lunes, 13 de junio de 2016

por Alberto Molina Flores

Publicado en junio 13, 2016 en Columnistas/Las Ideas


Si, el Presidente Correa se ha quejado públicamente porque los medios de comunicación del país no se hicieron eco de la saga sobre la supuesta presencia, en nuestro país, de la Central de Inteligencia Americana (CIA), transmitida a día seguido por Telesur, la torpe y burda información fue recogida y publicada a grandes titulares por El Telégrafo, diario que controla el gobierno. Salvo excepciones, la mayoría de los supuestos agentes de la CIA señalados burdamente, son comunicadores sociales que cuestionan al régimen por la forma autoritaria de gobernar.

Los militares que señalamos públicamente las permanentes provocaciones de Correa a las FF.AA. también somos víctimas de las acusaciones maliciosas y temerarias publicadas. A pesar de esas torpes acusaciones, los militares que defendemos la institucionalidad de las FF.AA. no estamos dispuestos a bajar la guardia y seguiremos señalando cómo, durante 9 años de éste gobierno, han debilitado cualitativa y cuantitativamente a las FF.AA.

Disminuyeron su capacidad táctica y estratégica
Por Decreto Ejecutivo, el Presidente Correa eliminó la H. Junta de Defensa Nacional, creada mediante ley por el Presidente Galo Plaza; encargada del presupuesto de la defensa nacional y de aprobar la adquisición de armamento necesario para las FF.AA. La H. Junta estaba representada por las más altas autoridades del país, presidida por el Jefe de Estado y como vicepresidente y representante legal el Ministro de Defensa; en su lugar, se creó el Comité de Bienes Estratégicos, cuya máxima autoridad es el Ministro de Defensa. En este gobierno se adquirieron los helicópteros Dhruv (la compra firmó Javier Ponce en ese entonces Ministro de Defensa), los aviones supersónicos Cheeta comprados usados a Sudáfrica, ya se terminó la vida útil (5 años), jamás fueron artillados; los radares chinos que llegaron al país, nunca funcionaron. Se adjudicó el contrato para la compra de radares a una empresa española que ofreció entregar los radares en octubre del año pasado. Son 8 años y el país está en la indefensión en la defensa aérea. Los aviones Mirage “obsequiados” por Hugo Chávez, son basura que estorban en la base de Taura, los aviones no tripulados a cargo de la Marina, no funciona ninguno por falta de presupuesto para adquirir los repuestos que les permitan su funcionamiento; además, se adquirieron varias centenas de vehículo militares chinos de dudosa tecnología.

Cambiaron el rol de las FF.AA. desnaturalizando su misión.
La Constitución establece en su “Art. 158. Las Fuerzas Armadas tienen como misión fundamental la defensa de la soberanía y la integridad territorial y, complementariamente, apoyar en la seguridad integral del Estado de conformidad con la ley”. Con la enmienda y la reforma a la Ley de Seguridad Pública y del Estado, las FF.AA., prácticamente, han pasado a ser fuerza Auxiliar de la Policía Nacional.

El otrora asambleísta de Alianza País Fernando Bustamante declaró que estaba en desacuerdo que los militares colaboren en seguridad interna: “Nunca estuve a favor de que fuera una misión fundamental como para constitucionalizarse. Siempre estuve a favor de que se pudiera recurrir a las FF.AA. excepcionalmente en casos de emergencia o especiales y no me parece sano que haya que declarar el estado de excepción para hacerlo porque las garantías constitucionales se restringen. Además, siento que crea un sensación de resquemor: si son complementarios quiere decir cuando las FF.AA. intervengan en la seguridad ¿tienen que estar subordinadas a otra fuerza?”

Crearon condiciones que provoquen una lucha social interna (lucha de clases) entre sus miembros.
Los Acuerdos Ministeriales 066 y 067 emitidos el último día en funciones del Corcho Cordero, alientan la confrontación perversamente maniquea entre tropa y oficiales, no hay en el mundo unas FF.AA. que por su naturaleza no sean jerarquizadas, verticales, disciplinadas y sujetas a leyes y reglamentos rigurosos

Nombraron autoridades de pensamiento ideológico antagónico a su tradición y existencia.
Si bien es cierto que el Presidente tiene la potestad Constitucional de nombrar sus ministros, lo lógico es nombrar a quien conozca los temas relacionados a la seguridad y defensa nacional para asumir responsabilidades complejas y delicadas como es dirigir a las FF.AA. cuya misión más importantes es la existencia misma de la patria. “Nunca se administra bien algo que no se conoce”. Correa ha nombrado como Ministros de Defensa a enemigos declarados de las FF.AA.

Enjuician a militares que en su momento combatieron a la subversión.
Lo más patético es la acusación de supuestos crímenes de lesa humanidad a un grupo de destacados oficiales del Ejército que cumplieron su deber, de eliminar la subversión encabezada por el grupo Alfaro Vive Carajo (AVC), cuyos miembros amenazaron públicamente tomarse el poder por las armas y realizaron asaltos a bancos, secuestraron, asesinaron a miembros de la fuerza pública, se robaron armas, etc. Mucho de los subversivos, ahora son parte del gobierno; además, como una provocación más, la mayoría gobiernista de la Asamblea Nacional, condecoró post morten al máximo líder de los subversivos.

Cambiaron los protocolos, ceremonias y símbolos militares por simbología y consignas socialistas.
Exaltación a íconos que no son nuestros referentes históricos, cánticos de pseudo revoluciones fracasadas, consignas como “socialismo patria o muerte”. El Presidente Correa no asiste a las ceremonias militares y las poquísimas veces que lo ha hecho ha utilizado la tribuna militar como tribuna política para denostar a las FF.AA. y a sus miembros, especialmente en servicio pasivo. Se realizan ceremonias que desvirtúan las tradiciones militares, como la realizada en conmemoración de los 20 años de la Guerra del Cenepa. Esta ceremonia quedó para la historia como la ceremonia de la “pantera rosa”.

Pretenden crear organizaciones armadas paralelas a las Fuerzas Armadas.
El exministro de Defensa Cordero, señaló: “que las FF.AA. no están preparadas para dar seguridad a los ciudadanos y al Presidente de la República”. En el proyecto del Código de Entidades de Seguridad Ciudadana que está en marcha, se crea el Servicio de Protección Público (SPP), que no es otra cosa que una organización de civiles armados a órdenes del Ministerio del Interior. No hay en la Constitución ningún artículo que faculte al Presidente o a la Asamblea Nacional, crear organizaciones armadas paralelas a las FF.AA. y Policía Nacional.

En el diario gobiernista El Ciudadano (01/07/2014) con el título “Miembros del GEO y la UGSI almuerzan con el Presidente en Carondelet”, al hacer el brindis, el Presidente Correa dijo: “Cualquier oportunidad es buena para agradecer a la gente que hace tanto por uno, así que muchísimas gracias a todas y todos por su trabajo que no siempre lo podemos reconocer por la rapidez de los acontecimientos”. Además, agradeció por la entrega y el sacrificio que implica custodiar al Presidente y Vicepresidente de la República: “Nos sentimos seguros con ustedes, ustedes saben todos los peligros que enfrentamos, muchos conocen en profundidad”, ahora resulta, a más de 9 años de este gobierno, que los militares no están en capacidad de dar seguridad al Presidente.

Violentan leyes y reglamentos militares.
El Decreto Ejecutivo 945 establece un supuesto nuevo sistema de reclutamiento entre oficiales y tropa. La Constitución actual en su Art. 160, señala que las FF.AA. y la Policía Nacional, tendrán leyes específicas, una de ellas es la Ley de Personal, que regula la carrera de los militares; en ella, se establece la forma de reclutamiento tanto de oficiales como de la tropa; cualquier ciudadano que desee ingresar a la escuela de formación de oficiales de las FF.AA. o de tropa, tendrá que cumplir con los requisitos establecidos en los reglamentos.

El Art. 58 de la Ley de Personal de las FF.AA. señala (Ingreso de personal de tropa a los institutos).- “El personal de tropa podrá ingresar a los institutos de formación de oficiales sujetándose a las normas y requerimientos que contemplaren para estos casos, los reglamentos de cada Fuerza”.

Amén del tema del ISSFA y sus tribulaciones, estaremos defendiendo con firmeza nuestros legítimos derechos, el buen nombre y prestigio de las victoriosas Fuerzas Armadas ecuatorianas, la democracia y las libertades conculcadas en este régimen.

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