sábado, 18 de febrero de 2017

Las peligrosas redes sociales
Publicado el 2017/02/18 por AGN Diario El Mercurio
[Gerardo Maldonado Zeas]
Umberto Eco durante su larga y fructífera vida, dedicó un gran tiempo a describir a los obstinados de las redes sociales. Tomó como ejemplo el cambio de actitudes de la gente a propósito de la popularización de esta forma de comunicación. Y era de esperarse estos virajes, porque los sentimientos de las personas que antes se quedaban entre las paredes de un bar o un restaurante y unos pocos amigos confiables, ahora se viralizan en el facebook, twitter o blogs, a través de varios símbolos, caras felices o tristes, signos, y frases de toda dimensión.
En este espacio ilimitado, en el cual concurren todos quienes alcanzan a entender el funcionamiento de las redes, las opiniones de un profesional respetable, como las de un ilustre desconocido pueden tener el mismo impacto en la sociedad. De esta manera la convicción de una idea se vuelve general, porque la gente no tiene tiempo de filtrar información; por lo tanto, es difícil comparar y llegar a un resultado óptimo de lo que creemos, está sucediendo.
Eco sostenía con mucha certeza que las “reacciones en internet se hacen en caliente, sin que se dé tiempo de reflexionar”. Común de esta actual convivencia con los demás, es llenarse de emoción y lanzar cualquier comentario, para luego recibir el acompañamiento en el dolor o la alegría de algunos de los al menos 300 millones de usuarios de las redes, dejando a un lado la esencia de creación de las web que fue encontrar información valedera para un estudio o investigación.
Las redes sociales, se atreven a decir muchos de los investigadores, han ido desplazando a los libros vivos, aquellos de tapa de cartón y hojas de papel en cuyos márgenes escribimos nuestras ideas, conclusiones o interrogantes. No existe evidencia clara de que los usuarios de la red se den el valioso tiempo para diferenciar las ideas muy bien articuladas de las inconexas, porque se escribe de todo con tal facilidad, que se generan esquemas en los cuales una gran mayoría de lectores van perdiendo el buen hábito de comparar y discernir.
Un gran ingrediente para este propósito constituye la falta de información oficial en las redes, tanto de las organizaciones gubernamentales, como las no gubernamentales, que conducen a los ciudadanos a emitir conclusiones rápidas al leer los contenidos. Por eso en estos tiempos han surgido los ““wikileaks” o como ahora los famosos “capayaleaks”, a través de los cuales se generan una especie de “confesiones guardadas” originadas desde quien sabe qué lugar u hora, a través de las cuales se van descubriendo detalles de algún tipo de operación o actividad pasada, por lo general fraudulenta o de contenido dudoso, siempre a cargo de un ex actor dado de baja de la componenda o libreto original.
No cabe duda que los fanáticos a las redes sociales, seguirán revisando con pasión la información obtenida de primera mano, por eso es que a veces se cae en la confusión y se toman decisiones erradas, ni se diga cuando se avecinan eventos importantes como las elecciones presidenciales, en las cuales es muy necesario, antes de ejercer el voto, detenerse a separar la información confiable, de la denominada “basura”. (O)

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