La joven multimillonaria que quiere revolucionar la medicina
Peter
DayBBC
·
Monitorear lo que le pasa al cuerpo
se ha vuelto una manía en Silicon Valley, California.
Numerosos entusiastas llevan hasta
dos o tres brazaletes para tener un estricto control de su presión arterial las
24 horas.
Esos dispositivos usan sensores que
cuentan la cantidad de pasos que ha dado el usuario (el índice recomendado es
de 10.000 por día, es decir, ocho kilómetros).
En
todo el valle californiano, nuevas empresas se apresuran a aprovechar la
euforia en torno de esta tecnología. Están adaptando los aparatos para medir
las funciones del cuerpo a los teléfonos inteligentes, con el fin de producir
un flujo de datos que podría -o no- ser útil para médicos y especialistas si
estos tuvieran tiempo de procesarlos. Ya hay decenas de start-ups, quizás centenares.
Esto es posible porque la gente más
que nunca antes está hiperconectada a internet, todo el tiempo, como si
estuviera en el modo "siempre encendido".
Luego de darle "me gusta" a
una persona o convertirla en amiga en las redes sociales, uno ahora puede sumar
su propio cuerpo a la experiencia digital.
Multimillonaria
En un rincón del campus de la
Universidad de Stanford en el que Facebook alguna vez tuvo oficinas, Elizabeth
Holmes trabaja en un proyecto de monitoreo de la salud que la ha mantenido
ocupada en los últimos once años.
Su compañía, Theranos, es la
antítesis de la nueva "fiebre del oro" en el sector de la salud,
aunque no está desconectada de ella.
Holmes sólo tiene 30 años, pero ha
impulsado su empresa desde que era veinteañera. Recién ahora ha salido a la luz
y se ha vuelto conocida.
Esta joven tiene clarísimo lo que
quiere. La seguridad que muestra en sus propósitos es una de las pricipales
características de Silicon Valley.
Se viste de negro como lo hacía el
fallecido Steve Jobs, de Apple. Como él, Holmes tiene tanta fe en sí misma que
genera una suerte de campo magnético.
Y al parecer tiene ese influjo desde
los 19 años, cuando abandonó sus estudios de ingeniería en la Universidad de
Stanford para fundar su propia firma.
Theranos ha sido hasta ahora una
compañía desconocida, pero inversionistas privados han comprado acciones y han
hecho que su valor trepe a nada menos que a US$9.000 millones.
Holmes todavía es propietaria de la
mitad del negocio, lo que en los papeles la convierte -según la revista Forbes-
en la mujer más joven en volverse multimillonaria por iniciativa propia.
Theranos ha atraído a renombrados
"creyentes". Su compañía tiene uno de los directorios con más
personajes famosos de Estados Unidos, entre ellos los exsecretarios de Estado
Henry Kissinger y George Shultz, además de un exsecretario de Defensa.
Theranos tiene una meta clara y
directa: volver las pruebas de sangre más simples, disponibles en todo momento
y baratas, además de que no sean "alarmantes".
Holmes está convencida de que tiene
ante sí un enorme desafío: "Desde el principio me pregunté qué podía hacer
para cambiar el mundo".
Y completa: "Influir en la vida
de las personas de una forma significativa".
Costo
Una gran cantidad de diagnósticos
médicos están basados en puebas de sangre. Tan sólo en Estados Unidos se
realizan miles de millones de tests cada año, con un costo -también- de miles
de millones de dólares. Pero muchas personas los consideran costosos e
invasivos. Hay un temor generalizado a las agujas.
Holmes dice que, como consecuencia,
cerca de la mitad de la gente no se realiza las pruebas que piden los médicos.
Theranos tiene una lista de precios
que incluye más de 200 tipos de análisis de sangre. El monto se cobra de
antemano. Los tests son mucho más baratos que los de empresas ya establecidas,
que generalmente envían la cuenta después de realizarlos.
En las pruebas se usan muestras de
sangre mucho más pequeñas, un poco más de una gota. Y luego la sangre es
analizada rápidamente en las instalaciones de la firma: laboratorios
automatizados protegidos por el secreto comercial.
"Manejamos tan poca cantidad de
sangre que nos vimos obligados a desarrollar nuevos sistemas de análisis
químico para el procesamiento", explica Holmes.
Interesante, sí. ¿Pero son estos
tests realmente una revolución en el cuidado de la salud?
Holmes dice que todo depende del
acceso a la información: "Cuando alguien se entera de que un ser querido
se enferma gravemente, por lo general es demasiado tarde para hacer algo al
respecto... Es una experiencia muy dolorosa".
"Si creamos un sistema que ayude
a cambiar esto, entonces haremos una gran diferencia en el mundo".
Con tal fin, Theranos se asoció
recientemente con la mayor cadena de farmacias de Estados Unidos.
Walgreen's tiene más de 8.500
comercios en todo el país. Sus locales han comenzado a instalar lo denominados
Centros de Bienestar Theranos.
Visité uno de ellos a un kilómetro de
la sede central de la compañía en la University Avenue, en Palo Alto.
La experiencia fue sencilla: un
empleado agradable me pasó una toallita suave y tibia por el dedo, usó una
suerte de lápiz con una pequeña aguja que apenas sentí cuando me lo aplicó y en
un segundo la ampolla se llenó de sangre.
Los resultados me llegaron por correo
electrónico 24 horas después.
"Ahorrar
dinero"
Según Elizabeth Holmes, para que la
detección de enfermedades sea lo más temprana posible, es muy importante estar
cerca de donde la gente vive. Y eso es lo que ofrece Wallgreen's.
Antes del lanzamiento de sus centros
en las sucursales de la cadena de farmacias, Theranos ganaba dinero vendiendo
sus servicios a grandes compañías farmacéuticas.
Para ellas, la prueba a gran escala
de nuevos fármacos es un proceso caro, que consume mucho tiempo y es engorroso.
El desarrollo de una nueva droga es precisamente la etapa en la que los costos
se van por las nubes.
Acelerar los tests permite recabar
más información sobre la eficacia de las drogas de forma más rápida. Pruebas de
sangre sencillas y frecuentes pueden permitirles a las compañías farmacéuticas
ver más rápidamente el impacto del ajuste de las dosis en los pacientes.
Theranos también tiene en la mira a Europa.
Para los pacientes, el costo de las pruebas de sangre puede ser un asunto
"invisible" cuando el que paga es el servicio público de salud. Pero,
según Holmes, análisis más baratos podrían ahorrar "una increíble cantidad
de dinero".
Y si las personas comienzan a tener
un interés más cotidiano en su salud al realizarse pruebas sanguíneas más
frecuentes, las enfermedades podrían detectarse más tempranamente, piensa la
empresaria.
Las pruebas de sangre conforman un
mercado de miles de millones de dólares tan sólo en Estados Unidos, dominado
por grandes corporaciones como Quest Diagnostics y LabCorp. Las empresas ya
establecidas probablemente no quieran que una novata como Theranos les quite
mercado al lanzar servicios nuevos y diferentes.
Theranos es una firma ambiciosa, con
una fundadora muy ambiciosa y que todavía tiene mucho por demostrar.
Pero los sistemas de salud están
comenzando a abrir los ojos a las implicaciones que tiene la medicina
personalizada. Y el diagnóstico, incluyendo las pruebas de sangre, estará en el
centro de los grandes cambios en la manera en la que concebimos nuestra salud.
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