Publicado en Julio 16, 2017 en Columnistas/La Info/Las Ideas por Diego Ordóñez
Parece ser que, expatriado el energúmeno insultador de los sábados, todo cambió. Parece ser que todo lo que se hizo, mal hizo y deshizo durante el correísmo, se minimizó, se olvidó, solo por que ya no se avientan agresiones, improperios u órdenes de persecución. Sin duda, es mejor que el origen de esa contaminación verbal, intelectual, ética, que representó personalmente Correa, no tenga sino sus tuits. Es verdad que su ausencia y de ese estilo envenenado, despeja el aire, pero…
Moreno ha sido prolífico en gestos. Le ayuda su condición física, su lenguaje trastrabillado y su aparente incompetencia para el insulto (aunque mostró tal habilidad durante la campaña). Solo con gestos y su popularidad se ha elevado y con ello la anuencia de políticos que saben de aprovechar oportunidades. Como muestra sirve la adhesión de los alcaldes. Basta leer lo que los adherentes de Nebot y Rodas dejan saber en redes sociales, o lo que dicen sus asambleístas para reconocer que Moreno los tiene ya a su lado. Le ha servido que Correa apretó tanto el nudo, que un leve aflojamiento parece suficiente. Muchos opinadores, periodistas, así como sucedió en 2007, que cerraron filas en torno a Correa, negándose a ver la realidad, hoy diez años más tarde, aplauden los gestos, como si ya hubieren hechos, realidades, cambios que aplaudir.
Moreno ha convocado al diálogo. Y para la foto se prestan excandidatos presidenciales. Incluso se ha hecho un acuerdo de reparto de puestos. ¿Y de qué hablaron? ¿Del combate a la corrupción y la urgencia de que el gobierno baje las murallas de protección a Glas? No. ¿De cómo resolverá la abrumadora crisis económica que hereda de Correa, que engañó con el cuento del milagro? No. ¿De cómo recuperar la independencia de funciones eliminando tanto correísta devoto en los puestos claves de control? No. ¿De derogar la Ley de Comunicación, eliminar la comisaría de información? No. ¿De desarmar la estructura, legal, reglamentaria, burocrática que ahoga el emprendimiento? No. ¿De la política internacional chavista que lleva a defender los abusos infames de Maduro en Venezuela? No.
El diálogo parece ser una coartada. Una forma de hacer un cambio, para que nada cambie. Así como los cruces sensacionalistas de tuits entre Moreno y Correa y los tuits que desde los laterales avientan las sumisas a Correa, que ya no son sumisas a Moreno porque solo son sumisas con el jefe del clan. Solo alimentan el natural y humano sentido de retaliación de la población que durante diez años padeció o rechazo el abuso.
En el mediano y largo plazo, que Moreno y Correa se aruñen con trinos es irrelevante si no hay decisiones que apunten a atacar estructuralmente las causas del desmadre político y económico del correísmo. Pero Moreno, va dando muestras de que más allá de los gestos, no incursionará en mayores riesgos. Y es obvio porque se ha ratificado militante de la revolución.
Sobre Glas ha dicho que ha desvanecido las acusaciones. ¿Cuáles ha desvanecido, según Moreno? No lo ha dicho, pero si se entiende que le ha conferido ya una declaración de inocencia. Lo que no extraña, pues, mientras tuitea provocaciones contra Correa, Moreno ha permitido una profusa campaña publicitaria en la que se presenta a Glas como el gran hacedor de todo.
Moreno ha dicho que la mesa no estaba servida, como cínicamente afirmó su predecesor. ¿Y los co-responsables de las decisiones mal tomadas, los operadores del fraude en las cifras y los mentirosos de propaganda? Bien gracias. O son parte del gabinete, o serán embajadores. Al tiempo de denunciar que si hemos estado en crisis, lo que resulta increíble lo diga hoy cuándo en campaña se sumó al coro del engaño; Moreno no ha develado los contratos secretos de deuda, no ha anunciado las medidas de ajuste fiscal urgente, no ha propuesto un plan de renegociación de deuda o de investigación sobre ella. No ha ratificado ni explicado como devolverá el dinero de la reserva de libre disposición, entre los que está dinero de depositantes de la banca privada, cuyo uso (abuso) fue conocido por el actual ministro de Finanzas. No ha dicho mayor cosa, salvo lo dicho para satisfacer la revancha de una parte del electorado y así sostener su popularidad.
Moreno y sus gestos, no van mas allá de eso. Mientras en Venezuela un obtuso gorila y su camarilla arremete a bala contra la población, se arma ilegítimos atajos como es convocar una Asamblea Constituyente y persiste en sostener las condiciones de desastre económico, consistente con la alineación de Correa, el gobierno de Moreno, a través de su canciller, que ocupó igual puesto durante el gobierno de Correa, se suman a otros gobiernos chavistas para negar lo evidente y apoyar a Maduro.
Empecé por reconocer los gestos. Por algunas acciones que reducen presión. De allí falta mucho para concluir que se ha producido un cambio que vaya más allá de un conflicto de liderazgo o de una bronca por ocupar el trono. Falta mucho para sumarse a los aplaudidores tempranos.
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