lunes, 20 de junio de 2016

¡Inocente criatura política!

POR: Marco Robles López
Publicado en la Revista El Observador (junio 2015)


Con ese inefable candor, propio de una adolescente, la presidenta de Brasil, suspendida de sus funciones, con un golpe de Estado en plena marcha y que sin duda concluirá alejándola definitivamente del poder, ha insistido en que lo sucedido con su persona, no es otra cosa que un ¡“…proceso eminentemente brasileño”! (entrevista en R. T.), es decir de “casa adentro”, en el que supuestamente los factores geopolíticos -en este caso externos- no tienen ninguna incumbencia, no existen. ¡Qué fatal suele ser la ingenuidad en política!: se pierde la percepción de la realidad, es una suerte de negación de la influencia, generalmente determinante, que tienen los poderosos elementos geopolíticos e intereses exógenos, lo cual permite la resignación ante un plan de la oposición hábilmente concertado y en marcha, que en el caso concreto de la presidenta Dilma Rousseff allanará el camino para que la décima potencia mundial retorne al seno del neoliberalismo, de las privatizaciones, de la entrega del gigante PETROBRAS al capital extranjero, de un golpe implacable a la industria aeronáutica, de otro feroz golpe al BRICS, a UNASUR; todo esto para que las políticas sociales reciban su “santa sepultura” y para que se vuelva a los añorados tiempos de los partidarios de la exclusión de la población afrobrasileña y de las mujeres. Racismo y machismo en un abrazo mortal con el gobierno transitorio de Michel Temer, acusado de corrupción, pero intocable.
Lo cierto es que la respetada mandataria de la hermana república de Brasil, no se ha percatado que los poderosos políticos que han orquestado el golpe tienen nexos muy poderosos con Washington: Michel Temer (conforme el cable de 2006 filtrado por Wikileaks), actual presidente interino y manchado por la corrupción, ha sido todos estos tiempos ¡un informante de los servicios de inteligencia del imperialismo!, a través de la embajada de la súper potencia en su patria. Además, ese político había violado las reglas de financiamiento de las anteriores campañas electorales, pero jurídicamente no le sucedió ni le sucederá nada.
Glenn Greenwald, periodista y abogado que se encuentra residiendo en Brasil, ha publicado en el medio “The Intercept”, que ese nombramiento de Temer -presidente interino-, puede servir a los intereses de “una tercera parte”, en lugar de ser útil a los intereses de su nación. Sin embargo, lo más grave radica en que quienes tienen en sus manos las riendas del poder, planean acudir a la “ayuda” de los personajes del poderoso imperio bancario Goldman Sachs, así como de conspicuos miembros del FMI para que “regulen la economía” del país, sin descartar la participación de un equipo “neoliberal” (sic).
El otro célebre golpista, Aloysio Nunes es integrante del PMDB y uno de los principales encartados del juicio político contra D. Rousseff en el Senado. El asunto es asaz amenazante para la soberanía económica de Brasil: este político había visitado Washington durante tres días, en una maratónica jornada, una vez que previamente se reunió con altos miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, así como de representantes de la empresa “lobista” ALBRIGHT STONEBRIDGE GROUP, comandada por la ex secretaria de Estado durante la presidencia de Bill Clinton, Madeleine Albright, esa diplomática norteamericana de origen judío-checoslovaco que alguna vez soltó una siniestra respuesta a una pregunta que se le hiciera: Lesley Stahl (Pregunta): “Hemos oído decir que en Irak han muerto medio millón de niños. Más de los que murieron en Hiroshima. ¿Vale la pena pagar ese precio?”. Madeleine Albright (Responde): “Es una decisión muy dura, ¿vale la pena pagar ese precio? Nuestra opinión es que sí” (Cf. Informativo de la CBS, 1996. En: M. R. L. “En las Tempestades de la Historia”, 2014, p. 320). El otro personaje con quien se reunió A. Nunes es el ex embajador de USA en Brasil, Thomas Shannon, conforme ese informe de The Intercept.
En su orden, el codirector del Centro para la Investigación Económica y Política, Max Weisbrot, en revelaciones a R T (20-05.2016), señaló que T. Shannon ¡ha estado involucrado en otros golpes de Estado, mismos que se han producido en la región, incluidos los de Honduras (2009) y Paraguay (2012).
La Sra. Liliana Ayalde, es otra “dama de hierro” de los llamados golpes blandos, motines palaciegos y pieza importante de esa silenciosa y altamente efectiva conspiración, que ha desembocado en el golpe de Estado contra Dilma Rousseff mediante imputación de un inexistente delito político o impeachment. Pero, ¿quién es la Sra. L. Ayalde? ¡Nada menos que la actual embajadora del poderoso imperialismo en Brasil!
El dossier de Ayalde es impresionante y también, políticamente escalofriante: en el 2008 tenía el mismo cargo -embajadora- en Paraguay, cuando el ex presidente de ese país, Fernando Lugo, estuvo amenazado de juicio político y finalmente fue separado de sus funciones en 2012; en el 2013 L. Ayalde tomó posesión de su cargo en Brasil. Y, sin embargo, la candorosa Sra. D. Rousseff, en entrevista concedida a R. T., manifiesta que todo este escabroso proceso político que se está produciendo en su patria, con la sigilosa intervención de fuerzas extranjeras que actúan en las sombras, es ¡eminentemente brasileño! ¿Qué podemos opinar al respecto?: Que en procesos políticos que se refieren al conjunto de un país y de un Estado como Brasil, que tiene una innegable influencia en toda Latinoamérica y el Caribe, cuando ya se avizoran las privatizaciones, cuando se revisan los planes sociales que amparaban a los excluidos, cuando el programa de cambios exigidos por los poderosos grupos económicos, apuntan a que el Banco Central se oriente a la política neoliberal y Petrobras pase a manos privadas, no se puede cerrar los ojos a la realidad y manifestar que lo que está sucediendo en estos días es un evento netamente interno. Quien posee alguna formación en ciencias políticas conoce muy bien que en el mundo actual ¡el poder “supremo” controla y también monitorea, más allá de las fronteras de la súper potencia, los asuntos político-económicos de los vecinos; y cuando los gobernantes del llamado “traspatio”, en este caso particular, y en general de cualquiera otra región del planeta, descuidan la seguridad político-económica de su país, pierden el contacto con el pueblo, se muestran permisivos en el manejo poco responsable de los bienes de la nación o, lo también grave, claudican y ceden a las presiones de los grupos oligárquicos, entonces corren el peligro de ser defenestrados, mientras los “conquistadores” retornarán al país para hacer de las suyas.
Por otra parte, también suele pensarse que en los asuntos de gobernanza prima un poder político prácticamente exclusivo, al margen de las estructuras económico-financieras, cuando nunca ha sido así, ni siquiera cuando el capitalismo se encontraba en sus “mocedades”: en nuestros tiempos una parte sumamente influyente de dicho poder, se ha transferido o se ha conectado a los poderosos banqueros -por esta circunstancia se habla con razón de la “bancocracia”-, de los monopolios industriales, de las gigantescas empresas que controlan la producción y comercialización del petróleo, etc., etc. Esto también explica la presencia de esos grupos selectos de lobistas, esos miembros del invisible establishment, todos ellos muy bien remunerados y que sirven con fervorosa pasión al Complejo Militar Industrial-CMI, a los imperios bancarios, a transnacionales como Monsanto, a las compañías productoras de armas; estas últimas, dichosas contratistas del Estado norteamericano: Lockeed Martin, con un contrato con el Estado norteamericano que llega a los 44. 300 millones de dólares, y respectivamente, la Boeing, con 21, 600 millones, merced a las ventas de los temibles helicópteros Apache; General Dynamics, con 14 000 millones (experta en los submarinos Virginia); Raytheon, que se encuentra en Ucrania (junto con Exon Mobil Oil y Coca Cola), con 13 700 millones, especialista en la producción de municiones “inteligentes”; Northrop Grumman, con 10 800 millones, y así por el estilo.
Tomada la cuestión desde otro ángulo, igualmente no se explicaría la presencia y sobre todo la fatal influencia, más allá de las fronteras imperiales, de Wall Street, del Complejo Militar-Industrial, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, de los llamados imperios mediáticos y de otras imponentes estructuras político-económicas, militares y de “inteligencia”. Por manera que decir que lo que está sucediendo en Brasil, es un asunto puramente doméstico (¿¿??), significa una ingenuidad, prácticamente fatal, y asimismo equivale a incluir en el santoral de la democracia a todo el sistema político de USA y sobre todo en estos tiempos en que ya ha iniciado su retirada de la Casa Blanca, a Barack Obama, olvidando lo que han hecho y hacen en Afganistán, en Irak, en Ucrania, en Siria, en Yemen, en Libia; lo que se han permitido hacer en Paraguay o en Honduras o lo que tratan hacer en Venezuela.
¿Qué han hecho con la reconquista?
¿Qué sucedió en Honduras, luego de sacarle del poder a Manuel Zelaya? Muy simple: las reformas democráticas que quiso llevar adelante, se archivaron hasta las calendas griegas, se volvió a los tiempos del agresivo neoliberalismo, se restringieron las libertades democráticas, se persiguió con saña a quienes se oponían al gobierno golpista, se han profundizado las desigualdades económicas, las empresas de EE. UU. se encuentran en Honduras como en su casa, reina la política de las privatizaciones, otra base militar ya se encuentra instalada en territorio hondureño, y únicamente saldrán de allí algún día, cuando el imperialismo llegue a su fin. Mientras tanto, la democracia no deja de ser una ficción, los mucamos y los verdaderos jefes del país, allende los mares, se encuentran felices con ese trozo de “traspatio” recuperado para los verdaderos dueños...
Luego del golpe que alejó definitivamente del poder a Fernando Lugo, llegó con todo su poder MONSANTO que actualmente hace de las suyas en ese país: en los campos de cultivo en su poder, se aplica el pernicioso monocultivo (igual que en varios países de África, en el desdichado México, en Colombia, ¡en Brasil!, en Alemania, en otros países de Europa, etc.); se recurre, con todo desparpajo, al uso de pesticidas tóxicos, sobe todo el tristemente célebre glifosato, porque los científicos mercenarios de la empresa, aseguran que no sucede nada malo con su empleo en el agro; los alimentos transgénicos se venden para dicha del gigantesco monopolio; los campesinos que trabajan con los químicos de esta empresa, tienen problemas cancerígenos, pero estas atrocidades se silencian y todo, supuestamente, se encuentra bien en ese “paraíso” de la transnacional y las oligarquías terratenientes. De adehala, también se ha instalado una base militar en ese país.
¿Qué está sucediendo en Argentina? Con pocas palabras: en apenas cuatro meses de gobierno de ese mago neoliberal Mauricio Macri (involucrado con los escándalos de “Panamá papers”, aunque nada le sucederá, porque las condenas públicas por los actos de corrupción, en especial la evasión de impuestos, afectan exclusivamente “a los otros”), la pobreza aumentó en un 34los despidos de los trabajadores superan los ¡100.000! El neoliberalismo, despiadado con los más pobres, ha vuelto para hacer de las suyas. Se reeditan los tiempos del “corralito”, eufemismo cargado de hipocresía, con el que se identificaba al desastre económico de millones de personas; las privatizaciones de empresas del Estado, como la principal petrolera de Argentina, la IPF, será una desgraciada realidad. El FMI, retorna para poner “orden” en el país. Se anuncia la instalación de una base militar en territorio argentino, ¡por pedido del mismo señor Macri!, con lo que el cinturón militar para Latinoamérica prácticamente estará completo.
Todo esto puede considerarse un triunfo de la agresiva OTAN, del Reino Unido y por supuesto del imperialismo norteamericano. De adehala, la ilegítima ocupación de El Archipiélago de las Malvinas por parte del viejo Imperio Británico, es más segura que nunca, porque éste cuenta con el apoyo de su socio principal, EE UU de Norteamérica, y porque en sus aguas profundas hay grandes riquezas de hidrocarburos...
¿Qué podrá suceder en Brasil? Sin duda se preparan ya para intervenir en la “joya de la Corona”, PETROBRAS, que correrá la misma suerte que PEMEX, la descuartizada empresa petrolera mexicana, que antes fue estatal; José Serra, un personaje arrogante, considerando que representa los intereses petroleros de USA pondrá toda su influencia para llevar a cabo el proceso de desnacionalización; probablemente reducirán a su mínima expresión a la gran industria aeronáutica -primordialmente aviones, helicópteros-, o lo convertirán en un apéndice de los monopolios de EE. UU., que forman parte del Complejo Militar-Industrial, porque el imperialismo quiere a toda costa mantener el monopolio en la región con relación a estos ítems. Por esto mismo el plan de los golpistas, sin duda bien asesorados, no fue convocar de inmediato a elecciones, en virtud de que, actuando así, las posibilidades de que ganara Lula se consideraban altamente probables y los perniciosos cambios de sumisión al imperialismo y de retorno al neoliberalismo, se habrían quedado a medio camino. Pero con seis meses se puede cambiar profundamente la estructura político-económica a favor de las oligarquías brasileñas, vinculadas al influyente monopolio de la información “O Globo” y primordialmente a los intereses de los monopolios norteamericanos.
El hecho elocuente de que M. Temer cuente con apenas el 20 e aprobación del pueblo, les importa un rábano a los golpistas; tampoco tiene importancia que el Presidente de la Cámara haya sido acusado de corrupción y de mantener cuentas en el extranjero; hacen caso omiso de las críticas por haber formado un gobierno “interino” machista y racista, sin afrodescendientes ni mujeres. No cuentan con un programa legítimo, excepto con el plan neoliberal más extremista. A la presidenta legítima Dilma Rousseff le borrarán del mapa, junto con su mentor, Luis Inacio Lula da Silva. La vieja oligarquía con el neoliberalismo a las espaldas ha decidido no estar de tránsito: ha vuelto, para quedarse.
Alerta máxima.
El BRICS, la UNASUR, la CELAC, el ALBA, los países con gobiernos de orientación progresista, que reivindican la plena vigencia de la soberanía para sus patrias y que todavía no han sido afectados por el maremoto neoliberal, deben mantener una férrea unión y permanecer en máxima alerta, reunirse, tomar urgentes medidas para neutralizar futuras acciones intervencionistas, apelar, si amerita el caso, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; no perder de vista que mientras la decrépita OEA, antigua Celestina de las dictaduras aliadas de EE. UU., de repente ha bebido de la fuente de la eterna juventud y se revela eufórica y llena de agresiva vitalidad, ha empezado a tramar, desde Washington, ¡cómo no!, mediante su Secretario General, el Felipillo contemporáneo que tiene el mismo apellido de un colonizador español. Resulta que, con el visto bueno de la Casa Blanca la OEA quiere castigar a Venezuela, otro país tenazmente acosado por el imperialismo, que indudablemente tiene serios problemas económicos, causados principalmente por la espectacular caída de los precios del petróleo, estrategia planificada por EE. UU., para golpear a Rusia, Irán, la misma Venezuela y, contingentemente, a Ecuador; sin embargo, Venezuela no es una dictadura, no es un régimen autoritario. El problema de fondo es que la patria de Bolívar posee una notable biodiversidad, grandes fuentes de agua dulce, como la del Orinoco, igual que Brasil, Ecuador, Paraguay, Colombia, Perú y otros países latinoamericanos; pero Venezuela tiene también, en abundancia, petróleo y su consumo y despilfarro ha creado una insaciable “voracidad” a nivel internacional. Quien disfruta de ese “maná” terrenal, extraído de las profundidades de la tierra, no puede dejar la mortal adicción, y si es una gran potencia, entonces ya sabemos que quiere avasallar de cualquier forma al país propietario de esas ricas reservas, no se detendrá en armar un golpe de Estado, con la complicidad de sus cipayos...
Finalmente, no olvidar que los procesos políticos internos, sobre todo en estos tiempos de la llamada globalización -yo diría del neoliberalismo cuasi mundial-, se encuentran conectados con los factores externos. Pensar lo contrario significa la muerte por esa enfermedad “política” incurable que es la ingenuidad.

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