Gioconda Belli: “Nunca pensé que viviría otra dictadura”
La escritora nicaragüense recibe el premio del festival Eñe a su trayectoria en vísperas de presentar su nueva novela
Madrid
Si se pudiese fisgonear en la agenda de la escritora nicaragüense Gioconda Belli (Managua, 1948), se vería que estos días rebosa de actos. El pasado jueves, participó en una mesa redonda sobre la violencia en Latinoamérica en el Instituto Cervantes, en Madrid, dentro del festival literario Eñe, que hasta el 27 de octubre despliega actos con la participación de 120 autores. Este sábado, ha asistido a un encuentro sobre sexo y feminismo en el Círculo de Bellas Artes, dentro del mismo festival, donde, además, ha recogido el Premio Eñe a su trayectoria y valores humanistas. Mientras, está de promoción de su nueva novela, Las fiebres de la memoria (Seix Barral), basada en las aventuras y amoríos del abuelo de su abuela, que huyó de París en 1847 y recaló en la Nicaragua que era tierra de paso en la fiebre del oro de California. "Cuento el pasado turbulento de este hombre y la construcción de una nueva identidad. Es un libro escrito en primera persona masculina, he tenido que sentir un hombre dentro de mí", dice a EL PAÍS.
Agasajada, entre saludos, autógrafos y selfies, subraya que "es importante recibir el premio de este festival porque es un momento en que se necesita alegría por lo que pasa en Nicaragua", en alusión a las revueltas contra el Gobierno de Daniel Ortega, reprimidas con una violencia que ha causado casi 400 muertos desde mediados de abril "y 30.000 huidos". "Jamás pensé que me tocaría vivir otra dictadura, no es la primera vez que un revolucionario deviene en tirano", lamentó en su discurso de agradecimiento. "El premio lo dedico a los que están prisioneros en mi país por el único delito de ir contracorriente".
Después, en conversación con el periodista de EL PAÍS Jesús Ruiz Mantilla, consideró "inconcebible que Ortega no vea que está cometiendo un crimen atroz. Ha destruido la legalidad, abusó del poder y la gente se está rebelando. Ha creado un Estado policial y orwelliano". Por ello, aboga por la "presión internacional, es fundamental, necesitamos apoyo". De ahí abrió el foco al continente: "La izquierda fracasó en América Latina por una tendencia totalitaria. Es una gran desilusión para los que somos de izquierdas, pero perdió la imaginación y ha querido que el costo de la justicia social sea la libertad".
Ella, exmilitante del Frente Sandinista, residente en Nicaragua, aprecia el afectuoso contacto con la gente en Madrid. "Sobre todo mujeres, esa comunión es el sueño de todo escritor porque pasamos mucho tiempo solos". Precisamente, en una de las mesas redondas de la tarde habló de sexo y feminismo con la escritora Clara Usón y la dibujante Lola Vendetta, en un debate que atacó cuestiones como el hecho de que la historia y literatura sobre mujeres la han escrito fundamentalmente hombres. Usón receló de las etiquetas "mirada femenina" o "literatura femenina" para su trabajo. Belli apuntó que las mujeres apenas han empezado a hablar de sí mismas, "pero es el mundo privado" y, enlazando con los movimientos feministas actuales, reclamó "incorporar a los hombres. No quiero ver solo mujeres en las marchas contra la violencia", añadió la autora de la icónica La mujer habitada.
El pudor de Millás
En el final de la jornada de este festival, organizado por La Fábrica y el Círculo, destacó el encuentro entre los escritores Gabriela Ybarra y Juan José Millás. Una principiante y un consagrado, moderados por la subdirectora de EL PAÍS Montserrat Domínguez para disertar sobre el escritor en primera persona en la literatura. El comensal fue la novela debut y, hasta ahora, único libro de Ybarra, que Millás calificó de "obra maestra". En ella cuenta la muerte de su madre y el asesinato de su abuelo por los terroristas de ETA.
El columnista de este diario admitió, entre las risas del público, "que no lleva la cuenta de los libros escritos" y que no tiene "mucha estima por su obra". El autor de títulos como El desorden de tu nombre recordó sus primeras publicaciones, cuando pensaba "uy, esto lo va a leer mi padre". Por lo que, subrayó, lo primero que debe asumir un escritor es "quitarse el pudor". De ahí que Domínguez les plantease, "¿pero quién demonios es la primera persona cuando escribimos? ¿es real?". "En mi caso, soy yo, pero tampoco soy yo del todo, y eso que el personaje de El comensal se llama Gabriela", respondió Ybarra, que agregó "en lo autobiográfico siempre hay ficción". Un hilo que Millás continuó: "Es un recurso narrativo. Hay primeras personas muy distantes, no son siempre cercanas. Yo creo que cuando uno empieza a escribir, usa más la primera persona porque la sinceridad tapa la falta de oficio. Cuando ya tienes oficio puedes elegir entre la primera o la tercera persona".
No hay comentarios:
Publicar un comentario