Con 11,5 millones de documentos filtrados de la compañía panameña Mossack Fonseca, dedicada a crear empresas en paraísos fiscales (offshore), la investigaciónPanama Papers es considerada como la más grande de la historia. La argentina Marina Walker, vicedirectora del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) –encargado de dirigir la publicación–, conversó por vía telefónica con este Diario sobre los desafíos de este trabajo y de sus repercusiones.
Ecuador es el noveno país con mayor número de intermediarios (324) vinculados a Mossack Fonseca. ¿Qué significaría esto según la investigación?
Por diversos motivos, ciudadanos de ese país han utilizado bastante los mecanismos ofrecidos por Mossack Fonseca. Vemos muchas operaciones, empresas, interés por crear empresas en diversos lugares del mundo, en algunos de los mencionados paraísos fiscales de los Estados Unidos como Wyoming, Nevada y también en otros paraísos fiscales más tradicionales de otros lugares.
En el caso de América Latina, ¿cómo hacer que los ciudadanos se empoderen de esta información y pidan respuestas a quienes eligieron por vías democráticas?
(...) En la región vivimos situaciones económicas difíciles y los gobiernos están pidiendo austeridad, subiendo tarifas, hay problemas presupuestarios, entonces en ese contexto es muy comprensible que la gente sienta una enorme frustración cuando ve que la clase política o los más privilegiados tienen acceso a mecanismos financieros poco transparentes o a ciertos atajos y beneficios que el común de la gente no tiene. Creo que la prensa tiene que explicar mejor a la gente qué es un paraíso fiscal y por qué nos debe importar. Explicarles: Doña Rosa, usted paga sus impuestos, ¿no es cierto? Todos los meses paga sus boletas de la luz, del gas, le paga impuestos al Gobierno, bueno, hay una porción de la población que justamente son las personas muy privilegiadas y las más ricas que han encontrado mecanismos para poder eludir o evadir esa responsabilidad. Esas personas al no pagar estos impuestos, por ejemplo, o al sacar ese dinero del país, ¿cómo la afectan a usted? Bueno, la afectan porque ese dinero luego no se va a poder reinvertir en salud, transporte, en vivienda, en tantas cosas que son responsabilidades del gobierno. Explicar que un paraíso fiscal no siempre es símbolo de crimen, pero que casi todos los grandes actos de corrupción que estamos viendo en el mundo tienen un elemento offshore. Los paraísos fiscales no son lugares transparentes para ir a hacer negocios. Son lugares que facilitan el secretismo...
¿Cuáles serían los límites éticos del quehacer periodístico al momento de indagar las prácticas de empresas privadas?
Los empresarios juegan un rol fundamental en nuestras sociedades, como inversionistas, como personas que influencian la opinión pública y también como pagadores de impuestos. Solamente centrarse en políticos o en celebridades no va al fondo del problema... Los empresarios también deben dar cuenta y es absolutamente pertinente y legítimo que el periodismo haga preguntas a esos empresarios, sin ocultar, mostrando los hechos, pidiendo descargos...
¿Cuál es el potencial de las herramientas tecnológicas que pueden compartirse para investigar y divulgar este tipo de trabajos?
Trabajar en redes, compartir información es la única manera en poder afrontar estos temas que son tan complicados, complejos y globales. Un periodista en aislamiento jamás puede contar toda la historia porque lo supera en volumen, en complejidad, entonces tenemos estas herramientas, ya todos los otros gremios, por así decirlo, lo han descubierto, hasta los criminales trabajan en redes, faltábamos los periodistas y ahora hemos demostrado lo que se puede lograr con plataformas seguras donde se tendría una especie de redacción virtual.
¿Qué representa para el periodismo esta investigación siendo una profesión cuyo rol es fiscalizar al poder?
Es un hito tanto por el desafío tecnológico que implicó de haber podido efectivamente investigar y trabajar esta enormidad de datos, como también por la colaboración y por la forma tan diferente que rompe todos los esquemas del periodista de investigación lobo estepario (en referencia a la novela de Hermann Hesse) del pasado, como también por los resultados que está mostrando...
Hay información en la que se señala que el viceportavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, habría afirmado que la investigación recibió financiamiento del Gobierno de EE.UU.
Esa noticia fue inventada, nadie del Departamento de Estado ha dicho semejante cosa. Todo surge de una agencia de noticias rusa que le sigue el juego al Kremlin. El ICIJ no ha recibido ningún financiamiento de Estados Unidos, ni un solo peso, jamás en su vida, lo tenemos prohibido por estatuto recibir financiamiento de un gobierno. La noticia es falsa.
¿Cómo observa que seis periodistas ecuatorianos que participaron en esta investigación sean convocados por la Función de Transparencia, según lo ha anunciado este organismo, para que entreguen información?
El Estado está confundiendo las cosas porque los periodistas ecuatorianos y los de todo el mundo no tienen en su posesión ni son dueños de ningún documento. Ellos están invitados a participar en plataformas que controla el ICIJ, los documentos pertenecen al ICIJ y al diario alemán Süddeutsche Zeitung, y cualquier requerimiento de un gobierno tiene que canalizarse a través del ICIJ. Están preguntándole a la persona equivocada. El ICJ tiene una política de no entregar documentación a los gobiernos, no somos una agencia del gobierno y este tiene que usar sus propios mecanismos para investigar.
¿En las publicaciones futuras se va a involucrar a más personajes políticos de EE.UU. o de Europa?
Están involucrados. El primer ministro de Reino Unido tuvo que salir a decir que su padre tenía un fondo offshore y que él se había beneficiado. Acá no hay conspiraciones políticas que se sostengan... lo que hay es un grupo absolutamente diverso de medios de comunicación de todas las tendencias, de derecha, de izquierda, pequeños, grandes, todos mirando con distintas miradas. Es imposible controlar el flujo de la información, es imposible pensar que hay una conspiración para apoyar una visión o demostrar la otra. (I)
El ICIJ no ha recibido ningún financiamiento de EE.UU., ni un solo peso, jamás en su vida, lo tenemos prohibido por estatuto recibir financiamiento de un Gobierno”.
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