lunes, 17 de julio de 2017

Lenín y la aparición fantasmal
Moreno intenta, infructuosamente, proteger a Alianza PAIS. Evita la puñalada mortífera… gana algo de tiempo. Nombra a los más duros ideólogos del correísmo, entre ellos Ricardo Patiño, Guillaume Long, como sus colaboradores o sus representantes en el ámbito internacional. Los quiere en su gobierno, pero lejos del poder central.
16 de julio del 2017
POR: Jean Cano
Periodista de investigación, editor general de la revista Criterios de la Cámara de Comercio de Quito. 
Moreno aún no puede despegarse del correísmo. No tiene partido propio, no cuenta respaldos claros en la oposición, no tiene base política".
Rafael Correa no debe nada a Alianza PAIS. En su caso, el partido le debe todo a él. Por eso puede amenazar con irse de su propio movimiento y vilipendiar a Lenín Moreno. Advierte a los suyos de una puñalada mortífera por los cambios que están empezando sin su consentimiento.
Moreno, quien todavía es el presidente de esa agrupación, ya sufre en menos de dos meses del grotesco modo que muchos debimos resistir toda una década. El sucesor ya es una víctima más de los arranques del rabioso Correa y debió defenderse, como ha sucedido con cada uno los humillados por el exPresidente. Falto de personalidad, entreguista, mediocre… son calificativos para el nuevo Mandatario. ¿Esos epítetos les resultan familiares?
Pese a eso Moreno intenta, infructuosamente, proteger a Alianza PAIS. Evita la puñalada mortífera… gana algo de tiempo. Nombra a los más duros ideólogos del correísmo, entre ellos Ricardo Patiño, Guillaume Long, como sus colaboradores o sus representantes en el ámbito internacional. Los quiere en su gobierno, pero lejos del poder central.
Es tolerante con la agria crítica de los militantes históricos debido a su acercamiento a grupos que eran antagónicos: indígenas, dueños de medios, partidos opositores… Lenín no comenta acerca de los pedidos de que lo tumben del poder y que nacen en las filas correístas. Ni siquiera habla sobre su vicepresidente Jorge Glas, quien ha dicho que Moreno no da respuestas ante las críticas de los históricos de la Revolución Ciudadana…
Es que Moreno aún no puede despegarse del correísmo. No tiene partido propio, no cuenta respaldos claros en la oposición, no tiene base política.  Nadie pensó que la ruptura iba a ser inmediata.
De hecho, el Presidente debe lidiar con la esencia de Correa: todo perdona, menos la deslealtad. Incluso ha ignorado los robos de su gente. Eso sí, Correa expulsa al traidor, lo ha demostrado. Por ello, no lo dejará en paz.
Pues bien, Moreno, con nuevos apoyos y lealtades que los está trabajando, de seguro podrá sacudirse de PAIS. Logrará irse por el rechazo de los seguidores de Correa. Dejará al insultador atrás. Pero… jamás, jamás, podrá despegarse del legado. La herencia de Correa lo perseguirá en cada ámbito.
El fracaso económico no lo podrá arreglar inmediatamente. Quizá, dicen los economistas más optimistas y si se hacen bien las cosas, la prosperidad vendrá en cuatro años. Revertir el fracaso de Correa en construir ciudadanía tampoco será de un día al otro. El apretón a la empresa privada y al trabajador no se relajará mágicamente. La corrupción de cuello blanco restará más credibilidad a la política. Moreno no podrá solucionar el alto costo de la vida en días. Tiene una durísima tarea al convencer a los opositores de que sus intenciones están alejadas de las mañas correístas... Los insultados, como ahora lo es él mismo, esperan hechos.
Pero, sobre todo, Correa perdurará si se sostiene el modelo donde el Estado es el impulsor de la economía y que ha dejado al país, luego de una década, sin cambio de matriz productiva, sin libertad empresarial, secuestrados por los precios del petróleo, con altísimo subempleo y desempleo. Con los más jóvenes obligados a buscar oportunidades fuera de nuestras fronteras.
Si Lenín se sacude… que sea de todo.

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