El tibio y desorientador comunicado del colegio La Condamine. Omiten el hecho de haber guardado silencio por dos años, no dicen que el sentenciado siguió cerca de niñas y niños, callan el desprestigio al que sometieron a la familia y, sobre todo, se lavan las manos detrás del simple recuento del proceso legal. Hay cosas que no se pueden judicializar, que viven fuera del orden jurídico, que jamás aparecerán en un comunicado así. Esas son las cosas fundamentales: que había que creerle a Lucas, que había que apoyar a la familia en lugar de llamar "loca" a la madre y depravado al padre, que el colegio relativizó la importancia de esta denuncia, que les transmitió a los padres de familia una versión sesgada y parcial. QUE EL BIENESTAR DE LUCAS LES IMPORTABA MENOS QUE LA IMAGEN INSTITUCIONAL.
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