domingo, 21 de octubre de 2018

Autoestima por los suelos



Gerardo Maldonado Zeas
Por AGN - 20 octubre, 201882
El país acongojado en una esquina recibe golpes todos los días. Algunos son tan arteros para que los moretones se apoderen definitivamente de la menguada piel sana del rostro de nuestra patria. La reciente lista, de las aparecidas todas las semanas, aumentan la vergüenza de una novela de terror que parece nunca terminará.
Me duele este Ecuador, decía una madre de familia que pedía ser atendida en las frías salas de espera del hospital del IESS. En una sencilla conversación dice estar aturdida por las denuncias de los cobros abusivos y no autorizados de valores a los ingenuos clientes de la Banca; afirmaba con resignación ya no importarle los detalles, ni los responsables intelectuales de los abusos, peor quienes permitieron, y no controlaron; simplemente siente y cierra sus ojos como pidiendo explicaciones al infinito. Pero el razonamiento es a prueba de todo debate: son entre 3 y 5 dólares al mes, pero son millones los clientes incautos. No basta con devolver los dineros mal habidos si es que lo hacen, sino cuál será la sanción; nadie discute el sensible papel de la Banca en la sociedad; mientras ellos estornudan, a la economía le da pulmonía. Por esa misma razón deben cuidarse de no hacer tonterías. No sabemos cuánto les importe.
Y cambia de tema pero en esencia se mantiene la misma desazón: lo inverosímil de pensar que militares de alto rango, cual seres repudiables, asesinos del alma, y traficantes del descaro se encuentren involucrados en venta de armamento de alto calibre nada menos que a “Guacho” y sus secuaces; a los enemigos públicos asesinos de inocentes anónimos, a los periodistas de El Comercio; a Oscar Villacís y Katty Velasco la pareja de Santo Domingo de los Tsáchilas. ¿Cuándo se inició este descalabro, quiénes fueron los jefes civiles o militares que enfrascados en la construcción del “proyecto” se olvidaron de los controles?. También los negligentes de “buena fe” son cómplices, y son los peores, sentencia con justa razón la conciencia popular.
Nada justifica tomarse la justicia por las propias manos, pero las desgarradoras imágenes del linchamiento en Posorja a tres ciudadanos, confirman la hipótesis de haberse convertido en víctimas de una población cansada de buscar respuestas en las tortuosas, cómplices, e impávidas leyes, difíciles de entenderlas en su galimatías de tramitología burocrática, del quemimportismo del funcionario, del espíritu de cuerpo para no tocarse entre los estamentos que deben impartir disciplina, ni ofenderse entre amigos, el hoy por tí mañana por mí, le ha perturbado a la justicia. Demasiado debate buscando encontrar el mejor modelo; mientras tanto, se podrían enumerar las sentencias sin ejecución, la excusa de muchos jueces para no tomar decisiones, a quienes les tiembla el pensamiento y la mano, y dejan en estado de indefensión a los ciudadanos que claman por hacer valer sus derechos. Desde esta columna pedimos empezar a dar nombres, y mostrarles en público; de seguro, esto muy pronto ocurrirá.
Y la conversación termina. Cada uno regresamos a nuestro diario vivir; hay que seguir trabajando para alimentarnos, vestirnos y satisfacer nuestras necesidades de seguridad y afiliación. Pero la autoestima está de capa caída, causa rabia e impotencia. ¡Hasta mañana!

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