultarle útil para conseguir su apoyo en noviembre. Los afroamericanos y los jóvenes jugarán un papel crucial según los asesores en lugares tan disputados como Florida, Virginia, Pensilvania y Ohio. Obama ganó los cuatro estados en 2012.
El proceso llega después de meses de contactos informales entre la Casa Blanca y las campañas de Clinton y Sanders, y todavía está en su fase previa. Los asesores de Obama, que hablan desde el anonimato porque deben esperar a que Clinton asegure la nominación demócrata, dicen que el presidente aún no ha comenzado a elaborar su discurso para la convención nacional del partido ni ha decidido ningún itinerario de campaña.
“Ha sido muy respetuoso con los dos y muy cuidadoso de cargar la balanza, pero llegado un momento, tomará una decisión y ese momento será casi seguro el martes, como él decía”, dijo David Axelrod, quien fuera asesor de la campaña presidencial de Obama y en la Casa Blanca. “Espero que utilice su energía para que el proceso avance y el partido pueda consolidarse y unificarse”.
Tanto quienes trabajan en la Casa Blanca como quienes lo hacen junto a Clinton prefirieron no señalar el momento en que se hará público el apoyo. Pero Obama tiene programado un viaje a Nueva York el miércoles para asistir a una recaudación de fondos demócrata. Estará cerca del cuartel de campaña de Clinton un día después de las primarias del martes.
El lunes, en la Casa Blanca, Josh Earnest, secretario de Prensa, declinó en repetidas ocasiones hablar sobre el calendario del anuncio. Un reportero preguntó porqué no se haría el miércoles y dijo. “No lo sé. Quizás lo haga”.
Pete Brodnitz, un encuestador demócrata con mucha experiencia, dijo que la posición y popularidad de Obama lo convertían en la persona idónea para hacer contrapeso frente al mensaje de ansiedad económica de Trump. Pero advirtió también que el nivel de popularidad de Obama y la efectividad que puede tener una vez aplicado a Clinton podría caer si se implica en una confrontación agria e intensa con el candidato republicano.
“Nadie premia a los políticos que se enfrentan los unos a los otros en un proceso electoral”, dijo Brodnitz. “El partido está lleno de perros de presa. El presidente no es quien tiene que actuar como perro de presa si es capaz de conseguir que la gente tenga más confianza en el futuro de la economía”.
Sin embargo, la presencia constante de Obama en la campaña puede traer sus desventajas. Ed Rollins, quien dirigió la campaña de reeleción de Ronald Reagan en 1984, dijo que puede opacar a Clinton con el carisma que mostró en 2008 y 2012.
“Ella está cansada”, apuntó Rollins, quien asesora un super-PAC que apoya a Trump. “No es muy buena candidata. Hay un gran riesgo de que la eclipse”.

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