Juan Pablo Pozo, ¿va a hacer fraude este domingo en el CNE?
Muchos electores ni sospechan la batalla que se dará este domingo, entre el gobierno y la oposición por los resultados de las elecciones. Esto no es normal porque hay un juez, el Consejo Nacional Electoral (CNE), que debería inspirar confianza a los electores y a los actores políticos. Pero ese organismo, dirigido por Juan Pablo Pozo, lejos de desvanecer las sospechas de fraude que pesan sobre él, se ha dedicado a fortalecerlas.
El CNE es la mejor prueba del fracaso institucional del correísmo. Hace diez años, Rafael Correa y sus amigos juraban que iban a fundar instituciones unánimemente respetadas. Ninguna lo es. Y la máxima autoridad electoral, que antes era controlada por todos los partidos, ahora obedece solo a Alianza País. Es normal, entonces, que proyecte una sombra de fraude que ha llevado a partidos y organizaciones de la sociedad civil a montar un enorme operativo de control. Hay ya expertos, como Ana Mercedes Díaz, ex Directora general del CNE de Venezuela, que afirma, al examinar el diseño de procedimientos pautado para este domingo, que hay un fraude organizado.
Todo ha hecho este organismo, dirigido por un correísta confeso, para anclar esta sospecha en la opinión. Nunca atendió las razones dadas por el Observatorio Ciudadano Electoral (repetidas por su coordinador Fausto Camacho en Teleamazonas), en una carta enviada el 2 de febrero de 2017. En ella mostró cómo el CNE cambió procedimientos fundamentales que afectan la transparencia de las elecciones y la probidad del resultado. Este Observatorio Ciudadano hizo hincapié en el tratamiento del acta de escrutinio de la cual debe haber tres ejemplares. El tercero, que debe ser pegado en el lugar donde funcionó la junta, desapareció en la normativa reciente que sacó el CNE, violando normas superiores.
El CNE nunca respondió el interrogante fundamental: ¿qué pasará con la segunda acta que, en vez de ir de la mesa a la Junta Provincial, sufre un desvío. Este domingo será entregada a un policía que abrirá el sobre para escanearla, rompiendo así la cadena de custodia. Esto viola la ley porque la Junta Provincial Electoral es la única facultada por ley a abrir el sobre y conocer las actas en una audiencia pública de escrutinio. El CNE pensó eludir su responsabilidad diciendo que sí existe la tercera acta. Es un sofisma porque lo que Pozo y sus funcionarios llaman tercera acta es “un resumen de resultados”.
La segunda acta es, en realidad, la que suscita los mayores interrogantes. Se sabe que Telconet transmitirá esas actas al CNE. Telconet es la empresa de Tomislav Topic, amigo de Jorge Glas. Pero más allá de quién transmita, hay graves reparos a los procesos establecidos por el CNE y a sus sistemas informáticos que no podrán ser auditados en forma independiente y completa. No hay auditor alguno, enviado por los actores políticos, que se haya declarado conforme pues hasta en las sesiones de información fueron guiados por técnicos del CNE. Dicho de otra manera, será imposible auditar los servidores involucrados en la transmisión y procesamiento de actas.
Expertos digitales que hablaron con 4Pelagatos insistieron en que no se cumplieron los protocolos que hubieran podido generar total certidumbre sobre la transparencia del proceso. Un ejemplo: no se podrá comparar los hash de las actas al ingresar al sistema y al ser recibidas por el CNE. El código hash es una suerte de huella digital del documento (en este caso el acta). Si su contenido sufre la más mínima modificación (lo cual es posible digitalmente hablando) se genera automáticamente un nuevo hash. Como este, hay muchos ejemplos de irregularidades o vacíos en el diseño de procedimientos del CNE para la elección de este domingo. Juan Pablo Pozo, y el CNE en general, han permanecido sordos a estas alertas y pedidos de cambios, nutriendo las sospechas de que el gobierno vuelve a jugar en la cancha electoral con juez comprado.
Esto explica los innumerables operativos anunciados por los partidos para cuidar el voto, cuya eficiencia (a la luz del entramado tecnológico montado por el CNE y Telconet) no está probada. Cedatos hará un exit poll con 34.000 muestras en 23 provincias que Angel Polibio Córdova, su principal, presentará a las cinco de la tarde en Ecuavisa. El margen de confianza anunciado es del 97%. Participación Ciudadana, dirigida por Ruth Hidalgo, efectuará un conteo rápido sobre binomios presidenciales, asambleístas nacionales y provinciales. Lo presentará a las ocho de la noche y su margen de error –tradicional en esta organización seria de la sociedad civil– es de 1%. Empresas ligadas al gobierno anunciaron que harán exit poll. El CNE dará a conocer, igualmente, un conteo rápido a las ocho de la noche “con un margen de error menor al 1%”.
Aquí el reto del gobierno es que sus cifras coincidan con la de los actores independientes. El CNE y Juan Pablo Pozo endosan la responsabilidad de que así sea. Bastantes méritos han hecho para crear esta nube de sospechas que pesa sobre una jornada electoral que requiere profesionalismo e imparcialidad de su parte y no irregularidades, discrecionalidad, violaciones de la ley y politiquería del más bajo nivel: a eso se han dedicado.
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