Por: Julian Kito
Fotografía: Andes, Archivo
Fotografía: Andes, Archivo
Razones porque no votar por el correismo
“El pueblo, ya harto de los robos, atropellos y crueldades del Comendador, decide unirse y tomar la justicia por su mano. Una noche llegan al palacio, invaden su casa y lo matan en nombre de Fuente Ovejuna y de los Reyes Católicos. En el juicio, cuando el juez les pregunta quién mató al Comendador, todo el pueblo responde: “Fuente Ovejuna, señor”.
El común de los ecuatorianos estamos hartos de tanto abuso ejercido por el régimen correista. Miraba, ayer, en la televisión la rueda de prensa de Unidad Popular, y distinguí, de entre el grupo, a Mery Zamora. Me vino de golpe a la mente las agresiones brutales de Correa contra esta mujer llana y simple, maestra, luchadora por la justicia social; recuerden ustedes que, a más de haberle dedicado algunas “sabatinas”, incluso, se difundió por las redes sociales una fotografía íntima de ella para desprestigiarla. Los jueces de la Corte Nacional de Justicia que ratificaron su inocencia, fueron destituidos por el sumiso y obediente Consejo de la Judicatura. Esta idea la asocié con mi querida paisana Blanca Lozano en Saraguro, quien fue condenada a cuatro años de cárcel por “terrorista”. Recuerdo a mis amigos a quienes se los conoce como “Los diez de Luluncoto” y, de entre ellos, una jovencita embarazada a quien se la obligó a permanecer por varias horas bocabajo por miedo a su “violencia terrorista”. Viene a mi mente también, todo el panorama judicial ridículo del 30.S cuya simbología la patentó Correa para mantenerla bajo “propiedad intelectual” y, la presión a fiscales y jueces para llevar a la cárcel a Sansón y los que no son: luego, el perdón del Comendador de Fuente Ovejuna. Por estos mismos hechos, durante cuatro años formó un escándalo y reiterada persecución al Mayor Araujo; cuando, finalmente, él se presentó en la cárcel para que lo detengan, llegó el bondadoso perdón del Comendador, siempre tan oportuno, y en medio de las cámaras de televisión.
La persecución a los periodistas autores del libro “El Gran Hermano”, por el resultado de sus investigaciones, ciertas, fidedignas; el enjuiciamiento del Coordinador de la Veeduría Pública, constituida por el mismo Correa, que determinó como cierto el hecho de que Él sabía perfectamente las andanzas contractuales con el Estado, de su hermano Fabricio. La persecución al asambleísta Klever Jiménez y su asesor Fernando Villavicencio por haberse atrevido a topar la punta de la madeja de la corrupción, rampante y atrevida, grosera y vergonzosa, del correismo.
El asalto militar a las instalaciones del Fondo de Cesantía del Magisterio y la detención de sus dirigentes, sin fórmula de juicio. El asalto militar a las instalaciones de la Unión Nacional de Educadores, UNE, y la usurpación de sus bienes. La creación de una organización paralela a la UNE basada en el clientelismo y oferta de contratos para jóvenes educadores necesitados de un puesto de trabajo.
Las agresiones en contra del joven estudiante del colegio Nacional Mejía a quien lo persiguió hasta los patios interiores del Plantel. Las agresiones en contra de la ciudadana que le mostró una figura elaborada con los dedos de la mano. La agresión en contra del cantautor popular Jaime Guevara. La violencia contra los estudiantes secundarios del Colegio Técnico y del Colegio Montúfar, en Quito.
La constitución de la famosa CUT, Central Única de Trabajadores, mediante decreto, para enfrentar al Frente Unitario de Trabajadores, FUT. La vergonzosa y mezquina deslegitimación que hiciera Domingo Paredes, por entonces, Presidente del Consejo Nacional Electoral, respecto de las firmas recolectadas por los Yasunidos. La cancelación del MPD del registro de Partidos Políticos efectuada por el mismo funcionario servil Domingo Paredes, quien con voz diletante lo “exhortaba” a Correa para que no use los medios públicos en campaña electoral. - Te exhorto a que no me exhortes – le contestó el Comendador.
Este cuate, Correa, también tiene una facilidad extraordinaria para olvidarse. No lo conocía al atracador gerente de la Refinería de Esmeraldas; no se acordaba de Pareja Yanuzzelli, de quien dijo era un viejo servidor público petrolero. No se acordaba que el Gobernador de Loja le informó que su hermano compró la empresa constructora en estado de quiebra, COSRUCA, en Loja, para hacerse cargo de todo el sistema vial de esta provincia. No sabía que su primo hermano no tenía título de economista y que él mismo, su primo, fue quien intervino en al feriado bancario y en las atrocidades perpetradas en la Corporación Financiera Nacional.
Juan Carlos Gurtambel, prestigioso dirigente popular e indígena, fue sometido, humillado; contra él se iniciaron acciones penales por los celulares que fueron confiscados a los agentes policiales que vestidos de civil, caminaban junto a los dirigentes durante “La Marcha por la Vida”. Se detuvo cobardemente a su compañera y, luego el mismo Correa, hizo burla de esta pareja en una sabatina. ¡Miserable!
Recientemente, el IESS hubo de tomar más de 2.700 millones de dólares de sus reservas, para pagar pensiones. Pero, ya antes, se tomó de las pensiones para cubrir el seguro médico. Ante el persistente reclamo de los jubilados, el Gobierno “decretó” que no hay deuda con el IESS, y, el Director de esta entidad, simplemente, la borró de las cuentas contables, sin fundamento legal y contra toda norma de control financiero, en la arbitrariedad más burda. Esto me recuerda cuando de joven, me endeudaba con amigos, y, al no pagarles puntualmente, me reclamaban el pago. Yo, con mucha frescura, les contestaba: -Mira, te tengo en lista, pero si mucho me molestas, te borro –
El desorden de los acontecimientos presentados demuestra que la simple euforia de la espontaneidad es suficiente incentivo para recordar, de golpe, las gestas desembozadas del promotor de “los corazones ardiente y las manos limpias”. No, lo de Petroecuador y de las hidroeléctricas, eso ya ingresa en la mega, super, hiper, recontra, corrupción. Yo solamente, en este artículo, quería hacer un despliegue de acciones, las más simples, para refrescarles a ustedes lectores, la memoria.
¿Queremos que estas atrocidades continúen? O nos levantamos por los fueros de la dignidad.
¿Acaso no recordamos el episodio de la “Venta de la Bandera” que echó del poder al presidente conservador Luis Cordero? ¿No recordamos el episodio fuenteovejuna en la Gloriosa del 44 para derrocar a Arroyo del Río? ¿Nos hemos olvidado del año 1966 cuando echamos por tierra a la dictadura militar fascista de Castro Jijón y apoyamos al Frente Constitucionalista?
Estamos ubicados frente a una disyuntiva histórica. Correa quiere hacernos creer que se trata de la disyuntiva entre la izquierda por él representada y, la derecha representada por Lasso. Ambas opciones son de derecha; pero, el momento nos convoca a derrotar al correismo. Ni un voto para el correismo. ¡Fuera Correa, Fuera!
Por eso es acertada la decisión de Unidad Popular. Esta consigna, justa en su elaboración política e ideológica, es compartida por Pachakutik, por los militantes de la Izquierda Democrática, y por el propio General Paco Moncayo, quien lideró la Unidad por el Cambio hacia la presidencia de la República. Ahora, necesitamos llevar esa consigna al seno del pueblo, de los trabajadores, de los empleados, de las amas de casa, de los estudiantes, de los jubilados, de los maestros, de los desempleados, de los artesanos, de los campesinos pobres y medios, para que esa línea correcta, prenda en la conciencia de las masas populares y se convierta en una fuerza material irresistible que conduzca al pronunciamiento popular en una euforia que del Carchi al Macará retumbe hacia todos los costados de la patria: ¡Fuera Correa, Fuera!
Unidad Popular ha dicho que desde el primer día del nuevo gobierno demandará fiscalización y sanción a todos los corruptos; fin de la criminalización a los dirigentes populares; asamblea constituyente para desmontar el correismo; libre acceso de la juventud a la universidad; defensa de las fuentes de agua y moratoria a la minería en gran escala; defensa de la autonomía del IESS y devolución de sus fondos; respeto al seguro social campesino.
En suma, nuestra lucha por la reivindicación de los explotados, nuestra acción junto a la clase obrera, los campesinos y el pueblo, sigue intacta. No adherimos al Programa de Gobierno de Lasso; no, eso no. Simplemente, sumamos nuestras fuerzas a las de los millones de ecuatorianos inconformes, de los desencantados, de los que consideramos que la Patria Nueva es posible y que para ello, aquí y ahora, es imprescindible echar fuera al Comendador. ¡Fuente Ovejuna, todos a una!
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