Corrupción, la cifra es mucho más alta
Las adquisiciones constituyen un imán para las ineficiencias en la gestión y para la corrupción. El gran volumen de transacciones, junto con la estrecha y compleja interacción entre los sectores público y privado, hace que las compras públicas queden expuestas a diversos riesgos de malgasto, malagestión y corrupción. Pocas actividades públicas ofrecen mayor tentación o más oportunidades para la corrupción. Un informe del BID.
01 de octubre del 2018
REDACCIÓN PLAN V
Este es un extracto del informe del BID que examina el gasto público en la región y establece cifras reales y comparativas de lo que países como Ecuador pierden anualmente por la corrupción, el despilfarro y el malgasto de los recursos públicos.
"En 2016 los gobiernos de América Latina y el Caribe gastaron cerca de US$450.000 millones en compras públicas, lo cual incluye la adquisición de bienes y servicios y de equipos de capital. Ejemplos de estas adquisiciones son la compra de computadoras para las escuelas primarias, el suministro de agua potable, gas y electricidad, y la construcción de una carretera o un aeropuerto. Sin embargo, ¿son eficientes y efectivas las compras públicas? ¿Los precios pagados son competitivos con el sector privado, y son similares en diferentes oficinas públicas y a lo largo del país? ¿Los bienes y servicios producidos cumplen las normas de alta calidad? Estas preguntas son pertinentes dado que el gasto en compras públicas no solo es grande sino que también influye en los ámbitos funcionales del gobierno, incluida la educación, la salud y la infraestructura.
45%
del gasto general del gobierno se va en adquisiciones y compras públicas en el Ecuador.
"En promedio, las compras públicas representaron el 32,5% del gasto del gobierno general en los países de la OCDE (14% del PIB) y el 29,8% en los países de América Latina y el Caribe (8,6% del PIB). Sin embargo, en la región el tamaño del gasto en este rubro varía desde aproximadamente el 15% del gasto total en promedio en Argentina y Uruguay hasta el 47% en Bolivia y Perú, debido a la mayor proporción de gasto de capital en el gasto total. Ecuador es el tercero de la región, con una cifra cercana al 45%. De hecho, el gasto en adquisiciones de bienes de capital es más importante en América Latina y el Caribe (16,2%) que en la OCDE (9,3%). En términos del PIB asciende al 4,7% en la primera y al 4% en la OCDE. Ecuador es el primer país de la región en compras públicas en términos del PIB, con el 16%.
"Las adquisiciones constituyen un imán para las ineficiencias en la gestión y para la corrupción. El gran volumen de transacciones, junto con la estrecha y compleja interacción entre los sectores público y privado, hace que las compras públicas queden expuestas a diversos riesgos de malgasto, malagestión y corrupción. Pocas actividades públicas ofrecen mayor tentación o más oportunidades para la corrupción. La inversión pública es particularmente vulnerable a la corrupción y el malgasto representa un porcentaje mayor de las adquisiciones totales en América Latina que en la OCDE y funciona con instituciones más débiles. Sin embargo, ¿a cuánto asciende aquel malgasto? Dado que hay escasos datos sobre la corrupción y el malgasto en las adquisiciones por país, la opción consiste en extrapolar a partir de las estimaciones de los pocos estudios existentes.
"A pesar de que es difícil medir el costo exacto de la corrupción debido a su naturaleza oculta, se estima que entre un 10% y un 30% de la inversión en proyectos de construcción financiados con dinero público puede perderse debido a la mala gestión y la corrupción; la OCDE estima que entre un 20% y un 30% del valor del proyecto se pierde a través de la corrupción. En la Unión Europea (UE), el costo de la corrupción se estimó, en términos más generales, en €120.000 millones al año, cifra cercana al 1% del PIB de la UE. Sin embargo, un nuevo estudio RAND calculó un costo mayor para la corrupción en Europa: anualmente se pierden hasta €990.000 millones (alrededor del 6% del PIB de la UE). Cerca del 57% de los casos de sobornos enjuiciados se relaciona con dinero para obtener contratos públicos, sobre todo en los sectores extractivos, de la construcción, del transporte y de la información y la comunicación. Por lo tanto, en la UE aproximadamente el 3,5% del PIB, o entre el 7% y el 25% del total de las adquisiciones se pierde debido a la corrupción y a otros malgastos".
7.000
millones de dólares anuales alcanza la cifra en corrupción, despilfarro y malgasto por parte del Estado.
Bajo estos cálculos internacionales y sometidos a estudios, se puede decir que si el PIB anual del Ecuador era de USD 100.000 millones, en promedio, y si el promedio de compras públicas fue de USD 16.000 millones por año la pérdida anual, conservadora, para el Estado está entre el 25% promedio anual de esa cifra. El rubro perdido en corrupción alcanzaría al menos USD 4000 mil millones por año, solo en adquisiciones, según los estándares de la Unión Europea, bajos para la región. En la década correísta, el menos entones, las cifras por corrupción solo en compras públicas es de USD 40.000 millones. Pero el BID establece rubros adicionales, como son las pérdidas por despilfarro y malgasto, lo cual se considera también corrupción, y que puede ascender al 7% del PIB anual, un promedio también conservador para la Unión Europea. Es decir, para el Ecuador, unos USD 70.000 millones de dólares en una década.
La investigación más amplia sobre la corrupción que se haya llevado a cabo en la historia de América Latina —relacionada con los sobornos pagados por el gigante de la construcción Odebrecht en Brasil para asegurar los contratos públicos con Petrobras— se ha extendido por 14 países. El escándalo de Odebrecht forma parte de una investigación sobre una corrupción de enorme alcance, conocida como operación “Lava Jato”, iniciada por jueces que emprendieron una cruzada legal en 2014. El Departamento de Justicia de Estados Unidos descubrió sobornos de la empresa de construcción brasileña Odebrecht a funcionarios en América Latina. La empresa reconoció haber pagado US$737 millones en sobornos entre 2011 y 2016 para asegurar contratos por un valor de US$2.800 millones repartidos en unos 100 proyectos en 10 países diferentes.
El malgasto de fondos públicos en sobornos y presupuestos abultados parece ser enorme, pues llega a aproximadamente el 26% del costo de los proyectos. Por lo tanto, en América Latina y el Caribe puede que las pérdidas se acerquen al límite superior de las estimaciones de la UE (entre el 7% y el 25% de los contratos de adquisiciones). Dado que el gasto en adquisiciones equivale al 8,6% del PIB, el malgasto en las adquisiciones representa, en promedio, entre el 0,9% y el 2,6% en la región. Saber cuánto se puede recuperar con buenas prácticas en las adquisiciones y en la lucha contra la corrupción depende del país.
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