miércoles, 6 de abril de 2016

Galo Chiriboga debe renunciar

  en La Info  por 
Galo Chiriboga rompió el silencio. El Fiscal General de la Nación, cuya presunta participación en un acto de corrupción se volvió a destapar el domingo con la publicación de los Panama Papers, ofreció una rueda de prensa desde España (arriba en la foto de su cuenta de Twitter) y alegó inocencia. Chiriboga confirmó algunos de los supuestos contenidos en esos papeles, matizó otros y declaró encontrarse dispuesto a una investigación. Es una buena noticia. Pero para que esa investigación (que debería ser impulsada por la propia Fiscalía) se desarrolle de manera libre y transparente, hay un requisito indispensable: Galo Chiriboga debe renunciar.
Un fiscal no puede estar envuelto en dudas y sospechas. Y Galo Chiriboga lo está. Más aún: siempre lo estuvo. Los Panama Papers publicados el domingo desempolvan una vieja denuncia que el asambleísta Cléver Jiménez y el periodista Fernando Villavicencio presentaron en 2011, como parte de la impugnación a su candidatura para Fiscal. Y las declaraciones emitidas por él hoy (martes 5 de abril) desde España (ver secuencia de tuits al final de esta nota), no absuelven las dudas que hay sobre él como investigador de oficio para este caso.
¿De qué se lo acusa? Básicamente, de haberse apropiado mediante engaños de una mansión: una casa en el sector de La Viña, uno de los más caros de Quito, con 2.500 metros de terreno, piscina cubierta, sauna, cancha iluminada de uso múltiple, jardines con accesos adoquinados, cerramiento de piedra… Por esa casa, dice la denuncia, Galo Chiriboga pagó 2.762 dólares. Luego la registró a nombre de una compañía offshore, Madrigal Finance Corp., que estableció en Panamá a través de Mossak Fonseca, la firma de los Panama Papers. Los detalles de la denuncia de Villavicencio y Jiménez, con su abundancia de documentos oficiales y todos sus detalles truculentos, se reconstruyen en un informepublicado el 4 de abril por el medio digital Focus Ecuador.
En su declaración hecha por videoconferencia desde España, Galo Chiriboga aseguró que está dispuesto a que sus bienes sean investigados y negó que hubiera habido acto ilegal alguno en la compra de la casa de la polémica, así como en la contratación de la firma Mossack Fonseca de Panamá para constituir su empresa offshore Madrigal.  “Si la Asamblea decide juicio político, el Fiscal comparecerá, pero no creo que esta infamia mine la respetabilidad de las funciones públicas”, dijo Chiriboga pero con esa declaración no libera de duda a su condición de investigador de oficio en este caso.
¿Puede un fiscal investigarse a sí mismo?
El escándalo de los Panama Papers ha creado una ola explosiva a escala mundial. El primer ministro de Islandia, Sigmundur Gunnlaugsson, tuvo que renunciar porque no fue capaz de aclarar los conflictos de interés que tiene con una empresa de la que es socia su esposa y que estaba involucrada en el colapso bancario de ese país a finales de los 90.
Galo Chiriboga no sólo se niega a renunciar sino que, prevalido del poder que le confiere su cargo, ha desempolvado un viejo proceso contra Fernando Villavicencio, autor de la denuncia, por un artículo (que nada tiene que ver con este caso) escrito en 2013 y publicado en otro medio digital, Plan V. Apenas horas después de que Focus Ecuador publicara su informe sobre la mansión del fiscal, Plan V recibió una notificación conminatoria para que entregue una copia electrónica del otro reportaje. ¿Se puede interpretar esto como una retaliación?
Si Galo Chiriboga fuera capaz de entender que su cargo no le pertenece sino que le ha sido encargado por la sociedad debería renunciar por decencia y responsabilidad política. Debería, al menos, pedir una licencia para que durante un tiempo pueda despejar las dudas que el escándalo de los Panama Papers han generado sobre su idoneidad para ocupar el cargo.

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